Saciar la curiosidad, inevitable y placentero deseo, que nos puede llevar por el más peligroso camino.
Crímenes, mentiras y secretos, tan densos como la niebla, son enterrados con el paso de los años en Isla Azul, un pueblo, con hermosa fachada pero...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Defne, ¿qué... —Liss baja su mirada hacia mis manos y al percatarse de la sangre comienza a dar gritos como loca—. ¿Eso es sangre? —logra decir, señalando con temblor mis manos.
—¡Shhh! Supongo que sí, ni modo que de mis manos brotase mercurio. —Trato de ponerme en pie, a pesar de las punzadas en la cabeza lo consigo. Liss se ha quedado en shock, posicionada frente a la entrada del cubículo del baño donde estoy.
—Liss, al parecer mi estadía aquí fue bastante larga, necesito salir, ¿podrías hacerte a un lado? —Ligeramente se aparta y salgo a dónde están los lavabos.
—Defne, ¿por qué pasaste la noche aquí? —reacciona y va tras de mí.
—Porque peleé con mi cama y al único lugar donde se me ocurrió venir fue a este cálido baño a disfrutar de la hermosa compañía de una tapa del váter —respondo irónica, ya que no sé que decir, encontrar a una persona durmiendo en un baño no es algo que pase todos los días—. Por cierto, no se te ocurra decir que yo rompí la tapa, conociendo al jefe...
—Te descontará de tu salario el dinero de un váter nuevo —termina de decir.
—Exactamente, así que cualquier cosa fue un cliente borracho. —Le guiño el ojo.
Después de asegurarme de tener mi salario intacto, le indico que iré a lavarme las manos.
Me veo al espejo. Tengo el maquillaje corrido y los párpados inflamados, parezco un oso panda, lo que me hace pensar en dos cosas, primero que fue una pésima idea hacerme un delineado; y segundo, que todo apunta a que estuve llorando. ¿Por qué no recuerdo que pasó?
Cuando abro la llave, la fría agua entra en contacto con mis heridas. Debido al ardor aprieto la boca con fuerza y arrugo el rostro. El blanco lavabo se va manchando de rojo hasta que poco a poco vuelve a su color natural y mis manos quedan sin rastro alguno de sangre. Aprovecho que ya están limpias para lavar mi cara y quitar todo el restante maquillaje.
Mi cabeza está a punto de explotar. ¿Como carajos vine a dar aquí?
Piensa Defne, haz un esfuerzo por recordar.
Momentos de la fiesta pasan por mi mente, como si de diapositivas desordenadas se tratase.
»—Buenas noches parejita feliz... —nos interrumpió Mike justo antes que Nick me respondiese—, o ya no tan feliz, porque traen unas caras... ¿no me digan que están peleando?
—Buenas noches para ti también Mike... —ante todo la educación—. Y sobre lo otro, no creí que fueras tan metiche.