❥ A mi mejor amiga ❧

34 7 13
                                    

Para: LiselMatos

Aprendemos que todo en la vida es relativo... Puedes amar a alguien inmensamente, entregarte en cuerpo y alma a esa persona, y eso está bien, pero antes debes amarte tú más que a nada. Solo así sabrás que el amor puro no consiste en depender completamente del otro. Y sí, hacer cambios por amor, mejorar como ser humano, está estupendo, pero cambiar toda tu esencia por alguien, eso no. Si esa persona te merece, esas mejoras valen la pena, pero si no te valora, ese cambio solo consigue lastimarte.

Diariamente me fijo en chicas que se desgastan, se consumen, sumisas a un amor tóxico y enfermizo, que por muy lindo que lo pinten en las redes, nada hay más lejos de la realidad. Y es que cuando alguien te ama bonito, efectúa todos los cambios necesarios para merecerte. Si no lo hace y tú solo estás intentando mejorar para esa persona, entonces el termino tóxico cobra vida y se manifiesta tal cual es: destructivo, venenoso... Consume lo mejor de tu ser y deja apenas el cascarón de lo que alguna vez fuiste, convirtiéndote en una especie de máquina a quien seguir en pie le da exactamente igual.

Sé mejor que nadie cuánto lo amaste, que esa pérdida sigue doliendo, pero entiende que no fue tu culpa, que mereces mucho más, y aunque intentes justificar lo que te hizo, en el fondo sabes que no tiene remedio pues te quebró hasta reducirte a piezas microscópicas, que sigues buscando por el suelo en un torpe intento de reconstruirte. Te encuentras perdida y alejas a los demás de ti porque te sientes tan miserable que ya nada te importa. Estás cansada de que unos lo defiendan y otros te compadezcan. No necesitas esa compasión, no arreglará nada.

Todas las noches, aunque no lo creas, me pregunto qué puedo hacer para ayudarte, cómo te saco del maldito pozo en el que te dejó, ese del que sientes que no te alcanzan las fuerzas para salir. Llámame intensa, dramática, como lo desees, pero créeme: duele muchísimo ver en ese estado a alguien tan importante para mí. A veces quisiera estar más presente, ser mejor amiga de lo que he sido, ofrecerte consuelo con mis palabras y que puedas llorar conmigo, pues sé que eso te ayudaría. Sin embargo, no quiero alimentar el sueño vano de que terminarán juntos, como sucede en tus libros favoritos. Él siguió sin ti, no le importó lo que sufrieras, te ilusionó y se marchó, ahora es feliz, o eso aparenta. No sé qué más puedo hacer para que vuelvas a sonreír de verdad, sin que mueras por dentro. Extraño esa sonrisa auténtica, la que él se llevó con su partida.

Me indigna muchísimo que compares los problemas de otras parejas con los que afrontaste, pues no se parecen y lo sabes. Sigues justificando sus actos, aguardando su regreso... Me parte el alma ver cómo te aferras a esa esperanza, sufro por el hecho de que precisamente yo, tu mejor amiga —quien se supone que te hará sentir mejor en todo momento—, sea la que te diga que él no va a cambiar, que ni siquiera lo intenta pues no le importa y está mejor lejos. Sin embargo, esa es toda la verdad y, aunque te duela, la verdad siempre será el mejor camino. No necesitas un clavo para sacar a otro, no necesitas a nadie para olvidarlo; es cuestión de voluntad y justo eso deseo que entiendas. En ti está el poder de abandonar esa adicción que te consume día a día, que lejos de darte vida, te destruye.

Solo quiero que cuando estés decidida a dejarlo ir, me lo informes para que enterremos las cenizas de esa historia donde nunca sean halladas, para ayudarte en lo que sea (excepto en hacer de Cupido, pues comprobado está que no se me da tan bien como creía). No olvides que no estás sola y en lo que a mí respecta, nunca lo estarás, no importa si me caso, o me mudo al otro extremo del planeta, o a cualquier rincón del Universo, jamás te dejaré sola con tus demonios. Te quiero muchísimo mejor amiga.

Lismaratm

EpístolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora