Una Sudadera

4 3 0
                                    

martes 20 de julio de 2021

El amor de una madre, el sentimiento más puro y sincero que puede existir en este mundo, se supone que aquella es la mujer que debes tener como ejemplo a seguir, la ves como tu heroína tu protectora. 

Siempre vi como las madres de mis amigos los iban a ver a los partidos, a los concursos a veces me pregunto qué se siente tener ese apoyo incondicional esas sonrisas que dicen estoy orgullosa de ti, pero como dije antes solo lo imagino. No tengo esa clase de familia unida por decirlo de esa forma. 

La comunicación es la base de todo para que algo funcione y pueda sobrevivir, pero en nuestro caso no solo fue la comunicación sino también la ausencia lo que hizo que nuestro lazo se rompiera y nuestra familia se ahogara conmigo tratando de sacarla a la superficie para poder respirar, pero ¿qué pasa cuando intentas darle tu oxígeno a algunas personas que apenas suspiran por ti? Después de todo que tan lejos debemos llegar para tener al menos un poco de atención. 

Era martes por la mañana, el frio hacia que todo se sintiera más vacío, me dispuse a ponerme un abrigo y tomar mi mochila para ir al instituto hay me encontré con Andrés, Andrea y Tamara. 

Todos en los pasillos se mostraban emocionados pues resulta que hoy por la noche se celebraría el primer partido de futbol del año, ¡genial veremos a los inútiles de nuestro equipo perder como todos los años, son un asco! Nos dirigimos a la primera clase, biología al entrar la profesora nos recibió con tanta alegría, ¿cómo es que no se cansa de nosotros? en tan alegre, tan rara, pero en fin quien soy yo para juzgar la rareza cuando soy el menos indicado para hacerlo. Tuvimos que sentarnos con nuestros compañeros de proyecto ya que la profesora quería ver nuestros avances lo cual fue un completo fracaso en mi grupo con Hannah ni siquiera hablábamos así que al darse cuenta de lo que pasaba nos llamó a su escritorio y empezó con un aburrido sermón en conclusión para no aburrirlos con tan larga charla nos dijo que debíamos acercarnos o reprobaríamos su materia. Yo estaba tranquilo en cambio Hannah estaba nerviosa o como diríamos ahora en modo TIESA por lo que acaba de decir aquella mujer.  

- ¿Qué harás esta noche---pregunto Hannah en un tono simpático?

-nada---me limite a responder con sequedad. 

-estaba pensando que quizás…no se… ¿bueno si quieres acompañarme al juego de hoy? ---admito que eso no me lo esperaba. 

-si---Dios que tan bajo debo caer para pasar una materia. 

Al llegar a casa entre a la ducha y después fui al closet por algo de ropa, algo casual una sudadera y debajo de ella un suéter azul oscuro y un pantalón negro con medias blancas y Vans negras altas hasta el tobillo, salí de casa y entre al auto dispuesto a llegar a la cancha del instituto. 

Al llegar a la puerta vi a Hannah llevaba puesto un suéter gris claro con un pantalones y zapatillas negras.

-hola---dije con un semblante serio. 

-hola---respondió ella con una sonrisa.

Entramos a la cancha, el ruido era tan molesto así que nos sentamos en los asientos más aislados que pudimos encontrar lejos de todos. Noté como la mirada de Hannah caía sobre mí era tan extraño, pero decidí ignorarla y mirar hacia al frente. 

Narra Hannah 

como es que alguien puede verse tan bien solo con mirar hacia al frente, admito que sus facciones en su rostro no ayudan mucho a que deje de mirarlo. Charles deja de ser tan atractivo. Por Dios Hannah escúchate, él no es para ti ni siquiera te ha mirado, me regaño mi subconsciente. 

- ¿Qué? --- dijo el con una cara seria. 

- ¿Qué cosa? ---respondí tratando de actuar normal. 

- ¿Por qué me miras así? ---no puede ser lo noto.

-perdón es solo que…no es nada---que vergüenza. 

El partido termino y adivinen perdimos algo que no es nada nuevo, camino a la salida nos encontramos con una pelea entre dos personas de equipos contrarios que discutían, uno de ellos acusaba al otro sobre hacer trampa y en una de esas accidentalmente empujan a un chico que llevaba un vaso de soda haciendo que callera sobre mí, tenía tanta vergüenza todos me estaban mirando, Charles noto lo que sucedía se quitó su sudadera y me la entrego no dude en tomarla. 

Ambos salimos de aquel lugar, aproveche que ya estábamos afuera para ponerme su sudadera y maldita sea su perfuma, su bendito perfume debería ser considerado la última maravilla del mundo.

- ¿alguien pasara a buscarte? ---pregunto sin mirarme.

-creo que mamá no tarda en llegar---respondí. 

-bien, te acompañare no vaya a ser que te pase algo---dije aun con su vista al frente, así que intente llamar su atención. 

- ¿te estas preocupando por mí? ---dije en un tono un tanto coqueto. 

-pff no seas absurda Hannah, eres una chica en un partido de futbol---dijo con una sonrisa un tanto descarada. 

-y ¿eso que tiene que ver? --- si había entendido la referencia solo que no quería dejar de hablar con él y si para eso teníamos que pasar por una discusión, estaba dispuesta a hacerlo. 

-ok te lo explico más lento para que tu pequeño cerebro lo entienda, estas en un partido de futbol lleno de desconocidos, acabas de ver como se formó una estúpida pelea solo por un simple juego, están locos y digamos que ser una chica no te ayuda mucho--- respondió para luego volver a mirar al frente e ignorarme.

La Razon del TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora