Cada vez que intento hablar de esto, me invade un fuerte dolor de cabeza y se me nubla la vista,
de hecho por muchos años creí que esas difusas imágenes eran mentira,
pensé que era mi imaginación me odié a mí misma al pensar que tenía una mente tan retorcida.Se llevó llevó su dedo índice a sus labios en un gesto que me indicaba que debía guardar silencio, yo quería gritar, pero las palabras se atascaron en mi garganta y no pudieron salir.
Empecé a temblar, mientras él desató su cinturón, bajo el cierre de su pantalón, una media sonrisa se dibujó en su rostro, intenté mirar hacía otro lado, pero el tocó mi cara, un suave roce que me atravesó el alma y me llenó de terror
Lo miré a los ojos como diciendo no me toques por favor.Con un rápido movimiento bajo su pantalón y ropa interior, cerré mis ojos para no ver.
Tomó mi mano izquierda y me obligó a mirarlo
Llevó mi pequeña mano a ese flácido trozo de carne, mis ojos se aguaron y mi mirada se nubló.Las lágrimas corren por mis mejillas, mis manos son obligadas a tocarlo, mientras sus gemidos inundan la habitación.
Yo ya no veo nada, solo quiero que termine pronto.No sé qué más pasó y me aterra descubrirlo, han pasado años ya tengo veinticinco, pero al revivir ese momento vuelvo a ser la niña de cinco años encerrada en esa habitación.
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Las Historias de Ana
PoesiaLa catarsis de una violación, el abuso, el dolor, nadie repara el daño que deja una caricia indebida. Te invito a conocer las historias de Ana