Prólogo

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* * * Ada

Conocí a Axel cuando ambos éramos pequeños, teníamos cuatro años o algo así. Nuestros padres siempre estaban juntos, se conocieron en la misma empresa donde trabajan y congeniaron en una buena amistad, con el tiempo ambas familias se hicieron inseparables.
Nuestras madres tenían demasiadas cosas en común, así que tampoco tardaron en hacerse buenas amigas, por lo que en las fiestas familiares o cualquier tipo de evento las familias estaban juntas, lo que significaba ver a Axel siempre.

Axel era un Niño con una energía sorprendente, siempre tenía ideas de juegos inauditos, le aburrían las cosas peculiares o tranquilas; como jugar a las escondidas o a la pelota, siempre quería llevar los pasatiempos a otro nivel. Estar con él significaba ensuciar tu ropa, escalar los árboles, pintar las paredes, leer los libros de anatomía sobre animales que guardaba su padre, para después ir al jardín y buscar cualquier tipo de bicho raro para comprobar lo que acababa de leer.

Pasábamos días enteros juntos, siempre estaba en mi casa y me hablaba de todo lo que había leído en días anteriores, me platicaba cuanto le enfurecía  que su hermano mayor Noel, lo molestara y le robara sus revistas donde venía información de sus bandas favoritas, sólo para usarlas como inodoro para la serpiente que tenía en su habitación. Eran totalmente diferentes, aunque sólo tuvieran dos años de diferencia.

Noel era un chico demasiado popular, tenía un grupo extenso de amigos, las niñas lo veían y no tardaban en quedar enamoradas de su belleza y personalidad. Noel era tan bueno para encajar en cualquier lugar, no le importaba tener que cambiar su personalidad simplemente para que las personas lo amaran y admiraran. En cambio Axel, era todo lo opuesto, no tenía un grupo extenso de amigos y mucho menos su presencia se diferenciaba de todos los demás, no fingía ser algo que no era y odiaba el exceso de convivencia humana.

Aunque, también, como su hermano, era un chico apuesto, siempre ha tenido el cabello largo y ondulado de color negro, su piel es clara por la falta de sol, lo que también lo diferencia de Noel, ya que él siempre tuvo un tono bronceado. Los ojos de Axel son de un azul tan fuere que no están muy lejos de parecer negros, tienes que acercarte para poder distinguir el azul. Sus pestañas son largas y sus cejas pobladas, tiene lunares esparcidos por toda su cara, pero siempre ha tenido uno en particular cerca de su labio, ni tan grande, ni tan pequeño, del tamaño perfecto para recordarlo siempre. Tiene pecas sobre sus mejillas y los labios carnosos y rosas, claramente es un chico apuesto. Sin mencionar que desde que lo conocí, siempre ha tenido un aire de chico misterioso, de esos que solamente puedes encontrar en libros o películas. Él lo tiene todo.

No es necesario admitir que siempre me sentí atraída por él, por Axel, pero, conforme fuimos haciéndonos más cercanos, me di cuenta que llegar a ser más que amigos era imposible, nunca me vio de la manera en que yo lo vi y por eso preferí guardar ese sentimiento sólo para mí, aunque, claro, después pasó algo inesperado; terminamos estando juntos, pero no de la manera en que yo imaginaba.

Siempre trate de llevar el mismo ritmo que él, hacer las cosas que le gustaban, aunque fueran raras y asquerosas. Si él me decía ^^vamos^^, iba sin dudarlo ni un momento, si decía ^^haz esto^^, lo hacía sin preguntarme si yo quería hacerlo de verdad. Me deje envolver por ese encanto que sólo yo podía distinguir que poseía. Pero, conforme fuimos creciendo me di cuenta que a mi me interesaba más leer revistas de moda, ver programas de diseño en la televisión o simplemente ver "Keeping Up with the Kardashians" amaba el drama de cada capítulo y ver lo famosas que eran, sólo por mostrar lo que hacían día a día frente a las cámaras. Lo mío ya no era seguir a un niño que exploraba animales muertos o ver películas de Tarantino.

Eso, por supuesto que me separo de Axel, así que a la edad de doce años, ya no éramos tan cercamos como antes y a los 16, ni si quiera me saludaba si de casualidad nos encontrábamos en el pasillo de la escuela o su madre lo obligaba a ir a un evento de la empresa de nuestro padres.

Él hizo unos cuantos amigos, y a veces sólo quería estar sólo, le apasiono aún más la lectura y el cine. Mi madre decía que era difícil que sus padres lo sacaran de su habitación, incluso dijeron que les preocupaba que no fuera como los demás chicos de su edad, o como su hermano.

Yo por mi parte, también tome un rumbo diferente, encontré buenas amigas con las que iba de compras, hacía pijamadas, arreglábamos nuestro cabello y pasábamos horas en el salón de belleza sólo para cambiar el color de nuestras uñas. Comencé a preocuparme más por mis notas, siempre me esforcé por ser la mejor, ser una alumna destacada, que mis padres y que todos los que me rodeaban se sintieran orgullos, me esforcé por alcanzar la perfección.
Así que poco a poco fuimos dejando de lado la buena amistad que habíamos establecido.
Nos hicimos totalmente diferentes y estuve consciente de que me convertí en algo que Axel siempre había detestado, era en parte como su hermano. Eso al principio me desagradaba, pero, así era yo y no podía seguir dejando de lado mis gustos sólo para estar con él y continuar nuestra amistad.

Un día sin pensarlo o imaginarlo, nuestros padres en una reunión familiar a la cual Axel había asistido de manera obligatoria, sólo por el hecho de que era cumpleaños de su madre. Nos dieron la noticia de que ambas familias habían hablado y llegado a la idea y conclusión de que él y yo deberíamos de ser pareja, llevar las cosas a algo formal, -esas fueron sus palabras, aunque no existía nada entre nosotros, ¿como podríamos llevarlo a algo más formal?- Continuaron diciendo que nuestra relación, llevaría a un estatutos y prestigio mayor la empresa que compartían nuestros padres y eso nos ayudaría a nosotros, ya que el apellido de ambas familias era súper importante en el lugar donde vivíamos y juntarlos, sería de mayor impacto. Además de que para ellos, los herederos seríamos nosotros y no había nada mejor que dejar la compañía en manos de ambas familias. Nuestras madres parecían estar fascinadas con la idea de que estuviéramos juntos. Siempre mencionaban que era maravilloso tener hijos de la misma edad, que pudieran ser una pareja, que terminaran enamorados. Todo como en una película de comedia romántica. Todo un sueño para ellas.

Axel pensó que era un broma y sólo optó por querer irse, pero por la mirada de nuestros padres rápidamente entendió que era algo en serio y lo único que lo oí formular fue una carcajada agria, antes de salir de casa y azotar la puerta detrás de él. Yo no podía ni voltear a verlo, a nadie, me sentí tan avergonzada y confundida. Sin darme cuenta o siquiera planearlo, ahora tenía que fingir una relación por orden de nuestros padres y para beneficio de ellos. ¿Cómo podríamos estar juntos si Axel lleva años sin si quiera mirarme? ¿Cómo podría llegar a si quiera hablarle si él siempre que tenía la oportunidad decía que yo era alguien superficial? Desde ese día comenzaron los verdaderos problemas en mi vida, ahora tenía que estar en una relación con alguien que claramente no tiene ningún tipo de afecto o interés hacía mí.

Entre mentiras y caricias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora