Realidad

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Una dosis de realidad me fue dada, realidad la cual, aceptarla sería lo mismo que prenderme fuego y sentir el arder mientras sigo vivo.

No bastó con dejarlo claro, pones la mano en la llaga cada vez que puedes, y a pesar de que sabes que duele, mueves el dedo en la herida para que lo sienta aun más.

Huye, huye como el cobarde que siempre has sido...
No mires atrás, debes serle fiel a tus convicciones.

No me mires, pues ya no soy el que viste ayer, ya no soy débil, aunque tu me vuelves vulnerable.

Buenas noches, lo único que tiene de buenas, es que te encontraré en mis sueños.

Hechos sin DichosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora