Cuidado Con Lo Que Deseas

Capítulo 1

La peor decisión que podía haber tomado sin duda.

El mar era su enemigo más fuerte, lo detestaba desde que se había ahogado de niño "¿¡En que estaba pensando!?" Se pregunto en sus adentros el Kent, cuando decidió aceptar ir en ese crucero que acabo en mas de una tragedia...

No había pasado ni un día en aquella isla y ya creía que se volvería loco, sin Internet, sin la deliciosa comida de su madre y lo peor... solo... se encontraba completamente solo o al menos, eso creía...

—¡¡Esto es estúpido!! —Exclamo furioso el Kent, mientras tomaba una piedra y la arrojaba al mar, en un vago intento por calmar su ira

—¡Estúpido, eso es!, ¡¡yo lo soy!!, ¿¡por que acepte esto!? —Continuaba gritando, después de todo, nadie lo escucharía. Caminaba por las calientes arenas de aquella isla, pateando la arena totalmente molesto, pero lo que no esperaba, era que su pie seria golpeado por algo— ¡Aagh!, ¿¡que!? —Adolorido vio el objeto causante de su golpe en el suelo— ¡Tú, estúpida....!, ¿lampara?, ¡¡lo que sea, es estúpido!! —Grito furioso y tomo la lampara del suelo, iba a lanzarla al mar, pero el brillo sin igual que esta contenía, lo dejo completamente hipnotizado, aunque, no lograba admirar la belleza del objeto a causa de la arena que tenia— Umm... —Utilizo parte de su camisa, para limpiar aquella lampara, frotándola, pero lo que menos se esperaba fue que esta empezaría a radiar una luz realmente fuerte, a tal punto que lo cegó por unos instantes, arrojando rápidamente aquel objeto al suelo— ¡Aaah!, ¿¡que rayos!? —Pregunto totalmente exaltado al ver una silueta bien formada apareciendo entre aquella radiante luz

El cuerpo de un adolescente apareció flotando desde aquella lampara, estando extrañamente conectada a esta, su cuerpo no se separaba de aquel objeto. Su ropa era totalmente maravillosa, un ropaje verde jade con detalles dorados, brazos expuestos, mostrando parte de su ejercitado, aunque juvenil cuerpo.

—Saludos humano... soy el genio de la lámpara y- —Fue interrumpido por el Kent

—¿¡Un genio!?, ¿¡UN GENIO!?, ¡¡oh dios, no puedo creerlo!! —Hablo totalmente sorprendido el oji azul— ¿Y puedes cumplir deseos?, ¡ay Dios mío, que pregunta..!, mejor ya digo mis deseos —Sonrió con cierta confianza— ¡Deseo deseos infinitos! —Exclamo con una brillante sonrisa en su rostro

—No puedes hacer eso. —Declaro el genio, mientras se cruzaba de brazos, rodando los ojos en señal de disgusto

—¿Por qué? —Pregunto haciendo un pequeño puchero el oji azul

—Tks, si me hubieras dejado terminar de hablar lo entenderías. Soy el genio de la lampara, mi nombre es Damian Al'Ghul Wayne y tienes solo tres deseos. —Sentencio con total firmeza, manteniendo un semblante algo serio hacía el Kent

—El genio de Aladdin era más amable —Se Quejo el de tez blanca

—Que pena. Ahora, pide tus deseos niño —Indico con cierta molestia el mayor

—Uhmm... -"¿Qué es lo que quiero? Me encantaría ser millonario, pero no, no me convence ahorita... agh ¡Qué difícil es decidir que pedir cuando quiero demasiadas cosas!... ¡Eureka! ¡Eso es! ¡Carajo! ¡Quiero volver a mi casita!"— Ajá, ¡deseo volver a mi casa! —Dijo emocionado Jonathan, prácticamente parecía un niño entrando por primera vez a una juguetería, y también, ya quería salir urgentemente de esa isla y jamás volver a un crucero y mucho menos al mar

El Al'Ghul solamente rodó los ojos, mientras que, chasqueó sus dedos, apareciendo inmediatamente en la habitación del oji-azul. Este último, solo parpadeó varias veces sus ojos, estupefacto porque en menos de un micro-segundo, estaba en su cuarto, en su casa. No podía creerlo, si antes ya estaba sorprendido con lo del genio, lo estaba más ahora