Cuidado Con Lo Que Deseas

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Así duro un corto silencio sepulcral, hasta que Jon escuchó el ruido de una puerta cerrarse, así que inmediatamente reconoció el sonido de que sus padres habían llegado a la casa. Jon se tranquilizó un poco, debía estar tranquilo y medio despreocupado, aunque fuese solo una farsa para no preocupar más a sus padres. Ambos debieron de ver las noticias de que el crucero naufragó, por eso, debían de estar intranquilos por eso. Cuando escuchó que alguien abría la manilla de la puerta de su cuarto abrirse, respiró y exhaló rápidamente, hasta que puerta se abrió, revelando que era su madre, y su padre detrás de ella.

— Mamá, papá... —Murmuró Jonathan, mientras esbozaba una sonrisa de completa alegría

Al momento de ver y escuchar a su único hijo sano y salvo en su habitación, Lois y Clark corrieron a abrazar a Jonathan. Cuando este último, le agarró de sorpresa ese inesperado abrazo, decidió corresponder a este inmediatamente. El extrañó mucho a sus progenitores, desde el momento en el que se fue de su hogar y subió al crucero, hasta en su mini estadía en esa maldita isla desierta.

Mientras pasaba ese reencuentro emotivo, Damian solo veía triste a una de las paredes de la habitación de Jon, como si esta le fuera a dar un consuelo para sus problemas actuales. Lois lo notó, así que decidió preguntarle a su hijo quien era él

— Jon... ¿Quién es el chico? —Preguntó Lois al oji-azul, mientras que Jon pensaba una respuesta que convenciera a su madre

— A-Aah... Él me ayudo a salvarme del crucero... Su familia no pudo salvarse... No tiene a donde ir... — Le respondió algo afligido a su madre, mientras que, se mordió el labio unos segundos. Ambos adultos se sintieron tristes por lo que le acaba de contar el oji-azul

— Gracias por salvar a nuestro hijo... Y sentimos lo de tu familia... Puedes quedarte en nuestro hogar, el tiempo que quieras —Le dijo Clark a Damian, mientras esbozaba una pequeña sonrisa. La familia Kent, era conocida por siempre tener las puertas de su casa abiertas a aquel que lo necesite siempre

— ¿Uum...? —El oji-esmeralda desvió su mirada hacía el mayor de los Kent, había escuchado la conversación, pero realmente no le había prestado demasiada atención —¿Gracias señor....?

— Clark, Clark Kent —Se presento el hombre, sonriéndole gentilmente

— Gracias señor Kent — El Al'Ghul hizo una pequeña muetilla, similar a una sonrisa, aunque no en su completo esplendor, continuaba sintiéndose realmente triste y miserable por toda la situación, a lo cual los padres de Jonathan le sonrieron comprensivamente, creyendo saber el verdadero motivo de su tristeza.

— Preparare la cena, los dejare acomodarse, chicos —Aclaro la amable mujer, mientras empezaba a caminar hacía la salida, haciéndole un ademan de mano a su esposo y este en respuesta la siguió

— Nos vemos luego, chicos — Menciono el hombre, antes de marcharse junto a su esposa

— Tus padres son muy amables.... —Menciono con completa sinceridad el Wayne, mientras se abrazaba a si mismo, recargándose en la pared de la habitación del menor

— Lo sé.. —Menciono el Kent, sonriendo con alegría, había extrañado a sus padres. Miro de reojo al oji-esmeralda, causando que su sonrisa se desvaneciera poco a poco, al ver como él mayor se abrazaba a si mismo, suspirando a lo bajo, estaba triste... y era su culpa...— ¿Y c-como es tu f-familia...? —pregunto con cierto temor de que ese tema sea delicado para el mayor-

— Es c-complicado... —Contesto el mayor, desilusionando al Kent, este ya resignado había decidido dejar de incomodar al mayor, aunque esos pensamientos cesaron al oír lo siguiente dicho por el Wayne— Tengo tres hermanos mayores... adoptivos, mis padres están separados, n-no se llevan demasiado bien... conocí a mi padre cuando era un niño, mi madre me dejo con él, creo que ya no me soportaba y quería irse con otra familia... aunque fue lindo vivir con mi padre...mis hermanos son torpes, pero era divertido discutir con ellos... —Sonrió nostálgico al recordar a su familia, su hermano mayor siempre lo había consentido, el que le seguía, solía jugarle bromas que acababan en más de una pelea, mientras que con el restante mantenían una relación peor que perro y gato, aunque tal y como unos que se criaron juntos, aprendieron a quererse...-