En Seúl se empezaba a difundir el caso de Yang Jeongin un joven de tan solo 16 años desaparece sin dejar rastro,sin embargo los últimos en verlo fueron sus amigos.
Pero había cosas que siempre escondieron en lo mas profundo de ellos, la confianza s...
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❝El ser humano es capaz de llegar a hacer cualquier cosa para ser correspondidos"
Sentía su cuerpo pesado, como sus piernas se doblaban de tanto haber corrido, el sudor de su frente frio, su vista nublada debido a sus lágrimas que yacían en sus ojos se sentía mareado, su oxigeno se acababa.
Miro por última vez el teléfono con ilusión sin embargo aquel de nuevo el mando a buzón. Miro al frente y con todas las fuerzas que le quedaban corrió e intento llegar a su casa, pero lastimosamente no lo logro, Jeongin intento correr más rápido, pero tropezó, con toda la valentía que le quedaba miro atrás, pero aquel extraño que le seguía ya no se encontraba. Suspiro aliviado, pero él no debió parar de correr, fue el peor error que cometió.
Sintió como alguien susurraba en su oreja y luego se alejó para reír a carcajadas, el menor lo miro a los ojos con las lágrimas escurriendo por sus mejillas, intento ponerse de pie, pero ya era tarde, lo había agarrado, Jeongin en ese momento se dio cuenta de algo...
No debió confiar en nadie, porque ahora no sabía quién era quien, y el miedo lo invadía, se paró lo más rápido posible y corrió lo más que sus piernas le permitían, se acercó a aquel puente, pero él lo detuvo y tapo su boca durmiendo a Jeongin, tomo su teléfono y lo rompió, segundos después tiro algunas de las prendas del menor a aquel lago.
[...]
Se quedo completamente estático, sosteniendo aquella carta entre las manos, que el policía le había entregado. Sintiendo que, en cualquier momento terminaría soltando aquellas lagrimas que retenían sus ojos.
—Que... esto...? —pregunto entrecortadamente, las lagrimas comenzaban a salir empapando sus mejillas. Los recuerdos que había pasado con ese chico que tanto amaba empezaban a pasar por su mente haciendo que cada vez salieran más lágrimas de sus ojos.
— Lo siento tanto, Jeongin se suicidó— susurro el detective mientras le daba un abrazo
Pero Jeongin no se había suicidado, él estaba vivo o tal vez muerto, pero él no se había suicidado
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