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Llevo horas tumbado, mirando al vacío techo sobre mí, hundiéndome más en mi desesperación.

Han pasado meses desde la primera vez que oí las voces, los gritos y los llantos. Al parecer nadie más que yo puede oírlos.

Ahora mismo escucho... una discusión.

Un hombre esta gritando a su mujer y a sus hijos, amenaza con matarlos. La mujer les susurra a los niños que se pongan detrás de ella y suplica llorando que suelte el arma.

Él se enfada todavía más, parece haber bebido o estar drogado.

Se oye un disparo, salto asustado en mi cama de hospital. Los dos niños empiezan a llorar, mientras la madre dice que no volverá a intentar marcharse de la ciudad.

Miro a un lado. La enfermera está ordenando unas pastillas y preparando una jeringuilla para sacarme sangre. Abro la boca para preguntarle si lo está escuchando, pero la vuelvo a cerrar al recordar que ya me había contestado cuando le pregunté lo mismo unas horas antes.

"-No señor - me dijo- no escucho nada. Debe de estar cansado, - me sonrió de manera tranquilizadora -  de todos modos, mañana le haremos unas pruebas y sabremos algo más."

Ingresé en el St. Martin Hospital de madrugada, cuando mi padre me trajo después de que me despertara en plena noche entre gritos y llantos. Lo que oí esa noche fue especialmente horrible. Escucho cosas espantosas, pero nunca nada como eso.

No me quedo más remedio que contarle a mi familia por todo lo que estaba pasando desde hacía tanto tiempo.

Me sedaron. Pensaron que así acabaría mi sufrimiento. Pero no es así. Las voces se siguen reproduciendo sin final. Todas son distintas, cada historia es diferente, no hay una sola que se repita.

Sé lo que el doctor le ha dicho a mi familia. Creen que es esquizofrenia, pero yo sé que no.

A veces, las voces suenan como si las estuviera escuchando a todo volumen por unos cascos conectados a algún dispositivo, otra veces, es como si la escena que escucho se estuviera desarrollando justo a mi lado y estuviesen amplificadas por algún altavoz.

Vuelvo a escuchar la discusión.

Los niños lloran desconsolados gritando el nombre de su madre. El padre recarga la pistola mientras les avisa de que son los siguientes.

Se escuchan dos disparos más. Ya no hay llantos, solo una respiración entrecortada.

El hombre llora, lamenta que todo haya acabado así, él no quería llegar a eso. Dice que los amaba, pero que no ha tenido otra opción. Que todo había llegado a su fin.

Lo siguiente es un disparo, el sonido de la pistola cayendo al suelo y el de un cuerpo desplomándose. 

Después se oye una voz... distorsionada.

"-Fin de la grabación."

Luego...silencio. 

Una cuenta atrás... 3... 2... 1...

Otra muerte empieza a reproducirse.

Vuelvo a centrarme en la enfermera, me ofrece unas pastillas para no sé qué, no estaba atento cuando me lo ha explicado.

No importa, me las tomo.

Coge mi brazo y palpa la vena. Alguien grita. Esta vez es otra paciente de una cama cercana. Los monitores que tiene conectados se han descontrolado e intenta arrancarse la vía.

La enfermera se disculpa y corre a atenderla, al igual que el resto de enfermeros de la pequeña salita en la que estoy.

De nuevo la voz. Dice que está encerrada en un manicomio.

Detalla como mata a todo el que se encuentra en su camino, doctores, guardias, otros pacientes, visitantes...

Luego se tira desde la azotea del edificio.

Lo peor de todo es escuchar los retorcidos pensamientos de ese loco mientras se precipita al vacío. Es como si fuesen míos, es horrible.

No aguanto más. Nadie, ni en este hospital ni en ningún otro, podrá ponerle fin. Algo en mi cabeza me dice que tengo razón, que acabe con esta maldita tortura, aunque no sé si soy yo, o alguna de esas voces enloquecedoras.

Necesito ponerle fin. ¡Necesito que acabe YA!

Observo a mi alrededor. Todo el mundo sigue ocupado con la paciente con terrores nocturnos.

Sobre la mesita de noche que está junto a mi cama sigue preparada la vía.

Miro al otro lado de la habitación y veo el armarito de metal de donde la enfermera sacó las medicinas que me ofreció antes. Con las prisas, alguien lo ha dejado abierto.

Me levanto de mi cama procurando no hacer ruido. Nadie me ve, están ocupados.

Llego hasta él y busco lo que necesito.

No soy experto, pero he encontrado lo que estaba buscando...

Cojo un vasito de plástico y meto la cantidad suficiente para lograr mi propósito. Hay un papel y un boli en el mostrador de enfermería. Los cojo y regreso rápidamente a mi cama. 

Mientras me siento, una nueva sesión de muertes empieza.

Esta vez es un empleado de banca bipolar con depresión que describe cómo mata a todos los compañeros de trabajo de su sección antes de cortarse las venas.

Sacudo la cabeza para centrarme en mi carta. Empiezo a escribir. No quiero que culpen al hospital de lo que estoy a punto de hacer, después de todo, solo estaban haciendo su trabajo intentando calmar a otra paciente.

La firmo y la escondo debajo de la almohada, me bebo el contenido del vasito de plástico y lo tiro bajo mi cama. Me tumbo. Oculto la cajita que he robado bajo las sábanas y me relajo.

Justo a tiempo. La enfermera regresa junto a mí disculpándose de nuevo por la interrupción mientras coge la vía. 

Para cuando se marchó empezaba a notar los efectos.

Coloqué la carta en la mesa, bajo la caja de Valium que había escondido. Cuando la enfermera viniera a comprobar mi estado, vería el vasito de plástico, la carta, una caja de calmantes a la que le faltan la mitad de las pastillas y mi cuerpo sin vida.

Empiezo a sentirme mareado, veo borroso. Otra grabación empieza.

Ahora no me habla un desconocido. Soy yo.

Es mi propio suicidio, son mis pensamientos y acciones narrados por mi, viéndolo desde fuera, como un mero espectador de todo lo que acabo de hacer solo unos minutos atrás.

Mis ojos se abren desorbitados. Tengo miedo. Ya no hay nada que hacer.

Mi corazón dejó de latir, mi sangre dejó de fluir, mis pulmones dejaron de trabajar para darme oxígeno y mi cerebro dejó de funcionar.

Estaba muerto, y había muerto escuchando mi propio suicido.

¿Lo ultimo que oí?... - "Fin de la grabación"

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Jeremiah Collins, 25 de septiembre de 2019.California

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