cinco

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Jungwon agradecía que fuera sábado.

Aunque no se enteró de eso hasta después de caerse de la cama. Se había levantado abruptamente, tratando de saltar de la cama, pensando que estaba llegando tarde a sus clases. Al estirar su brazo hacia su escritorio para tomar su celular, soltó varias maldiciones al leer que día era. "Sábado, genial".

Apoyo el teléfono su escritorio otra vez, se levantó sin muchas ganas de piso y comenzó a estirarse. Junto un poco de voluntad y comenzó a hacer la cama, dando vueltas al colchón, acomodando sus sábanas y arreglando sus almohadas para que queden bien esponjosas.
Satisfecho con su trabajo se dirigió hacía el baño.

Se duchó para poder despabilarse, pasando ahí un rato largo. Al salir de la ducha, cepillo sus dientes y después de secó el pelo con un secador que tenia guardado. Disfruto del aire caliente del aparato que chocaba contra su nuca, haciéndolo sentir relajado. Cinco minutos después salió del baño con una toalla enrollada en su cintura y se dirigió a su armario. Se decidió por una remera negra y un pantalón holgado del mismo color, las dos prendas medio gastadas y el color se estaba borrando de a poco pero a el no le importó, al fin y al cabo no tenía planeado salir de su casa.

Bajo las escaleras a paso lento y se dirigió a la cocina. El reloj que se encontraba colgado en la pared le indico que eran la una de la tarde y su estómago lo confirmó. Decidió de mala gana saltarse del desayuno y se dirigió a una de las alacenas, sacando un pequeño paquete de ramen instantáneo de esta. Al calentarse el agua, la vertió dentro del recipiente de plástico y espero pacientemente que se cocinara.
Después de comer, tiró el recipiente en el tacho y comenzó a preguntarse qué podía hacer hacer de su vida.

Tanteo en el bolsillo de su pantalón en busca de su teléfono, obviamente no encontrándolo. Jungwon a veces llegaba al punto de frustrar a sus amigos siempre que se trataba de su celular, jamás respondía los mensajes ni las llamadas, tenía un teléfono viejo que le pertenecía a su madre, si bien podía escuchar música y tener alguna que otra aplicación, su teléfono no tenía la suficiente memoria para tener las mismas que sus amigos aunque a él no le molestaba, pero a sus amigos si. Aun así, pensar de las miles de quejas y las peleas, se acostumbraron a que el chico fuera así, gracias a eso ya no lo molestaba tanto. Lo que sus amigos no sabían era que Jungwon simplemente odiaba ese aparato, no porque no supiera como usarlo o porque era viejo, sino por los recuerdos doloros que le traía.
Jamás supo por qué no se deshizo de ese teléfono, por qué no lo rompió contra alguna pared o algo de eso, pero la verdad es no podía.

Sabía que el mensaje seguía ahí, en la bandeja de mensajes que jamás pudo borrar, que lo atormentaban y le recordaba noches de llanto.

"Jungwon ah, es papá, no debería decirte esto por aquí pero no quiero que te enteres por alguien más. Estoy en el hospital. Tu mamá... ella tuvo un accidente, un idiota cruzó en luz roja y tuvo que esquivarlo y... y... Jungwon ah, ella acaba de dejarnos, para siempre..."

Ese día estaba feliz, había sacado buenas notas en sus exámenes y había escrito un poema y quería que su mamá lo felicitara y se sintiera feliz por el. Estaba en clases de historia cuando ese mensaje llegó, no había querido mirar su celular por miedo a que su profesor se lo sacase pero al ver que era de su padre no dudo en abrirlo. Se arrepintió en el momento.

Lo primero que pensó es que era una broma de mal gusto de parte de su padre, pero el sabía que su padre no hacía bromas y la realidad le cayó como un balde de agua helada.

No supo cómo sentirse en ese momento, sentía que no respiraba y no podía siquiera pestañear, seguro se habrá quedado quieto mirando su celular por al menos cinco minutos ya que su profesor le gritó por tenerlo en la mano, acercándose a él. Cuando su profesor llegó a su pupitre estirando su mano, esperando impaciente a el le diera su teléfono, Jungwon se quebró. Primero lloró en silencio mientras temblaba, después un poco más fuerte y después se quebró totalmente. La cara de su profesor cambió de enojo a preocupación, preguntándole qué le pasaba y si necesitaba retirarse.

Destiny 𖦹Heewon Au𖦹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora