Felicidad, emoción, brillo, color, alegría, esperanza, vitalidad... Todo eso representas para mi vida y quisiera que pudieras comprenderlo, pero cada vez que nuestras miradas se cruzan siento que albergas dudas en tu interior, que a pesar del tiempo que compartimos tú no puedes procesar lo que sucede. Siempre fuiste una persona reservada, muestras signos de incomodidad ante cualquier contacto con otro individuo y eso fue lo que me atrajo en primera instancia, con el pasar de los días te convertiste en mi manía....
Observarte a la distancia pasó a formar parte de mi rutina, la manera en que tus pupilas se dilatan cuando te emocionas, la curvatura de tus labios al sonreír, la suavidad con que se mueven tus dedos sobre el teclado, los hoyuelos enmarcados en tus mejillas al reir, las arrugas en tu frente cuando enfrentas un momento de confusión y ese modo de perderte en tus pensamientos, el instante en que tus orbes cafés reflejan un sentido de vacío me enloquece...
Eres una mujer de estatura promedio, tez blanca, cabello castaño claro y largo, de cuerpo abultado que revela unas curvas peligrosas al caminar... Tienes miopía pero te resistes a usar anteojos a pesar de que siempre los llevas a cualquier lugar que vayas, padeces alergia, cada vez que comienza el cambio de clima sueles usar cuatro paquetes de toallas faciales, en esa época, tu nariz y mejillas se enrojecen debido a tu manera tan ruda de tallarlas buscando aliviar el cosquilleo...
Tus pasatiempos se definen en escribir historias maravillosas pero que nunca consigues completar, leer las noticias actuales, hacer caminata todos los días a las cinco de la mañana, ver películas románticas por la tarde y te emociona mucho en específico cuando después de practicar una receta nueva te queda como querías, probar tus manjares al momento es algo que aún parece un sueño lejano y en eso se ha convertido esta parte de mi vida, en un sueño.
En el momento que tomamos el metro hacia nuestro centro de trabajo, siento una mezcla de emociones que no podría explicar con palabras, tu saludo de "Buenos días" cada mañana al abordar me conecta a la realidad, esa media sonrisa amable, el bamboleo de tus caderas al dar cinco pasos hacia el asiento de costumbre me hace temblar... Cuando diriges la vista hacia la ventana es el momento en que por fin puedo voltear y tomarte algunas fotografías, disfruto tanto el guardar tus diferentes facetas en mi celular para que así cuando no estemos cerca pueda seguir apreciándote. Cada cierto tiempo me observas y sonríes de manera tímida, mi corazón se contrae y amenaza con salir disparado del pecho... Me ahogas en un mar de sensaciones mujer...
Al finalizar el día te acompaño hasta la puerta de tu casa y una vez que compruebo que estás a salvo puedo dirigirme a mi hogar con la certeza de que tendrás una velada tranquila. Me miro al espejo y quisiera ser aquel hombre que sueñas, mido dos metros de altura, tez blanca, cabello oscuro y un poco largo pero bien peinado hacia atrás, cuerpo esbelto y ojos verdes. No me siento inferior a ti pero a veces tu perfección resalta tanto que me esfuerzo cada día por ser la única persona a quien dirijas tu mirada... Camino a tu lado cada mañana y me ejercito por las tardes, me esfuerzo en tener una alimentación balanceada, doy lo mejor de mí todo el tiempo en mi trabajo para así poder consentirte con el obsequio que te hago cada viernes y estoy seguro que te he sacado las mejores sonrisas.
Hoy es jueves y no pude esperar a verte en la estación por lo que fui a tu casa una vez que me duche luego de nuestro ejercicio matutino para estar juntos más tiempo, estar a tu lado se está volviendo una necesidad ferviente que me quema en el pecho.... Sales de casa y cierras bien tu puerta, me gusta lo precavida que eres, cruzamos miradas y me sonríes un poco avergonzada, tus mejillas se enrojecieron, bajas la mirada y tus labios se abren.
– Buenos días-
– Buenos días- Sonrío ante tus hermosas palabras.
– Pensé que te vería en la estación como de costumbre- Sueltas sin detener el paso por lo que te sigo.

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Kiryel
Misterio / SuspensoEn el poblado de Minsk, un escritor repleto de abatimiento encontrara un poco de alivio al entregarse por completo a su limerencia por una chica desconocida que vio casualmente caminando en la calle. ¿Será esto un buen augurio? o ¿Solo una quimera m...