Capítulo 1: Casse-croûte

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Capítulo 1
Casse-croȗte
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El día comenzó como siempre para Nanami: Levantarse a las 5am, asearse y peinar su rubio cabello, escoger entre los distintos trajes -casi todos de colores oscuros- de forma mecánica, cerrar el gran apartamento que podía costearse y dirigirse al ascensor para salir del edificio, subirse a su auto e ir rumbo a las oficinas donde trabajaba.

La misma vieja historia de siempre.

El trafico a estas horas de la mañana era abismal, ya que muchos -al igual que él- se encontraban en camino a su trabajo o algunos estudiantes que podían permitirse un auto. Mientras esperaba que la larga fila de autos avanzara, observaba por la ventanilla de su auto a algunos adolecentes que caminaban en las aceras riendo, haciendo poses extrañas mientras seguramente se dirigían a alguna escuela cercana. Nanami notaba la despreocupación en sus rostros, con solo la responsabilidad de estudiar; y estaba más que seguro que alguno de ellos se creía con la mentalidad de un adulto, creyendo sabérselas todas. No los culpaba, después de todo él a su edad pensaba de la misma forma; hasta que la vida lo acuchilló en el pecho, riéndose en su cara de su ingenuidad...

La vida no es bonita para muchos, pensó mientras imaginaba que algunos de esos jóvenes eran él y un viejo amigo.

Volvió a observar al frente cuando el auto que estaba por delante comenzó a moverse, incitándolo a él a seguir el paso y dejar atrás los pensamientos grises que se arremolinaban en su mente. No podía permitirse estar triste en el trabajo, tiene la estricta política de no involucrar sus sentimientos en el trabajo.

Apesar de eso, su corazón todavía dolía cuando llegó a la compañía.

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Si había una hora del día que le gustase a Nanami, era el horario de almuerzo.

Amaba ese momento en el que podía desprenderse del asiento, alejarse del ordenador lleno de gráficas y estadísticas, para dirigirse al mini mercado que se encontraba a unos cuantos pasos del complejo de oficinas donde trabajaba. No le gustaba bajar en el ascensor con todo el tumulto de trabajadores que, al igual que él, iban a por almuerzo ni le agradaba la corta caminata que debía hacer por el bullicio de las calles; pero todo eso quedaba en el olvido si al llegar podía tener su emparedado favorito.

- Desgraciadamente, Nanami-san, se decidió que se descontinuaría el casse-croȗte. Lo siento mucho. -El cajero se inclinó en una disculpa hacia él.

Para convertirse en adulto, no solo hay que pasar por momentos difíciles, terminar la escuela o empezar a trabajar en algo estable. El hecho de levantarse en la mañana y ver en la almohada más cabellos que antes, encontrar callosidades en tus manos o pies; esas pequeñas desesperanzas son parte de ser un adulto también.

Y el hecho de que descontinuaran tu emparedado favorito en el mercado es la más dura desesperanza que le podrían dar a Nanami Kento, un hombre que adora el pan.

- Es así... -susurró igual de estoico como siempre; pero aquellas personas que ya habían convivido con él, podrían reconocer por el apagado brillo de sus ojos aceitunas que estaba un poco decepcionado- Compraré cualquier otro.

Esto no pasó desapercibido para el cajero, el cual había entablado una agradable relación con el oficinista por ser cliente fijo, y le comentó-: Hay una panadería a dos calles de aquí. He oído que preparan unos exquisitos panes.

Nanami lo observó- ¿Estás seguro de darme esta información? Perderás un cliente.

El hombre se carcajeó- Si fuese otra persona, definitivamente no diría nada. -Le sonrió- Sé que es más cómodo venir a este local por la cercanía a tu trabajo, pero te aseguro que un bocado de esos panes vale la pena.

Asintió- Entonces, iré ahora.

-No te arrepentirás.

Caminó dos calles desde su trabajo hasta que divisó el gran cartel de la panadería. Era pequeña, pero bastante ambientada por lo que podía verse en el exterior: El frente era completamente de cristal, y las estanterías estaban llenas de donas y otros aperitivos dulces para llamar la atención. En el interior el color dorado tostado predominaba gracias a las diferentes barras de pan que se encontraban en los estantes y distintos tipos de emparedados estaban expuestos a exhibición completamente envueltos en nailon de cocina para preservarlos más tiempo; a pesar de eso, se notaba que estaban acabados de hacer por el color sano de la harina.

Definitivamente, no es lo mismo comprar pan en una panadería que en un mercado.

Entró junto con el sonido de la campanilla de bienvenida. El olor característico de pan recién salido del horno llenó sus pulmones y él lo recibió con agrado, respirando aún más hondo para retenerlo más tiempo. Fue directo a donde los emparedados y agarró su favorito para ir a la caja a pagarlo. Le gustaría tomarlo con más calma, pero a se había demorado mucho haciendo fila para entrar al mini mercado y, por tanto, no le quedaba mucho para que su horario de almuerzo culmine.

- Son 5.99¥ -La dulce voz de la cajera lo hizo mirarla por unos segundos.

Era joven, muy joven de hecho. La piel bien cuidada, el cabello marrón resguardado en la gorra roja para que no le molestara en el trabajo y el cerquillo en su frente le daba un aspecto aún más inocente; pero sus ojos cafés parecían tener un brillo de atrevimiento, típico de adolecentes como seguramente lo era ella. Pero si Nanami iba a resaltar algo de esa chica, era su sonrisa.

Nanami Kento no se consideraba alguien que se dejase influir por las actitudes de terceros; pero ese no era el caso. No era la típica sonrisa forzada que daban los empleados hacia los clientes para hacerlos comprar algo más, ni desprendía esa aura de fastidio que seguramente el sí tenía a su alrededor. Era la sonrisa de alguien que amaba su trabajo, y Kento sintió envidia de eso.

La mayoría de las escuelas en Japón no permiten a sus estudiantes trabajar a medio tiempo...

Decidió no prestarle más atención, al final no era su problema ni le interesaba, y sacó su billetera para pagar por el emparedado. Se veía que tenía una buena textura, y todos los ingredientes parecían ser frescos.

- ¡Vuelva pronto! -Le despidió la joven mientras él salía del local aún observando las múltiples diferencias de un pan de panadería y otro de mercado. Es más caro, pero definitivamente es de mejor calidad.

Apenas llegó a la cafetería de su trabajo, desenvolvió el emparedado, compró un café y se dispuso a degustarlo. Casi suspira al sentir la mezcla de sabores en su paladar y lo refinada que estaba la harina. Era tan fácil de comer, tan suave y relleno...

Bueno, gastar 6¥ en esto vale la pena.

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¡Por fin el primer capítulo! ❤

Por ahora todo normal, todo happy, todo bien suave; pero apenas estamos introduciéndonos en la historia de Nanami y Kyomi. Las cosas comenzaran a ponerse interesantes a partir del cuarto o quinto capítulo, por lo menos así lo tengo planeado.

Sé que es muy corto, pero ya había aclarado que ésta historia era a base de capítulos cortos. Aun así, serán encantadoras, lo prometo.🤞🏻

Bueno, me voy que tengo que actualizar otras historias. Mis lectores van a matarme. 😨

¡Los amo!

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2021 ⏰

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INMORAL {Nanami Kento x OC}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora