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Le hable a las estrellas sobre ti (pt 1)

— ¡Elijah! — llamó Adler mientras corría detrás de él — Antes de que te vayas... Quiero mostrarte algo.

Elijah estaba confuso pero intrigado por la propuesta de su compañero —¿ Ah sí ? ¿Qué es?

— Es un lugar especial para mí... Solo se lo muestro a personas de confianza, — se le empezaban a teñir las mejillas de rojo— y pensé que hoy sería el mejor momento para llevarte a ti— sonrió mientras miraba sus pies.

— Sería un honor para mí ir contigo. Guíame a ese lugar que tanto te gusta.

Elijah regresó sobre sus pasos para caminar junto con Adler.

La noche era cada vez más espesa, y los corredores del edificio se sentían cada vez más fríos. Solo se oían los pasos de ambos muchachos y algún grillo del jardín que se había colado a las instalaciones.

Ninguno de los intercambia palabras, después de un rato, Elijah sintió que debía decir algo, pero justo cuando lo iba a hacer, sintió como algo tocaba tímidamente su meñique. Volteó ha ver qué había sido, solo para encontrar la dudosa y cálida mano de quién lo guiaba a un lugar que el nunca había visto, tratando de entrelazar meñiques , nada más que eso.

Elijah fue más allá de lo que algún día Adler imaginaría llegar, y junto su mano con la de él. Era cálida, suave, y estaba un tanto temblorosa. Volteó a ver a quien le estaba sujetando la mano, con la luz de luna, llegó a ver cómo se cubría la cara con la otra mano.

Elijah se detuvo en seco, deteniendo a Adler junto con el.

— Oye... No tienes que ocultarte conmigo, puedes ser tu mismo— Adler lo volteó a ver y Elijah le dedicó una cálida sonrisa.

Adler lo miró a los ojos por un rato y luego le devolvió la sonrisa. Elijah, aún con su mano entrelazada, acarició su mano con el pulgar.

Siguieron caminando por los pasillos, hasta que se toparon con una puerta que decía "fuera de servicio"

— Es aquí — dijo el guía soltandole la mano a su acompañante — bueno... No exactamente aquí, pero es la entrada— abrió la puerta para dejar ver una escalera oxidada — vamos.

Adler empezó a subir esperando a Elijah para que no se quedase atrás, este, con curiosidad, lo siguió. Subieron hasta llegar a la azotea del edificio.

La vista era indescriptible, llena de estrellas, con la luna en medio del todo, estaba en un lugar donde no había iluminación artificial, por lo que las estrellas brillaban como nunca lo había visto antes Elijah.

Elijah, después de terminar parcialmente de admirar el cielo, inspeccionó el piso. Había una mesa con una sombrilla en el centro, y más al fondo solo habían cajas de suministros de oficina.

Adler bajó una caja larga para que nos se pudiesen sentar a ver el paisaje y hablar.

Cuando ambos se sentaron, Elijah pregunto:

— ¿Qué es este lugar?

— Solía ser una especie de observatorio, pero el número de estudiantes que se inscribian en la clase cada año se hacía menor, así que lo cancelaron, prácticamente está olvidado, excepto por mi claro.

— Es... Realmente hermoso Adler.

— Lo sé... Pero eso no es lo que lo hace especial. ¿Vez a las estrellas? — dijo mientras apuntaba con la mano— me gustan mucho, siempre están ahí, cuando estoy aquí... No me siento solo... Se que no se irán a ningún lado, y encuentro paz en éso. — apoyó sus manos detrás de él, Elijah lo volteó a ver a los ojos, que estaban brillando, no por la luna o las estrellas, si no porque estaba hablando de algo que realmente amaba— Tal vez lo encuentres raro, pero me gusta hablar con las estrellas... Nunca me juzgan, nunca dicen que no tienen tiempo para mí, no me hacen menos... Solo a ellas les cuento mis secretos o de personas que quiero en mi vida para siempre. — se sentó derecho y volteó a ver a Elijah, sus miradas se encontraron, y los latidos de ambos empezaban a latir más rápido y a la par. Adler volvió a ver el cielo y recargó su cabeza en el hombro de Elijah— Le he contando a las estrellas sobre tí... Te considero una estrella a tí, por eso te cuento todo esto.

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Las estrellas son lindas :) ✨