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Nuevamente el pequeño rubio amanecía en aquella modesta mazmorra oscura con sólo una ventanilla hacia el mundo exterior.
Podía oír a otros niños afuera; caminando, gritando e incluso a veces riendo.
Butters no sabia porqué él no podía unirse a ese grupo de chiquillos al aire libre. Deseando crecer para poder alcanzar aquel ventanal y lograr al fin asomarse a observar que tan divertido era estar afuera.

- ¿Otra vez mirando la ventana?- Habló un risueño despeinado pelirrojo llamado Kyle, su rutina mañanera consistía en siempre encontrar al de ojos celestes mirando atentamente aquel marco embarrotado con firmes líneas de hierro.
Suspirando ante la mirada perdida de su amigo y su silencio, el de cabello rizado se levanta de su cama para empezar su aseo diario; cepillando sus dientes casi soñoliento, pasando agua fría por su rostro para perder el sueño.

- Hoy... se levantaron temprano.
Apenas piaron los pájaros y ellos ya se pusieron a jugar - respondió entonces el contrario. Uniéndose al costado del lavamanos improvisado de la habitación, tomando su cepillo y siguiendo los hábitos de higiene.

- Oh... Entrenamiento matutino?

- Se escuchaba como corrían y se divertían...

- Por última vez Butters... Ellos no están jugando ahí afuera, ¿Cuándo entenderás eso?- sentenció el de ojos verdes algo malhumorado. - Ya te dije que los llamaban Gladiadores.

- Gladiadores...

- Si, hombres de pelea. Lo leí en un libro de historia. Eso quiere decir que se enfrentan entre ellos o también contra fieras en algún campo de batalla- respondía como cuán sabio a edad temprana. Kyle siempre había sido un agujero negro de conocimiento; todo lo que aprendía se le quedaba grabado de por vida. Es así como fue uno de primeros niños en aprender a leer e escribir. Siendo el preferido de la doctora Barbara durante las horas de estudio.

- Batallas... Oohh~ es una clase de juego de guerreros. - Kyle suspiró nuevamente mientras se enjuagaba la boca y guardaba su cepillo en la taza de porcelana.

- Leo... a veces no sé si sólo eres ingenuo o ignorante, temo por tí.

- Bueno, yo creo cualquier cosa es mejor y más divertido que estar aquí encerrados -recalcó calmado el rubiecillo terminando de acearse para volver a su cama y comenzar a tender las sábanas al igual que se cambiaba sus prendas de vestir. Kyle lo siguió de cerca haciendo lo mismo puesto que las rejas de su habitación se abriría pronto y vendrían por ellos.

El reloj marcó las 8:30 am.
Prosiguiendo a abrirse todas las puertas de borrotes de las habitaciones y como cuán ganado los infantes salían de sus respectivos cuartos para dirigirse a paso lento al comedor.
Después de doce años pasando por el mismo corredor a Butters ya no le parecía extraño caminar por aquellos pasillos vigilado a cada cinco metros por algún "guardia". Incluso conocía a algunos.
Un leve empujón hizo que hiciera la vista hacia atrás y encontrarse con un tembloroso Tweek.

- Gagh! L-lo siento, Butters -se disculpó el rubio de cabello estrellado, acercándose al contrario para tomarlo de los hombros desde atrás. Siguiendo los mismos pasos - ¿Y-ya se enteraron?...

- ¿Qué cosa Tweek? - preguntó Kyle

- Hoy... Hoy es el día de los hermanos mayores... Gagh!. - soltó de sus típicos tips nervioso - E-estoy seguro que es hoy, oh cielos!~, si es hoy no sabré qué hacer... Apenas me llevo bien con mi compañero de cuarto.. Y-y cuidar de un niño chiquito será mucha presión. -el pobre rubio no dejaba de guiñar y temblar.

- No te preocupes, Tweek. Sé que serias un buen hermano mayor. - El rubiecillo sobó una de las manos de su amigo que aún se mantenían posadas en sus hombros, tratando de aliviar en algo los nervios del contrario.

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⏰ Última actualización: Jul 19 ⏰

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"Parfom Omega" (BunnySP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora