En una cafetería-restaurante, que no llegaba a ser del todo ninguna de las dos cosas. Un hombre solitario en una mesa, se terminaba de tomar su segunda taza de café. A pesar de ser un emplazamiento oscuro, no tenía reparos en llevar gafas de sol, eran redondas, hacían juego con su atractivo rostro masculino. Iba vestido con un traje de costura italiana, el cual, había dejado sin tener ningún cuidado sobre el respaldo del asiento. Tenía las piernas cruzadas y la espalda relajada, mientras, atendía con una mano a los chats de uno de sus dos móviles, y con la otra bebía café.
Era joven, pero ya algo maduro y desarrollado, en torno a los 27 años. Era moreno, tenía la cabeza rapada, y una barba estilizada y cortada al milímetro. Un rostro impoluto, y una forma física admirable. Se notaba que pasaba varias horas al día manteniendo una imagen perfecta y cuidada. Parecía que estuviese esperando a alguien, pero nadie apareció en ese tiempo. Se terminó el café y pidió una botella de agua. Parecía que estaba a punto de irse.
Un hombre, que por su gabardina gris, no parecía un camarero. Le trajo un vaso y una botella de cristal. El misterioso hombre le pidió permiso para ocupar la otra silla, y se sentó junto a él. El hombre era pálido y esbelto. Estaba arreglado, pero llevaba sombrero. Tenía una barba pelirroja y frondosa, sobre su rostro algunas pecas.
—Yo soy quien espera. —dijo el hombre pelirrojo. Mientras, se quitaba la gabardina y la doblaba con cuidado. Luego, se la puso encima de sus piernas.
—¿Y a quién crees que espero? —sonrió. El hombre, abrió la botella de agua y la vertió sobre el vaso —. ¿Acaso eres a quien llaman "El adivino"?
—En efecto, tengo muchos nombres, y "el adivino" está entre ellos. ¿Puedo saber cuál es el de usted?—Me llamo Hernan Malik, aunque por lo que tengo entendido, tú ya deberías saberlo.
—Me temo que tiene usted una información errónea sobre mi manera de trabajar, señor. —dijo amablemente "el adivino" —. Soy incapaz de interceder en el futuro de mis clientes salvo que haya llegado a un trato previo con estos mismos.
—O sea, que solo adivina el futuro, —Malik esbozó una pequeña sonrisa irónica, antes de incurrir al adivino —. si la gente suelta los billetes. ¿Verdad?
—Si bien es cierto; que la mayoría de mis clientes opten por un medio económico, solo quiere decir, que la facilidad de evaluar o comparar el valor monetario de una "visión", es el método más sencillo para este negocio. Pero, la realidad es, que cualquier cosa valdría para hacer un trato conmigo.
—O sea, que podría pagarte en cromos, o..., en abrazos. —Malik, estaba en una cruzada solitaria por desestimar al adivino. No paraba de agarrar con pinzas cada cosa que decía aquel hombre, trataba de hacer burlas con todo, hasta aburrirse.
—Eso depende de cuánto valore yo sus abrazos, señor. —respondió con educación el adivino.
—Ya veo. Creo que esto va a ser una pérdida de tiempo, mejor me voy. —Malik apartó la silla de la mesa y se dispuso a levantarse.
—No creo que irse sea lo que quiere de verdad, señor. dígame qué le preocupa, dígame algo que quiera saber. Y yo le ayudaré.
—Si supieses ver el futuro, como me han dicho, sabrías que quiero saber.
—Aunque te hubiese dicho lo que esperas que te diga, no me creerías. Necesitas una prueba, y solo usted puede imponer las condiciones. Si no, ¿cómo confiaría en mí? —argumentó el adivino.—Si supieras el futuro, sabrías que voy a pedirte. Y sabrías que hacer para que te crea.
—Lo que usted quiere es la confirmación de que el futuro no está escrito. Lo que significa que, usted quiere un desafío. En concreto desafiar a su propio destino.
—Pues sí, eso es exactamente lo que quiero, no me gusta la idea de la predeterminación, no creo que el destino esté determinado.
—¿Y por qué está aquí?, ¿acaso no cree en su propio sino? Eso debería de ser suficiente para no haberse planteado venir ¿O es que tiene dudas?. —El adivino comenzaba a rasgar en las inseguridades de Malik, como quien rasca en busca de un premio en una lotería. Solo que él ya conocía el resultado, y no rascaría si no supiese que tenía un boleto ganador entre sus manos.
ESTÁS LEYENDO
Future-Man
Short Story¿Quieres saber el futuro? ¿Estás seguro? Future-Man no es responsable de lo que él puede ver. Pero tratará de ayudarte a evitar ese futuro, Aunque sus predicciones normalmente son del 100% de eficacia. Él hará lo posible por tí, por que es un caball...