Toto Wolff.

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¿Te gusta decirme papi?


Apreté los labios y trate de desviar la mirada de el, del hombre de 49 años Team Principal y CEO de Mercedes AMG Petronas- Formula 1 Team. Recargada, con los brazos cruzados sobre mi pecho y tratando de entretenerme leyendo la etiqueta de la agua mineral que era de mi jefe.

"¡Mierda! Es que no puede ser". Levanta la voz, ronca, con fuerza. Lo miro alarmada, me hace una seña con la mano y temerosa me acerco a el para darle su agua y recibir su carpeta de piel negra repleta de información mientras termina la llamada, su oficina en Brackley es fría igual que la fabrica la cual esta desolada a estas horas. "Rose". Mi nombre sale de su boca como una caricia, entrecierra los ojos y me subo las gafas que se han bajado de nuevo del puente de mi nariz para tratar de no ponerme roja bajo su intensa mirada.

¿Cómo explicar que fantaseo con alguien que puede ser mi papá? ¿Cómo explicar que me acaricio pensando en el y que tengo sensaciones con tan solo imaginar sus fuertes manos acariciar mis labios, sensaciones que nadie nunca antes ha provocado nunca en mi?.

"¿Puedes hacerlo entonces?". Enarca una de sus cejas y asiento, no lo he escuchado por estar fantaseando con él. "Nos vemos mañana aquí entonces a las 7, nuestro avión saldrá a las 8".

¿Que? ¿Qué ha dicho?

"Viajaremos a Bahréin y solo estaremos una semana para las practicas de pre-temporada, Rose muchas gracias por aceptar no te lo pediría si enserio mi asistente no pudiera ir, pero necesito tener a alguien cerca de confianza, te necesito cerca".

"Esta bien Señor Wolff, yo iré... solo necesito hablar para mover mi examen final en la universidad y...".

"Ya lo hice". Niega con la cabeza al ver mi rostro de confusión y me sonríe, mostrándome todos mis dientes, haciendo que algo extraño se forme en mi vientre y baje lento a mi parte intima mandándome un calor desconocido. "Contaba con que fueras conmigo, aparte. No acepto un no por respuesta".

"Oh...".





...


Desvió la llamada de nuevo al buzón de voz, Dereck no deja de llamar para rogarme seguramente por su perdón, eso me pasa por salir con niñatos de 24 años con edad mental de 16.

"¿Todo bien?". Pregunta mi jefe sentado a un lado de mi, el restaurante carísimo al que hemos venido a cenar esta llenísimo, los patrocinadores nos rodean y algunos siguen hablando pero la mirada café de mi jefe no se ha apartado de mi.

"Si, no se preocupe". Respondo quitándole importancia, el asiente sin decir nada más. Me remuevo incomoda en mi asiento y entrelazo mis manos sobre la mesa para poder prestar atención a lo que esta diciendo.

Le presto atención a todo el, a sus fuertes brazos apretados por su camisa blanca remangada hasta los codos regalándome una vista maravillosa de las venas marcadas que se alcanzan a apreciar, su nuez de adán baja y sube mientras habla explicando lo que tiene planeado para este año. Es tan guapo, tanto que cuando pienso en el a menudo me pregunto si es real, sus grandes manos se cierran torno a su vaso de whisky antes de darle un trago, se pasa la lengua por los labios recogiendo el exceso y esa acción casi me hace gemir.

Desvió la mirada con las mejillas totalmente sonrojadas cuando su mirada cae de nuevo en mi, siento el latido de mi corazón golpear mis oídos y eso me es suficiente para que mantenga mi mente alejada de el lo que queda de la reunión. Pero es imposible, su presencia impone y me percato de la mirada que varias mujeres de todas las edades le echan, desde las adolescentes que posiblemente fantasean con tener a un hombre como el en su cama para vivir la experiencia, para dentro de años contar la anécdota hasta las señoras casadas que podrían ser de su edad anhelando tener un esposo que se vea como el para al llegar a casa te haga sentir bien, muy bien.

ONE SHOTS - F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora