Cita de estudio

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El día estaba tranquilo y soleado, casi perfecto

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El día estaba tranquilo y soleado, casi perfecto. Zemo y Bucky llevaban una hora leyendo e intercambiando información de un libro sacado del montón que Zemo tenía apilados a su lado.

Ambos habían comenzado estudiando en el suelo de la sala de estar, pero conforme pasaba el rato, Bucky se impacientaba y cambiaba de lugar. Al final se decidió por quedarse sentado en un amplio sillón que no estaba tan lejos de donde empezaron. Zemo tomó un par de libros y se volvió a sentar en el suelo; esta vez justo enfrente de su novio.

—James. —Bucky se exaltó al oír de repente su nombre. —Por favor no te duermas. —se burló.

El ojiazul suspiró y llevó ambos brazos a su nuca mientras se echaba hacia atrás en el respaldo del sillón. Zemo disfrutó de la vista desde abajo.

—¿Qué me delató?

—Haz estado más impaciente hoy que el resto de las veces que estudiamos juntos. Puedo parar y seguir otro día si te molesta. —dijo cerrando el libro que tenía en mano.

—No no. No es eso, no estoy molesto. Sabes que me encanta ayudarte y pasar tiempo contigo fuera de la universidad. —Zemo sonrió con ternura. —No se qué me pasa hoy, me siento ¿estresado? —soltó un pequeño suspiro.

Zemo se conmovió. La verdad ambos sabían que él no necesitaba ayuda para estudiar. Era un alumno brillante, de eso no había duda.

—Acércate. —demandó.

Bucky hizo caso y se sentó en el borde del sillón. El menor lo tomó por la barbilla y lo acercó a él bajando un poco su rostro para después darle un rápido beso.

Ambos sonrieron.

—Hagamos esto. —le propuso Zemo. —Tomemos un libro cada uno. —dijo mientras levantaba un libro y se lo daba a Bucky. —Hacemos una pregunta de los temas estudiados. Si uno da una respuesta incorrecta, esa persona se tiene que quitar una prenda como castigo.

La verdad, el joven también se había empezado a aburrir, y quería dar una excusa para aprovechar el resto del día con su sexy novio.

Bucky al oír la propuesta se sorprendió y rápidamente bajó el rostro frente al de su novio.

—¿Qué estás diciendo? —dijo susurrando en un tono exaltado. —Oeznik nos puede oír, Helmut. Estamos en plena sala de estar. —esto último sonó como un regaño.

El menor rió y siguió con los susurros acercándose al oído de Bucky.

—Le di a Oeznik el día libre, James. Hoy estamos solos. —alejó el rostro. —Yo creo que esta propuesta te ayudará a despejarte un poco. —dijo regresando su tono de voz a la normalidad.

Cita de estudio | Winterbaron AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora