Dias inquietantes

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Decidimos que llamaríamos -Charlotte- a nuestra pequeña locura.
Estabamos en esos dias en que los segundos eran horas y las horas eran eternidades,Charlotte en cualquier momento podría tener curiosidad en querer conocer este mundo lleno de curiosidades.
Mi madre siempre me decía que cuando ella diera a luz me enviaría un mensaje.En los últimos días de su embarazo eran eufóricos, yo al salir del instituto esperaba ansiosa una notificación de mensaje.Siempre maldecía esos dias en los que acababa el instituto y tenía un mensaje,pero no era de mi madre.
Siempre pensaba que en cualquier momento mi madre podría estar dando a luz y volvia a casa con la esperanza de no encontrar a nadie,pero el día siempre acababa mal,y yo seguía sin conocer a mi hermana.Pero me quedaba el consuelo de que por la noche podía frotar-le la barriga a mi madre y notar las patadas que daba la pequeña Charlotte.
Y así todos los días.

La pequeña luna de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora