El Joven Misterioso

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- Esto es más que suficiente, muchas gracias por su donación, los más necesitados derramarán bendiciones sobre su negocio -

En la entrada de un minimarket, Gojo Satoru, un sacerdote dedicado a ayudar a los necesitados agradece por las donaciones de una fiel seguidora.

- No se preocupe, siempre estoy dispuesta a ayudar los más necesitados -

Le regala una sonrisa.

- Claro que me preocupo, usted es una muy buena persona, un alma noble y muy fiel a nuestro señor -

Le regresa la sonrisa.

- Déjeme ayudarle -

- No, no se preocupe, yo me encargo de todo, ya hizo suficiente -

- Quiero ayudarlo por favor -

Insiste.

- Le digo que esta bien -

Le sonrie.

- Pero sacerdote... -

Iba a decir algo más pero un cliente entra a comprar.

- Disculpe un momento -

Va atenderlo.

- Salvador por la campana -

Ambos ríen.

- Buenos días en que puedo ayudarlo? -

La joven se sorprende al ver al joven que tenía delante, tenia el rostro cubierto y la ropa sucia.

- Dame todo el dinero o te mueres -

Amenaza, la joven se asusta pero no reacciona.

- Qué no entendiste?! Dame todo el dinero! -

Del bolsillo de su maltrecho pantalón saca una navaja y le apunta.

- Ahora si te vas a mover? -

La joven reacciona al ver aquel arma tan filosa, se apresura abrir la caja registradora y saca todo el dinero del día.

- Toma todos los comestibles enlatados del mostrador y mete todo en una bolsa -

Ordena una vez que la joven termina de sacar todo el dinero, lo llena en una bolsa con los comestibles.

- No me haga daño por favor -

Su voz suena asustada, Gojo, quien había visto todo se apresuró ayudar a la joven, con mucha cautela camina detrás del joven y sin que lo note le da un golpe en la mano haciendo que suelte el cuchillo.

- Argh! -

Se asusta y voltea a ver quien era. La joven ante la distracción se apresura a llamar a la policía.

- Vas a morir bastardo! -

Con rapidez el joven toma el cuchillo del suelo y se lanza sobre Gojo, la diferencia de tamaños era enorme, sin duda aquel joven era aún menor de edad.

- No lo creo -

Gojo le sujeta con facilidad ambas manos pero el pequeño si que era fuerte.

- Déjame! -

Inmovilizarlo fue fácil, pero no podía tenerlo bajo control.

- Llamaste a la policía? -

Pregunta mirando a la joven.

- Si... están por venir -

La joven mira la escena, el joven en el suelo boca abajo mientras el sacerdote lo tenía inmóvil con una rodilla en la espalda.

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