10. NUEVA RUTINA Y UN POSIBLE RELATO

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Wenas, no hay nada que decir realmente. Así que solo disfruten del capitulo r7u7r


El jugador de ulama se remueve del suave petate con algo de pereza. El suave canto de las aver anuncia la salida del sol que comenzaba a asomarse en el horizonte. 

Yun sintió un leve escalofrío atravesando su espalda desnuda. La manta que lo debió cubrir por la noche probablemente estaba tirada por algún lado del petate. O de lo contrario, Izel debería estar por completo envuelta en ella.

El maya movió su brazo de uno de los lados del petate en busca de su esposo. Sin embargo, su mano sólo sintió el frío piso de madera de su hogar para protegerse del aire helado de la madrugada.

Aún sin abrir los ojos, Yun se removió hacia el otro del petate para poder abrazar a Izel y seguir durmiendo un poco más. Yun busco de aquel lado del petate a su esposo para envolver sus brazos a su alrededor y acurrucarse en busca de algo de calor. 

Sin embargo, la suave manta aún cálida que se encontraba de aquel lado del petate fue lo único que Yun pudo sentir. Removió un poco más su mano por toda la extensión de aquel lado del petate en busca de su esposo. Pero no había nada. Aquello hizo que el jugador de ulama finalmente abriera los ojos.

Yun observó aquel lado del petate, vacío, ocupado únicamente por aquella manta de colores vibrantes. Eso fue lo único que Yun pudo ver en aquel pedazo de petate vacío. Lo único que había de su esposo era el leve rastro de calor en aquella manta. Señal de que se había levantado hace poco.

Yun miró aquello y sin poder evitarlo frunció las cejas en señal de frustración. Aquel comportamiento se había estado repitiendo desde hace varios días. 

Antes, ambos se levantaban después de la salida del sol y preparaban chocolate para beber mientras hacían el desayuno o simplemente se quedaban acurrucados en el petate hasta que Yun tuviera que levantarse para ir a entrenar e Izel tuviera que cumplir con su deberes de artesanía.

Pero desde hace unos días ya no era así. Ahora Yun abría los ojos e Izel ya no se encontraba ahí a su lado o acurrucado en su pecho como solía hacerlo cuando sentía frío.

Yun recordó la primera vez que Izel hizo eso de levantarse y salir de casa sin avisar. Aquello casi le da un ataque al corazón. Sobre todo después de lo que había pasado con esos monstruos. Por lo menos, ahora sabía que Izel no lo hacía con la intención de darle un para cardiaco.

Yun poco a poco se sentó en aquel petate y se quedó mirando en dirección a la puerta. La cortina que cubría la entrada de aquel cuarto se encontraba levemente corrida hacia un lado, una señal más de que Izel se había ido.

Yun se resigno y dejó salir el aire de sus pulmones con desgana y se puso de pie y se acercó a una de las cestas que había en aquel cuarto para sacar su ropa para ponerse.

Tomó aquella prenda de ropa sin muchas ganas. Realmente se sentía extraño por lo que estaba pasando desde hace días. Casi una semana. Era poco tiempo, pero empezaba a sentirse extrañamente incómodo por el cambio de actitud de Izel.

Sacudió su cabeza para deshacerse de aquellos pensamientos y comenzó a vestirse para ir a ver a su esposo antes de que tuviera que irse a entrenar.

Sabía exactamente en donde se encontraría el campeón de la humanidad.

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Yun caminaba rumbo a la plaza de la ciudad de Ux-mal. Algunos puestos ya comenzaban a mostrar señales de vida con los vendedores colocando sus productos o colocando mantas en las delgadas columnas de madera para cubrirse del sol cuando este estuviera en su punto máximo.

UN DIA MUY ESPECIAL "YUNZEL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora