Él se enamoró de ella,
se conocieron en una estación del metro,
nunca se había visto al universo besar planetas,
pero como en todo
siempre hay una primera vez.
Voy a comenzar por el principio.
Él quería conquistar su casa.
Ella quería conquistar la ciudad,
el país,
el continente,
el mundo,
el universo
y de seguro esclavizar a todos.
Él nunca se había enamorado,
solo había visto amores fugaces.
Ella ya lo había dado todo con alguien.
Él no entendía lo que le pasaba,
era alguien totalmente distinto,
se sentía débil
y fuerte al mismo tiempo,
se sentía alto y bajo
aun qué mide casi dos metros.
Ella se volvió a sentir atraída por alguien,
él era ese alguien
los dos sabían lo que pasaba.
Cuando se miraban,
los cometas se detenían
a ver qué pasaba en ese planeta,
rara vez ocurría algo especial allí,
pero la energía que emitían
era tanta,
que cuando se besaban, la vía láctea
comenzaba a recoger la leche que se rego en un vaso
para que ellos bebieran de allí.
Él lo comprendió,
o ella se lo hizo entender,
que tenían que dejar de parar el tiempo
y comenzar a recorrerlo,
así que ella huyó,
o seguro solo su cuerpo
porque su alma aún flotaba
alrededor de él.
Ella lo extrañaba
y quería volver,
él llevaba ya años buscándola,
porque decidió dejar esperarla
para volverla a besar.
Él se sentía ya casi rendido,
la había buscado
en los lugares donde creía
que la encontraría,
así que solo volvió a casa.
Ella le quería dar una sorpresa
tal como un big bang,
y fue a buscarlo a casa.
El la vio y solo la besó,
se hizo un hueco en tiempo
y se quedó parado en su mejor momento.