Blue ¡! 𝙅𝙤𝙝𝙣𝘿𝙤

01. B¡!♡˖ Bienvenido a casa.

𝗕𝗟𝗨𝗘

蓝色的¡!♡ Entonces el apareció
sacudiendo mi mundo
con esa tonta sonrisa.

🥞

Johnny estaba más cansado que nunca, había sido un muy largo viaje de Estados Unidos hasta Corea, y no iba a mentir, tener que dejar todo lo que había construido en su país natal para mudarse al país de sus padres no era un proceso fácil de afrontar, menos cuando solo era un adolescente que pensaba en querer salir con sus amigos a divertirse un rato.

—El lado bueno de todo esto es que... ¿Podemos hacer vídeo llamadas? —dijo Mark viendo a su mejor amigo sufrir en su nueva habitación.

—No es lo mismo —Johnny cerró los ojos un momento tratando de que el sueño no lo consumiera, pero le fue imposible, en verdad estaba muy agotado.

Cuando despertó se llevó la sorpresa de que su mejor amigo aún seguía en la videollamada y que ya eran las tres de la tarde. Tal vez si estaba muy cansado.

—Buenas noches Mark —se despidió Johnny dando por finalizada la llamada.

Estaba aburrido así que decidió arreglar un poco su futura habitación, primero tendió su cama y después comenzó a ordenar su ropa en el armario que tenía justo al frente, le gustaba ordenar todo por colores aunque la ropa de color azul abundaba.

—¿John? Baja un momento, por favor, vinieron unos vecinos a presentarse —YangMi abrió lentamente la puerta encontrándose con su hijo ordenando todo.

—Pero mamá... —se quejó Johnny arrugando la nariz. No quería conocer a nadie nuevo, el estaba feliz en su burbuja antisocial.

—Sin peros, hijo, no debemos de ser groseros.

Al final Johnny terminó accediendo y bajó a la sala de su hogar encontrándose con una chica muy linda y un chico de cabello negro que vestía como si fuera verano aunque hacía un frío que te congelaba los huesos.

—Hola —la chica extendió su mano para tomar la de Johnny. —Mi nombre es Taeyeon y el es mi hijo, Doyoung.

—Hola —saludó el chico con una gran sonrisa y Johnny pudo jurar que era la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

—¿Por qué no vas y hablas un rato con Doyoung? No te vendría mal tener un amigo aquí —YangMi codeó a su hijo. —Mientras tanto yo hablo con Taeyeon para conocer un poco más el lugar.

Johnny entrecerró los ojos sabiendo de los planes macabros de su madre, desde que había salido del clóset trataba de buscarle un novio a como diera lugar, incluso su propio padre porque querían un yerno que consentir.

Y es que, incluso habían intentado que fuera algo más con Mark pero el enano ese era heterosexual y salía con una chica de su curso.

—Por aquí cerca venden café ¿Te gustaría ir? —dijo Doyoung señalando con sus manos a una dirección en específico, Taeyeon notó rápidamente las intenciones de su travieso hijo pero no iba a decir nada, dejaría que todo fluyera lentamente.

El castaño asintió lentamente, la verdad un café no le vendría mal para terminar de despertar y acostumbrarse al nuevo horario que tenía.

—También tengo un gato, es negro y se llama Sirius —el tal Doyoung no dejaba de contarle cosas por el camino mientras que el solo iba pensando lo raro que era ese chico, pero no raro en una forma fea, si no, raro de esos que te daban curiosidad. —¿Te gustan los gatos...? Ah, no me has dicho tu nombre.

—Johnny.

—Eres una persona de pocas palabras, me gusta.

Llegaron a esa cafetería y Johnny se quedó sorprendido al notar que el lugar tenía decoraciones de un tono azul bastante bonito, tal vez ese lugar se haría uno de sus favoritos con el pasar del tiempo, aún no lo sabía con certeza.

Pidieron un café cada quién y Doyoung pagó porque "yo invité, yo pago", así que no dejó que el pobre de Johnny pagara su parte.

—Tengo un mejor amigo, su nombre es Taeyong —Doyoung seguía contándole cosas a Johnny y este lo escuchaba atentamente tratando de comprender bien que era lo que decía, su coreano aún no era muy bueno. —Tu mamá mencionó que eran de Estados Unidos... Oh dios, he estado hablando como idiota y ni siquiera se si sabes coreano.

—Solo un poco —Johnny se alzó de hombros.

—¿Te sientes más cómodo si te hablo en inglés? —el de cabellos castaños se quedó totalmente sorprendido al notar que su acompañante hablaba inglés de una forma bastante fluida, incluso parecía que fuera su lengua materna.

—La verdad, sí, aún no entiendo mucho el coreano —admitió avergonzado.

—Yo puedo enseñarte así que por eso no te preocupes.

Las personas alrededor podrían describir de diferentes formas a los chicos sentados en la mesa del fondo, cualquiera podía decir que Doyoung era alguien hiperactivo por su forma de hablar y otro podía decir que Johnny era un amargado de primera por no haber sonreído ni un poco desde que habían llegado al lugar.

Incluso podían ser como el sol y la luna, Doyoung tan activo y brillante que parecía destacar en cualquier lugar con solo su presencia, y Johnny tan opaco al igual que el azul de su suéter que casi no se hacía notar mucho.

—Me gusta el color azul —dijo después de que se quedaron en silencio por un pequeño momento.

—¿Por qué? —Doyoung lo observó atentamente y Johnny se sintió un poco tímido, era la primera vez que alguien se interesaba en el por algo tan tonto como un color.

Aunque no era tonto para el.

—El azul es un color triste, así como yo, soy alguien triste —explicó Johnny. —También es un color frío, mis amigos dicen que soy una persona fría así que por eso me queda el color.

—Pero es dependiendo del tono de azul —dijo Doyoung. —Si usas un azul claro puedes transmitir tranquilidad, frescura, lealtad, así como también la gente puede pensar que eres alguien inteligente y responsable. Si usas un tono fuerte es donde das esa sensación fría y triste, incluso creo que también puede llegar a reflejar poder y por eso las empresas lo usan en sus edificios.

—¿Todo eso por un tono? —Johnny estaba sorprendido, si bien le había dado su propio significado al color azul, no sabía el verdadero y que todo podía cambiar con un simple tono.

—Es sorprendente ¿No? Se llama psicología del color.

Ambos tuvieron que regresar a la casa de Johnny por una llamada de su madre que decía que tenía que ir a comer, aunque Johnny estaba lleno por haber tomado el café, aún así no podía desobedecer a su madre.

—No encuentro mi celular —Doyoung hizo un puchero. —¿Me puedes prestar el tuyo para marcar al mío?

—Claro.

Johnny le pasó su celular al chico y este llamó, rápidamente el tono de su celular pudo escucharse desde el bolsillo de su short haciendo que el más alto le dedicara una mirada con los ojos entrecerrados.

—Creo que lo encontré —Doyoung tenía las mejillas totalmente sonrojadas. —Ya que estamos, deberías de agendar mi número, digo, aprovechando la oportunidad.

Fue hasta ese entonces que Johnny soltó una pequeña risa antes de tomar su teléfono y agendar el número del chico pelinegro.