❁ཻུ۪۪ 𝙊𝙐𝙍 𝙎𝙀𝙓, 𝙇𝙄𝙏𝙏𝙇𝙀 𝙋𝙍𝙀𝙏𝙏𝙔 𝘽𝙐𝙉𝙉𝙔┋ ¿Realmente es necesario el sexo para una perfecta "primera vez"? Todoroki Shoto, un Omega híbrido de conejo piensa que sí y se siente tan mal por no hacer sentir placer a Midoriya Izuku, un...
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Todo comenzó como el pequeño conejito se lo imaginó.
Flores delicadas, velas de vainilla, sábanas suaves que olían a algodón limpio tan dulce ante su delicada nariz que le hacía bajar las orejas bicolores por la tranquilidad que sentía. Tan confortante, cálido, maravilloso para su lindo Omega que estaba feliz por el momento tan esperado que aceleraba su corazón de fresa que se encogía con cada respiración presa de la anticipación y ansiedad, una buena que hacia temblar a su bola de algodón en su espalda baja mientras mira con amor a la persona delante de él.
La ropa se quitaba con bastante facilidad cayendo de forma delicada acariciando su cuerpo, los pantalones y las camisas se tiraban a diferentes rincones de la habitación obstruyendo que todas las flores que el tigre había comprado para el formando un campo floreado recibieran algo de luz de lo cual se encargaría mañana. La fugaz risa del Alfa que veía como se quitaba su última prenda con cuidado le hizo sentir un poco de calor en el pecho, notando como una cola con franjas verdes, negras y algunos mechones blancos se movían por la ternura que sacudió el pecho del otro, antes de escucharlo tragar muy fuerte cuando le dijo que hiciera lo mismo para reírse también.
Entonces, Izuku con el rostro sonrosado le refalo una sonrisa nerviosa diferente a otros tigres que mantienen auras intimidantes, más a los de su especie, peor si son Alfas. Él siempre fue así, con su porte y aura nadie se quería acercar solo siendo una casualidad que se pelearan por un libro de literatura en la biblioteca, admirando que un conejo no tuviera miedo a meterse con uno de ellos, hasta peleando para tener lo que tanto quería ante alguien que fácilmente podría devorarlo en su forma animal, sobrepasandolo por casi veinte centímetros por ser de una especie pequeña, cayendo fácil en una pata de esos animales, hasta en sus garras, pero las orejas del bicolor le taparon los ojos y salió con una risa victoriosa de ahí con su libro antes de dárselo el día siguiente por ya haberlo terminado. Ahí empezó todo, su amistad y luego el camino que seguirían entre flores, máquinas expendedoras y chocolates amargos hasta llegar a ese momento como pareja.
Con el último adiós del crepúsculo se posicionó sobre su cuerpo más pequeño que lo recibió con cariño. La botella de lubricante se hizo notar con un ligero brillo y lo que se suponía que debía quedar en la mano del mayor resbaló hasta su abdomen haciéndolo reír y avergonzado a su novio, quien avergonzado le besó las mejillas con cuidado, disculpándose una y otra vez por hacer un desastre.
-De todos modos nos vamos a ensuciar... -Su voz salió en un susurro pequeño perdiéndose entre las esmeraldas con tonos jade ligeramente oscurecidas con ónix por la lujuria, aún así brillando y mirándolo con amor acariciando su mejilla decorada con una lluvia de estrellas, dando lo mismo a igual intensidad o mayor con felicidad. -No me importa la limpieza adicional realmente.
