Un milagro.

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He estado caminando ya mucho tiempo. Y no lo digo en forma literal, ya que no tengo ganas si quiera de salir de mi habitación. Pero llevo un largo rato por el mismo camino, ya casi no tengo amigos, si es que a lo que tenía de les considera "amigos", personas que cuando te derrumbas se alejan.
Y bueno, sigo aquí, después de todo este tiempo, no he tomado el "gran paso", ni me he suicidado, ni he salido de esto. Simplemente sigo aquí.
Siento que el suicidio no es una opción para mi, primero por que, odio el dolor. Y luego por que seria muy egoísta, se que hay personas con mas problemas, y que los afrontan mejor. Déjenme explicar; hay niños con cáncer, que no andan deseando morir, aunque saben que es inevitable, sonríen y piden un día más, no puedo ser tan egoísta, no como para desperdiciar esta oportunidad que se me ha dado. No puedo, por mas miserable que sea, no puedo, tal vez no soy tan valiente después de todo, o lo soy lo suficiente como para seguir con esta mierda.
Como sea, sigo aquí, quizá esperando un milagro, el momento correcto, la persona correcta, el Apocalipsis zombi, algo que me saque de aquí. Algo que me haga creer otra vez, en verdad deseo recobrar mi fe en la humanidad, y en mi mismo, pero al pasar de los días, sigo igual y ya no se ni si quiera como se siente "tener esperanza".
Quisiera, en verdad, tener el valor, el amor propio, o lo que sea que se necesite para salir de esto pero ¡Simplemente no puedo! Estoy desesperado, tanto como yo lo puedo llegar a estar. Es mas, ya he olvidado que me ha llevado hasta aquí, sin embargo aquí sigo, esperando un milagro.
Tal vez, mi milagro sean las palabras, han sido las que han evitado que explote, sin embargo y siendo realista ¿qué más me queda? Lo he perdido todo en mi autodestrucción, amigos, hobbies, esperanza, amor, familia, sangre, ya nada me queda. Ya he tocado fondo. Ya no tengo nada que perder. Nada. Tal vez sea el momento, y deba tomar el "gran paso" pero como he dicho antes, no puedo ser tan egoísta. ¿Pero para que sigo aquí? Cada día deseo morir, desmayarme, ir al doctor y que me digan que soy terminal. Así tal vez alguien se acordaría de mi, tal vez, mi familia podría estar 5 minutos sin gritar, tal vez alguien me extrañaría y se arrepentiría de tratarme tan mal; pero no, no tengo una enfermedad terminal, no tengo el valor para el "gran paso", mi familia sigue gritando y ya nadie me extraña. Sigo aquí, completamente solo.

Un relato de soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora