Los 4 paraderos.

Prólogo: La llegada.

Esta dramática historia se da a comienzos del año dos mil, cuando tres estudiantes mantenían una amistad que parecía inquebrantable.

Era un comienzo de clases normal y organizado en la ciudad de Seúl en la secundaria para niñas Ewha.

-¿Ya llegó la tailandesa que se iba a transferir?- Preguntó inquietamente el director.

-Aún no. - Le respondió la secretaria.

Lalisa Manoban... con belleza de una Barbie; y quizá la misma cantidad de trabajos que ésta...

-Señor director, no quiero cuestionar su razonamiento pero está seguro de que...

-Si no quieres cuestionarme entonces no hables - La interrumpió el director. -Estoy más que seguro, esta escuela tiene una reputación impecable y así se mantendrá.

Justo en ese momento de plena seguridad, la determinación del director tambaleó cuando vio a Lalisa Manoban entrar a su secundaria, con un uniforme impecable, una sonrisa imborrable, y unos ojos grandes y curiosos en busca de alguien especial.

Los grupos de la secundaria para señoritas Ewha se dividían en 3 cursos especializados; Humanidades, Ciencias Naturales y Economía.

-¡Hola! Me llamo Lalisa y soy una estudiante transferida, quería pedirles una recomendación para elegir una categoría para cursar...

-Hola Lalisa, me llamo Park Roseanne -Respondió dulcemente la muchacha de cabellos color miel. -Y ella es Kim Jennie y Kim Jisoo.

-Hola. -Soltó rápidamente con seguridad Jennie.

-Wow, Park Roseanne... que bonito nombre. ¡Parece de la realeza!

Roseanne expresó una leve sonrisa bloqueandola de la vista de Lalisa con sus cabellos al mirar hacia abajo avergonzada.

-Te recomiendo el curso de Ciencias Naturales -Irrumpió Kim Jisoo quebrando la vibra incómoda.

-Sí. -Reafirmó Kim Jennie brindándole una mirada de seguridad envolvente. -Yo voy a Economía y Rosie a Humanidades.

-Te veo cara de Economía en realidad -Lanzó Kim Jisoo, provocando que Lalisa se inquiete.

-¿Por qué lo dices? -Respondió ésta.

-Tus ojos tienen una vibra extraña -Contestó desafiantemente Kim Jennie.

Lalisa lo había entendido, las dos Kims eran como dos víboras que se enroscaban y retroalimentaban entre sí dejando a Rosé a un lado. Porque al final del día, sea en rachas o desde siempre, en los grupos de a tres un dúo siempre es más cercano.

El timbre sonó, anunciando oficialmente el comienzo de las clases y el fin de los pensamientos analíticos de Lisa.

-Aquí vamos... -Susurro la nueva, siguiendo lentamente a Kim Jisoo hacia el área de Ciencias.