Capítulo 00: Worship.

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Silencioso ingresé a la oficina de mi padre.

Padre, me estuvo llamando toda la mañana.

—Me gustaría que antes de decirte lo que harás, —me tiró un ojo de arriba a abajo. —te ves presentable, ¿a dónde vas hijo?

—Es que voy a salir a desayunar con una chica. —Bosquejé una pequeña sonrisa.

—Pues quiero que anules esa cita, te he conseguido un nuevo trabajo.

Sentí de inmediato como mi aire empezó a cambiar. Lo peor no era el trabajo que desconocía, el problema era Eli, la dejaría plantada por enésima vez.

—No puedes hacerme esto, al menos no a la chica, se va a sentir muy mal si le cancelo. —Dije.

—Un muy buen amigo mío nos necesita. —Mi padre que estaba cerca de la ventana miró a través de ella corriendo un poco la cortina y luego me observó de vuelta. —Tú solo irás abajo, y te irás en ese auto blanco. Ve y cumple con tu trabajo.

Ordenó sin siquiera escucharme, y yo como siempre, iba a hacerle caso una vez más.

Pero que más se iba a esperar de un chico que ni trabajaba ni estudiaba. Yo mejor me la pasaba dibujando retratos para regalárselos a las chicas con las que ligaba en Tinder.

Así era mi día a día.

Salí un poco árido de la oficina de mi papá, y tal como me había mandado me subí al auto el cual de inmediato estuve allí se puso en partida a no sé dónde.

No llevaba conmigo nada más que mi teléfono, qué será ese trabajo que le hare a mi padre.

Empecé a mover mis dedos rápidamente contra mi pierna, ahora estaba muy nervioso y el chofer solo me intimidaba más con su porte de hombre malo.

Aunque la verdad solo parecía un borrachón.

Resoplé echando un vistazo a la pantalla de mi celular, tenía bastante carga pero era iPhone, igual se iba a descargar rápido.

Ya llevábamos un par de horas en camino. Estábamos fuera de la ciudad.

La hora marcaba las 5:00 de la tarde, la hora de mi cita con Eli. Ya teníamos un mes tratando de vernos en persona. La ultima vez surgió un asunto donde tuve que dejarla plantada también, esa vez me excusé y ella me comprendió, pero hoy...

No tenía cara para disculparme de nuevo, así que hoy la iba a dejar ir.

Y me sentía mal, muchas chicas de las que conocía por Tinder solo querían más allá de una amistad sana o una relación que fuese despacio, ella se veía una novata como yo, que solo quería hurgar en la aplicación por mera curiosidad con la fe de encontrar una relación bonita.

Puse nuevamente toda mi concentración a lo que estaba pasando fuera del auto, el ambiente habia cambiado a una hermosa casa de playa en la cual el chofer ya se encontraba estacionado.

Me bajé del auto seguido del chofer, tenía las piernas un poco entumecidas para decir verdad y me sentía algo aturdido por el viaje.

Entonces veo que un señor con un muy buen porte nos hace señas para que nos dirijamos a él.

—Buenas tardes, mucho gusto. —Se presentó amistosamente.

—Un gusto. —Le devolví el apretón de manos.

—Bien Casper, vamos a mi despacho para que conversemos. Se ve que aparte de guapo eres un muchacho confiable. —Se carcajeó de un chiste que no logré tomar.

El hombre miró mi cara extrañada y procedió a decir: —Descuida, te gustará la oferta que traigo para ti.

—Disculpe señor, pero agradecería que se explicara mejor.

—Para eso vamos a mi despacho. —Empezó a caminar y yo le seguí el paso.

Sentía mi cara pálida, y eso que soy de piel oscura. Realmente no sabía a que se debía esto.

Yo solamente le estaba rogando al señor de que a mi padre no se le ocurriera introducirme en el mundo de sus sucios negocios.

Después de un rato andando por la casa de playa entramos a un despacho, era muy elegante y monocromático.

—Siéntese Casper. —Me senté y me quedé tieso en la silla.

—Tengo unas preguntas para usted. —Se puso serio y reclinó su silla. — ¿Qué edad tienes?

—Tengo 20 años. —Respondí automáticamente.

—Se que no estudias, pero, ¿A qué aspiras?

A diferencia de la otra respuesta, dude un poco a dar esta.

—No supiera responderle la verdad.

— ¿Y su gusto sexual?

¡Papá, qué tipo de negocios son estos!

—Soy homosexual. —Dije seguro, no sabía muy bien esos términos, pero había escuchado por ahí que así se les llamaban a las personas que le atraían su sexo opuesto.

— ¿¡Te gustan los chicos!? Mierda. —Chocó sus puños con la mesa y yo me asuste.

—No... o sea, mi sexo opuesto, ¿No es así como se dice?

—No, Casper. El término que usted quiere referirse es a Heterosexual. —Resopló y sacó una chequera.

Oh... Ya.

—Ocho millones para que aceptes el trabajo. —Tomé el papel y leí la cantidad.

Pero realmente aun no sabía cuál era el trabajo.

—Si supiera exactamente que es lo que usted me ofrece... quizas sea más fácil aceptarle.

—Tengo una hija... Ella perdió a su madre y está muy devastada. No quiere comer, no quiere ducharse... a excepción hoy que intento salir de casa, pero regresó muy desanimada.

—Entiendo, pero no entiendo nada aun.

—Tu trabajo es ayudarla a brillar de nuevo o una mierda parecida a eso. Solo quiero que la hagas sentir bien. Quiero ver feliz a mi solecito.—Casi le brillaron los ojos al decir esas palabras.

— ¿Y cómo podría yo conseguir eso?

Todos mis músculos que estaban tensos se relajaron.

Juro que pensé algo turbio.

—Enamórala, pero de esto ella no se puede enterar. Ocho millones y enamoras a mi hija.

—Trato hecho. —Me paré de la silla al ver que él había hecho lo mismo.

—Debes darme el cheque de vuelta, lo firmaré. Cuando tu trabajo haya culminado, te lo entregaré. —Le devolví el papel.

—Confíe en mí, no le fallaré .

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2023 ⏰

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