Era un día tranquilo en la casa Morgan los pájaros cantaban alegremente y no iba a haber nada que interrumpiera esa tranquilidad... Cuando de repente una camioneta Chevrolet que parecía de segunda mano apareció a toda velocidad estacionándola de forma que las llantas quedaron en el pasto.
‒¡Llegamos al fin!‒Dijo mi mamá mientras bajamos de la camioneta, puso las maletas en el vestíbulo tocando el timbre.
‒Buenas tardes señoritas su presencia era esperada desde las 10 AM‒Dijo un señor trajeado y que parecía de unos 1000 años de edad.
‒¡Jeffry!‒ Mamá abrazo al señor que parecía no estar cómodo con la situación.
‒Se aclaró la garganta‒ ¡ESPACIO PERSONAL!
‒Oh, claro.
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‒¡Jeffry que indecente eres!‒ Dijo una señora que se veía de 50 pero muy bien conservada‒ ¿Por qué siempre tienes que ser tan amargado, he?‒Se rió sarcásticamente.
‒Bien chicas, ¡bienvenidas a la mansión Morgan!‒Dijo mientras ponía su mano en mi espalda.
‒Puedes dejar tus cosas aquí, este era el cuarto de tu madre cuando era niña
‒Muchas gracias abue‒ estaba algo triste y ella lo notó
‒Hey ya se que es raro y nuevo pero vas a ver que te va a gustar estar aquí. Oye las clases empiezan en una semana, podemos ir cuando quieras por un helado antes que inicies.
‒Gracias...
‒Y otra cosa no me llames abuela, me hace sentir vieja, dime Èle
‒¿L?
‒Si tu sabes por Èlenore
‒Jaja ok, L
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