Los padres de Wang Yibo habían fallecido cuándo su casa había sido incendiada accidentalmente, sólo quedaba él y su hermano menor pero éste había quedado ciego a causa de aquel horrible escenario y la muerte de sus progenitores, por lo que Yibo nece...
Xiao Zhan, un hombre de negocios de 29 años, rico y exitoso, y evidentemente muy ocupado también, nunca se saltaría su sesión diaria, por muy ocupado que estuviera su día. Le encantaba salir a correr en el gran parque que había cerca de su casa, a primera hora de la mañana, cuando la ciudad aún dormía. Pero ese día en particular se vio obligado a desviarse de su ruta habitual, ya que en el parque se estaba llevando a cabo una gran limpieza de árboles, que comenzó incluso antes del amanecer.
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Así que se apresuró a salir del parque, no sin antes detenerse junto al árbol en el que se detenía todos los días desde hacía un mes, con la esperanza de volver a encontrarse con aquellos dos hermanos y preguntarles por cómo se encontraba el gato callejero que se llevaron a casa. Tras echar un vistazo a su alrededor unos segundos más, volvió a colocarse los auriculares y salió trotando del parque, mientras recorría en su mente la película de aquella notable mañana. Un día, cuando hacía su sesión diaria de footing en el parque, vio a un gato callejero flaco y hambriento, tumbado en la base de un árbol, pero cuando se acercó, el gato se asustó y huyó. Al día siguiente le llevó comida en lata para gatos y un cuenco para el agua. Pero cuando se acercó, tuvo que desistir de su intención, ya que dos chicos estaban luchando por meter al gato en una mochila. Xiao Zhan estaba a punto de interrogarles sobre su intención, pero se detuvo después de escuchar a escondidas su conversación, mientras se escondía detrás del árbol. No podía ver sus rostros, sólo podía oírlos:
"Gracias Ge, por llevarlo a nuestra casa, aunque no nos lo podamos permitir. Entonces, ¿crees que era el gato de alguien y que probablemente lo abandonaron aquí, a juzgar por el collar que lleva? No entiendo por qué alguien tendría un corazón tan feo para abandonar a un alma viviente indefensa como esta", dijo uno de ellos. "Esperemos que el gato solo se le haya perdido a su dueño, y no abandonado. Pero Didi, por favor, prométeme algo. Nunca te lances a juzgar a alguien, antes de conocer toda la historia que hay detrás"
"¡Guau, qué sabio es su gege!", murmuró para sí mismo el empresario. Quedó aún más impresionado cuando se fijó en el bastón blanco tirado en la hierba, junto a los dos hermanos. Así que uno de ellos debía de ser ciego, y sin embargo se hizo cargo de un gato callejero... que hermoso corazón además de sabiduría tenían... Lamentablemente una llamada telefónica de asunto urgente le había distraído y en el momento en que terminó la llamada, los dos chicos ya se habían ido. Le hubiera gustado hablar con ellos, agradecerles, ofrecerles su ayuda con los gastos del gato o algo así. Xiao Zhan tenía ahora una razón más para correr cada mañana por el parque, con la esperanza de volver a encontrarse con los dos hermanos... Pero nunca ocurrió, lamentablemente. Bueno, seguiría intentándolo, pensó para sí mismo, mientras dejaba de correr en el paso de peatones. Tarareaba por lo bajo, con la música que le llegaba a través de los auriculares, y distraído, alargó la mano hacía el botón del sensor para cambiar el color del semáforo.
Se estremeció, sorprendido, ante el repentino contacto de una mano extremadamente cálida y suave sobre la suya. Sus ojos sorprendidos subieron lentamente de aquellos dedos inusualmente largos que aún envolvían su mano, sólo para dejarse ahogar por un par de los ojos más fascinantes que jamás había visto.
