- Xu Minghao

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Sinceramente.. detesto trabajar. Me levanto, me ducho, me visto y voy al restaurante, me pongo el delantal, tomo ordenes y luego de unas horas vuelvo a mi casa. Es todos los días lo mismo y no creo que llegue a cambiar. Claramente, hoy no sería la excepción, pero por fin era viernes, lo que significa.. NO MÁS TRABAJO POR DOS DÍAS!!!

Algo más felíz, tomé mis cosas, me despedí y salí de aquél lugar. Inhalé aire y sonreí para mi misma, de todos modos, a veces es lindo caminar sola de noche.. el viento está tranquilo y me reconforta.

Mientras caminaba, tomé mi celular y ví la hora, 22:35 pm. ¿Tan rápido se pasó el día? desearía que siempre fuera así.

Viento, las hojas de los árboles, pisadas, más viento.. espera.. ¿pisadas? mierda, mierda, mierda. Carajo, esto no puede estar pasando. ¿Y si miro hacia atrás? no, no.. piensa, Baesoo, piensa.. ¿debería correr?
Sentí mi respiración acelerarse y comencé a angustiarme hasta que sentí unas manos al rededor de mi cuello, tomandome con fuerza, sollocé y grité con todas mis fuerzas. — Por favor, no! aún no puedo morir! n-no le he dicho a mamá cuánto la amo, no puedo dejarla, p-por favor! estaré callada y-y te daré t-todo el dinero que tengo. —  porfavor.. mi vida no significa tanto, pero aún no puedo irme..

Hey! despierta, Soo! —  abrí mis ojos llenos de lágrimas, por fin despertando de aquella horrible pesadilla y me abalancé a abrazarlo, sollozando sin poder calmarme.

Al parecer, mi compañero de Artes, no tuvo más alternativa que corresponder a mi abrazo, algo aturdido, a decir verdad. Sin embargo, sentí sus suaves caricias en mi espalda en forma de consuelo y aquellos susurros los cuales me decían que todo estaba bien, que él estaba conmigo.

Luego de todo aquella... escena.. ¡dios, que vergüenza! salimos de la Universidad y caminamos a su auto. Que graciosa imagen, ¿verdad? una chica de mediana estatura, ojos hinchados y naríz roja, un chico más alto que ella, con manos temblorosas y notoriamente nervioso.

Bueno.. ¿deseas que te lleve a tu casa? —
me miró expectante y asentí tímidamente, ¿quién no estaría avergonzada, luego de llorar con su compañero de puesto, que para peor, ES EL CHICO QUE TE GUSTA?!

Ibamos en su coche, él mirando hacia adelante y yo por la ventana, ambos en un silencio algo incómodo. ¿Debería decir algo? Me giré a verlo rápidamente y mordí mi labio inferior por dentro, intentando ocultar mi sonrisa al verlo sonrojado.

Yo.. lo siento por hacer esa escenita hace un rato.. —

— No te preocupes. —

Asentí y volví a mirarlo, okey! ahora o nunca. De la nada, aparcó el coche unas cuadras antes de mi casa, iba a decir una palabra y sentí rápidamente sus labios junto a los míos, posó su mano en mis mejillas y sentí como subía todo el calor a mi rostro, correspondí a su beso. POR FIN! AHH!! sus labios son tan.. suaves..

Luego de unos segundos, que hubiera preferido que fuesen minutos, nos separamos y lo miré algo embobada.

Baesoo, me gustas mucho. —

— Oh, Hao, podría apostar que tú me gustas más. —

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𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍  -  𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora