𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍 - 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

- Jeon Wonwoo

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¿Por qué... es.. tan... lindo?

Ahí estaba yo, mirando embobada al último chico de la sala, Jeon Wonwoo.

Nos conocimos a los 6, nuestras familias son amigas, por lo tanto, siempre nos veíamos en aquellas bobas reuniones que hacían. Es tan..

— Baesoo, despierta y vamos, tengo hambree. —

Me giré rápidamente y miré disgustada a mi amigo, también amigo de Wonwoo, Mingyu. Aquel chico alto y, a decir verdad, guapo, a veces y sólo a veces, me dan ganas de.. GOLPEAR SU MALDITO Y LINDO ROSTRO! lo quiero, pero llega a ser molestoso

— Bae bae, ya sé que te gusto y que me amas, pero disimula~ —

Reí y dí un golpe en su hombro, me giré rápidamente de la nada y crucé miradas con ese chico de lentes que tanto acelera mi corazón. Sin embargo, su mirada era.. ¿fría? ¿molesta?

Mingyu tomó mi mano y me llevó arrastrada a la cafetería, haciendome a ir a su lado. Pidió un café y un té, este último para mi, a decir verdad, no me gusta el café, prefiero un dulce y suave té.

— Asi que.. ¿cuándo le dirás?, no me pongas esa cara de " no sé de que hablas " porque no funciona conmigo, estimada Bae bae. —

Volví a reír al escuchar su tono chillón y negué con la cabeza.

— Oh vamos, se nota a kilometros que te hace babear! —

— Está bien, está bien, tal vez si me gusta.. un poquito, ¿tal vez? —

Estuvimos todo el recreo en la cafetería, él con su sermón de "si no le dices tus sentimientos, luego te arrepentirás". Luego de eso entramos de nuevo a clases, él insistió en hacer una carrera como niños y comenzó a correr, fuí detrás de él. Dios, recuerdenme traer agua cada vez que salga con él!

Iba a gritar que se detuviera y caí justo al entrar a la sala. Al alzar la cabeza ví su rostro preocupado con una pizca de ganas de reír. Fruncí el ceño y me levanté, limpié mi falda y alguien me tendió un pañuelo, ví la cara del sujeto y.. santisimo dios-

— Ten más cuidado. —  Asentí con la cabeza, viendolo algo embobada. Se acercó y limpió un poco mi suéter, siendo cuidadoso. Me miró por última vez y le susurré un débil gracias.

Caminé hasta mi asiento que compartía con Mingyu y ví su cara de "voy a chillar".

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Las clases pasaron rápido y salí caminando en dirección a mi casa. De camino, noté que había un camión de mudanza al lado de mi casa. No le tomé atención hasta que al abrir la puerta, me giré y ví a Wonwoo con una caja en sus manos a punto de entrar a su.. ¿nueva casa? Me miró y sonrió con ligereza.

Entré rápidamente y me apoyé en la puerta, ¿SERÉ VECINA DEL CHICO QUE ME GUSTA?!

Fuí a mi habitación y miré por la ventana disimuladamente. Alguien abrió la puerta de la habitación que quedaba frente a la mía. Ví a aquél chico que aceleraba mis sentidos y cómo se quitaba los lentes. Decidí dejar de espiarlo como psicópata y bajé a esperar que llegara mamá.

Unas horas después, dejé un papel anunciando que saldría, pues si llegaba y no me encontraba ahí, podría preocuparse.

Salí de casa en dirección al parque, ya era algo tarde y habían pocas personas. Me giré al escuchar a alguien decir mi nombre y me asusté un poco al verlo tan cerca de mi rostro.

— H-hola, Wonwoo. —

— Hola, Soo. —  oh por dios, sabe mi nombre!  — te ví salir y.. pues.. ¿puedo acompañarte? con mi familia nos mudamos hoy y es agotador estar entre cajas y cajas de mudanza. —

— Claro que puedes venir. —  le sonreí y recibí una agradable pequeña sonrisa de su parte.

Al llegar al parque, caminamos en un silencio raramente cómodo. Fuímos a las bancas y nos sentamos.

— Soo, siempre me haz parecido linda y.. —

Ahora o nunca.

— Jeon, me gustas desde pequeños y-.. —
Suspiré y le robé un beso, mantuve mis ojos cerrados y mordí un poco mi labio. ¿qué mierda hic-

Se acercó a mi, y me devolvió el beso.

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— Amor, es tu turno. —  hablé somnolienta, cubriendome bien con las mantas, mientras mi prometido se levantaba a darle alimento al lindo gatito negro con manchas blancas que habíamos adoptado hace un año, nuestro querido "hijo".

Luego de aquél inocente beso, nos hicimos novios y a los 4 años de relación, nos comprometimos. Ahora vivimos juntos en un apartamento en Seul, acompañados de nuestro lindo felino.

— Te amo, bae, pero a veces me caes mal. —
se metió a la cama, volviendo a abrazarme, ocultando su rostro en mi cuello.

— También te amo, jeon. —

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