Día 7: Día de playa

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"Dos nuevos sabores"

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Una rubia y una castaña corrían y saltaban hacia esas especies de casetas, o las torres, donde los salvavidas se ubican para observar el comportamiento del mar y vigilar que los bañistas no sean sorprendidos por los fuertes oleajes, debido al vaivén de las corrientes marinas.

Probablemente el mediodía era el peor horario que pudieron haber escogido Temari y Tenten para trabajar como socorristas acuáticos, ya que a esa arena la arena parecía lava, la playa era muy ruidosa, el sol pegaba demasiado fuerte, y a pesar de que a esa hora había chicos lindos en el mar, no podían hablar con nadie ya que estaban muy ocupadas salvando mocosos de tragar agua salada.

Luego de la tortura diaria para llegar a las sillas, se sentaron a disfrutar la vista al mar. Las dos amigas odiaban su trabajo, pero terminaron su primer año de universidad, y todo sea por ese concierto y pase VIP de Taylor Swift.

Mientras la Amma y la Sabaku No soñaban despiertas sobre que ropa llevarían al concierto, Tenten no tenía en cuenta de que un castaño la estaba observando desde el mar.

A Neji no le gustaba el mar. No había tenido buenas experiencias de niño, ya que casi muere ahogado como ocho veces, pero esta vez accedió a ir sólo porque su mejor amigo, Rock Lee lo estaba obligando. No estaban en la zona profunda aún, pero la cara del Hyuga se ponía más seria por cada centímetro que avanzaban.

Dejó de quejarse un poco cuando vió desde el agua a una de las salvavidas. Se veía de su edad, o no tenía más de veinte años. Era castaña, alta, y su cabello estaba amarrado en dos simpáticos chonguitos.

– Vaya Neji, parece que le echaste el ojo a la guardavidas. – dijo Lee apareciendo desde atrás. – ¿Es la castaña?

– Claro que no, y no molestes.

– Sí, definitivamente es ella. – afirmó el pelinegro. Se quedó parado en silencio en su pose para pensar, cuando soltó un grito de emoción, rompiéndole los tímpanos al pobre Neji. – ¡IDEA!

El castaño resopló, mientras que Lee procedió a empujarlo fuertemente hacia el mar al ver que estaba distraído y no podía quejarse.

–¡Oye! ¡¿Qué te pasa, idiota?! – preguntó Neji nervioso al ver a la altura en la que estaban.

El Hyuga no había nadado en su vida, en cambio su amigo era el alumno favorito de su profesor de natación, por lo que estaba de lo más tranquilo. El castaño apenas podía flotar. Estaban muy alejados de la orilla, demasiado.

– ¡No Neji! No vayas más al fondo, no haces pie. Te puedes ahogar y la linda salvavidas tendrá que venir a buscarte. – decía Rock Lee con un tono raro acompañado por un guiño al final.

El Hyuga arqueó la ceja y torció la nariz sin entender a su amigo. No debió dejarlo comer tanta azúcar en una sola hora.

– Claro que no lo voy a hacer tarado, no quiero morir patéticamente. Volvamos con Kiba y Shikamaru. – negó tratando de volver, pero su mejor amigo lo tomó del brazo.

– JAJA, bueno Neji. Entendí tu indirecta. Bien, vamos más lejos, pero te advierto que si te pasa algo tendrá que venir la guardavidas. ¿Me entiendes?

– No, no entiendo nada, pero vamos. – respondió Neji refiriéndose a la orilla, carpa, hotel, el lugar que sea menos el mar. Pero lamentablemente para él, Rock Lee tenía un IQ de menos ocho para planes que involucran mujeres y dar indirectas, aunque el Hyuga también era bastante malo para captarlas, pero eso ya era porque es hombre.

Nejiten MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora