Creo que estoy enfermo.
Mis sentidos se han dormido, mi estómago es una cárcel de nervios, mi boca de pronto la sentí seca y mi pulso se ha vuelto irregular; y todo eso paso cuando te vi.
Te veías tan bonito, tan suave.
Vestias de blanco y solo llevabas un listón negro, el cual hacía resaltar aun más tu piel pálida, llevabas puesto en tus mofletes un leve rubor rosa y tus labios, algo secos debo decir pero igual de apetecibles, estaban cubridos de un brillo labial que resaltaban tus finos belfos.
Tus pestañas encrespadas realmente hubiesen hecho resaltar tus ojos negros que lastimosamente no podré apreciar esta vez.
Tu pequeña figura, a pesar de los días, seguía luciendo apetecible, al menos para mí. Esos pantalones blancos se encajan muy bien a tus esbeltos muslos, moría por tocarlos.
Ese ramo de rosas negras y blancas que sostenías en tus manos era un adorno perfecto para tal perfecta creación que eres tu mi pequeño ángel.
Quien diría que aún mirándote así, de esta forma tan serena y lúgubre, seguirías viéndote ante mis ojos como una magnifica obra de arte y que aun habiendo luchado hasta el fin por querer calmar todo aquel remolino en mi interior, tú, tu mi niño, continuas sacándome de mis casillas.
No debiste haber hecho que me enamorará como un loco de cada parte de tí
— Hola, señor Park Jimin. Mi nombre es Min Yoongi, su vecino.
Te dije que dejaras de provocarme, de aparecer ante mis sueños pero tu, oh, tu pequeño mío lo hiciste con mayor frecuencia. Cuando, aún sabiendo que me molestaba, seguiste buscando comerme la cabeza. Que tu sonrisa la quisiera solo para mí y que me gustará solo me llenaba de ira.
Yoongi solo reía. La señora Park había organizando una mini fiesta, muchos de sus vecinos habían asistido y entre ellos el pequeño blanquecino.
Jimin no podía dejar de verle. Estaba harto. Ya no creía poder aguantar más días aquella voz en su cabeza y la viva imagen del menor dando vueltas en su cabeza.
— Deja de reírte — dijo en susurró. Estaba solo en una esquina, su copa de vino apuntó de romperse debido a la fuerza con la que la sostenía — Deja de mirarme así
Yoongi nunca le escucho ni miro.
Solo te pedí silencio, que dejaras de molestarme pero tu gritaste. Si tan solo no hubieses gritado ni mirado con esos ojos, joder que bien te veías llorando. Quizás, solo quizás, podría haber sido otra historia, la tuya y mía.
Daba vueltas caminando por el sótano. Solo quería que las voces se callaran. Sus manos sostenían su cabello, tirando de ellos para tratar de calmarse y no hacer una locura con el niño ahí.
— Deja de llorar, no te haré nada. Solo no llores, no grites, déjame pensar, no me mires así amor-
Cuando quiso tocarle, el pequeño ya no aguanto más y grito. Grito con todas sus fuerzas pero fue en vano. ¿Quién le podría escuchar lamentarse si estaba solo en esa casa de campo? Solo Jimin.
Y para Jimin ese grito solo significó el inicio de su tan anhelada deseo.
Pero mi cordura al parecer te la robaste tu, porque ahora que te veo aquí tan a mi merced, solo haz hecho que deseé mas, mucho más. Porque nadie más podrá volver a tocarte y solo yo pude hacerlo una última vez.
Se arreglo la ropa, acomodo sus cabellos, limpio el desastre que habían hecho. Nunca antes había sentido esa adrenalina en su cuerpo y joder, le encantó, claro que le gustó. Al fin hubo paz, no había gritos.
— Eres hermoso Min Yoongi, aun siendo un desastre eres hermoso.
El cuerpo usado y maltratado yacía frío en el suelo de aquella casa, y sólo las paredes fueron testigo del horror vivido.
Ojala poder a travesar este cristal que nos separa, mi amor, y besarte por primera vez con calma y disfrutar del dulce sabor de tu boca junto con aquel fluido rojo que siendo solo tuyo lo hace más apetecible. Grabar cada parte de tu cuerpo una vez más en mi mente con ayuda de mis manos inquietas , y poder ver esos ojos oscuros que tienen una forma tan única de observarme con ese miedo que me encantaba ver. Besar cada lagrima tuya junto a tu sabor metálico, todo tan malditamente exquisito para mí.
Gracias por ayudarme, tal vez no como quería en un principio pero quizás en el fondo tu y yo sabíamos como sería.
Querido Yoongi, descansa en paz mi pequeño ángel.
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Querido Yoongi
Short Story"Mis sentidos se han dormido, mi estómago es una cárcel de nervios, mi boca de pronto la sentí seca y mi pulso se ha vuelto irregular; y todo eso paso cuando te vi" - Historia corta - Jimin x Yoongi - Leer bajo discreción, contenido un tanto sensib...