04

189 32 16
                                    

Simplemente no pude dormir.

Esto es demasiado para mí, creo que fue más de lo que puedo soportar, sobreestime mis capacidades.

¿Cómo pude creer que un simple estudiante sería capaz de comprender una mente tan compleja?

Y solo por tres estúpidas preguntas.

Supongo que después de hoy podré descansar mucho mejor, solo iré, haré mi última pregunta y todo habrá terminado.

Solo accedió a responder tres preguntas después de todo, pero eso me gusta.

Al menos ahora, al fin estaré en paz.

Es extraño pero a pesar de todo no le temo, nunca se ha comportado de manera violenta o agresiva, aun así no debo confiarme, hoy es el último día y si planea algo hará una jugada más.

Voy a mantenerme sereno.

No lo dejaré adueñarse de mi mente.

La rutina de siempre, tomar el autobús, esperar en la habitación, todo perfectamente calculado.

Nada ha cambiado.

Pero ahora tarda un poco más en llegar, generalmente no tarda más de unos segundos en llegar después de mí pero ya van más de diez.

Tal vez se arrepintió de responder y no sé si me enoja o no, por un lado me tranquiliza que ya no quiera hablarme pero otro lado está molesto porque me hizo venir en vano.

─Hola bonito ─saluda sacándome de mis ideas─ ¿En qué pensabas? Me senté y no hiciste ningún movimiento.

─Lo siento, no pude dormir bien─ confieso sin saber el porqué.

─¿En serio? ¿Por qué? Cuéntame ─insiste sonriendo─ ah, pero antes, ¿Volverías a hacer lo de ayer?

─¿Qué cosa?

─Ya sabes, los guardias ─susurra mirando a mis espaldas.

Asiento y le hago una señal a los vigilantes para que salgan de la habitación, no pierdo nada, es mi último día.

─Perfecto, y perdón por tardar, debía ir por algo ─informa levantándose de la silla─ mete tu mano debajo de mi camisa.

Lo miro desconfiado porque no sé lo que hará, parece una trampa.

─Vamos bonito, no planeo nada, es solo un regalo.

Asiento pero sigo en guardia, me acerco lentamente esperando que me ataque para poder llamar a los guardias pero no hace nada, solo sonríe y alza las manos para que no me estorben.

Meto mi mano por el cuello del uniforme y siento una capa delgada en su pecho, creo que es papel.

Fijo mi mirada en él y noto que hace lo mismo, su sonrisa no abandona su rostro y no parece incomodo con el contacto.

Saco la hoja para alejarme y no puedo creer lo que veo.

─Es un alcatraz ─dice antes de que pregunte─ dijiste que te gustaban las flores pero es más difícil esconder eso que un dibujo, espero que te guste.

Recuerda lo que le dije.

─Me gusta ─hago saber volviendo la vista a él─ gracias.

─No es nada, tómalo como un regalo de despedida ─menciona sentándose de nuevo─ es la última pregunta.

─Ah, claro ─afirmo tomando mi lugar, rayos, siento decepción de ser la última vez que lo veré, ¡No! No lograra que cambie de parecer.

─Entonces, ¿De verdad será la última pregunta? ─Cuestiona ladeado la cabeza.

─Así es, tú pusiste las reglas.

─Entonces, ¿Sí fuera por ti seguirías viniendo? ─pregunta de nuevo con esa sonrisa que es tan cínica pero atractiva.

─No es lo que quise decir...

─Está bien bonito, no te sientas nervioso, hagamos un nuevo trato ─sugiere parándose de la silla─ después de hoy, si quieres volver a hacerme más preguntas accederé, pero tú debes dar el primer paso, debe ser tu decisión seguir jugando conmigo pero te lo advierto, ya conoces mis reglas y mis respuestas siempre tienen un precio.

Asimilo la información seriamente, mis piernas están temblando pero afortunadamente puedo ocultarlo debajo de la mesa.

No tengo nada que perder, no volveré de todos modos.

─Acepto.

Su sonrisa engrandeció una vez más, parece que es su característica más evidente.

─Bien, tú pregunta.

─¿No me dirás el precio?

─Quiero variar un poco, di tu primero, así sabré lo que te costara.

Asiento y saco mi teléfono para grabar esto.

─Bien, ¿Te arrepientes de lo que hiciste?

Su sonrisa desapareció al momento pero no parece enojado, igual que siempre, aunque siento que la atmósfera se volvió algo más pesada.

─Okey, responderé en cuanto pagues.

─¿Qué quieres?

─Un beso ─suelta sonriendo de nuevo─ déjame besarte.

Mierda, no lo sé.

─No lo dudes DongJu, es si o no, rápido.

Insiste acercándose a mí pero no hace ningún movimiento, muerde su labio inferior observando mis reacciones que esta vez no puedo controlar.

─Bien ─respondo levantándome─ hazlo.

Sin esperarlo se acerca y une sus labios bruscamente, por reacción abro la boca para poder respirar pero lo aprovecha para meter su lengua en mí.

No puede tocarme del todo por las esposas pero ni siquiera lo intenta, solo las mueve para que no estorben mientras su boca se divierte con la mía.

Sin explicarme el porque comienzo a mover los labios correspondiendo el gesto, no es un beso tierno ni dulce, es sucio, lleno de lujuria, siento como su lengua domina por completo a la mía y no puedo hacer nada para impedirlo.

Luego de uno segundos se separa un poco pero está lo suficientemente cerca como para sentir su respiración.

─Sí, lo hice, me arrepentí de matar a esas personas, algunas veces puedo escuchar sus lamentos y lloriqueos, sus suplicas pidiéndome que no lo haga, ¿Pero sabes qué? Sabemos que algo no está bien en mí, tanto es así que ahora no me importa haberlo hecho, porque gracias a eso le intereso al niño bonito que acaba de regalarme su primer beso.

Good (LeeOn) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora