Prólogo

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     Es un caluroso día de miércoles de julio en Venezuela, el viento golpeaba mi rostro conforme movía los pedales de mi bicicleta, el ruido del viento pasando por mis oídos, los pedales bajando y subiendo y los pequeños trabones de la cadena... Bueno esa parte no me agrada, en lo absoluto, ni un poco. Ya casi pierdo la cuenta de cuantas veces estas cadena me la jugado en contra.

     Me llamo Yeiver Alexander, soy un estudiante de 5to año venezolano de 17 años.

(O para los que leen novelas ligeras estudiante de segundo año de preparatoria).

     Hoy estoy en camino a la casa de una amiga mía para reunirme con ella y mi mejor amigo para pasar el rato. Desde hace un tiempo escuchaba a mi amigo hablar de las cosas graciosas que hacían ellos o a veces con compañía en su casa cada miércoles por nuestras conversaciones en Facebook o Whatssapp rápidamente me picó la curiosidad y me dieron ganas de ir pero soy un poco tímido para esas cosas y me abstuve de ir por cuenta propia. Gracias a dios que un día mi amigo me invitó a ir por Facebook para que los tres nos volviéramos a ver. Encantado acepté y fui al día siguiente.

     Aquella vez decidí ir a pie porque quería hablar con mi amigo durante el trayecto y sobre lo que me esperaría probablemente, cuando llegamos frente a la casa debo admitir, estaba un poco nervioso, no sé si logré disimularlo muy bien o no ese día pero... algo sin duda ocurrió. ¡Me divertí a lo grande! la pasamos muy bien entre los tres ese día. Nada mal para alguien que no se mucho de casa y no tiene tantos amigos ¿No?, algo como eso fue un buen cambio de aires. Desde ese día fue que empecé a ir por cuenta propia.

(Claro, notificando primero de antemano).

Cada miércoles de cada semana voy a verlos, estas pocas veces que he ido siempre nos las inventábamos en hacer cosas raras e divertidas matándonos de risa y una que otra vez escuchar las aventuras de mis dos amigos cuando salían juntos.

     ¡¡¡«Sean novios de una puta buena vez»!!!

     Sin duda alguna esto se volvió algo que esperaba con ansias.

     —¡¡Buenas...!!

     Grité al bajarme de la bicicleta frente a la casa, el color verde grama de la vivienda y sus rejas de color un verde más oscuro era algo que al principio me ponía nervioso apenas llegar, pero ya no soy el mismo de esa vez.

     —¡¡Pasa, está abierto!!

     Respondió una silueta femenina asomándose por las ventanas al interior de la casa, abrí la reja, bajando la pata trasera de bicicleta la estaciono bajo lado del limonero en medio del patio y dejándola allí me dirijo al interior de la morada escuchando murmullos desde el interior. Pasé mi mano entre las ventanas de la puerta, tomo la manilla, la bajo desde el interior abriendo la puerta e dándome acceso a ingresar.

     —¡Como es... —Iba a saludar apenas entré en el living hasta que un grito me interrumpe.

     —¡¡Ahhh, te dije que me estaba stalkeando!!

     —De pana, hasta te reaccionó a una foto del 2018 ¡Ji, ji, ji!

     —Amigo no te rías esto esta feo.

     —¿.........?

     «¿Estos dos de que madres hablando?».

     Desde la puerta me quedo viendo un rato al par de locos que tengo de amigos riéndose. Justo frente a mí en el sofá de la sala estaban sentados mis amigos; Camila y Marcus muy pegados y pendientes al teléfono que era de Camila.

     —.........

     El chico de cabellera roja carmesí igual que sus ojos usando una camiseta gris de mangas largas y unos jeans es mi mejor amigo Marcus Sánchez, ambos compartimos la misma edad y uno que otros gustos, mucho nos han dicho que parecemos polos opuestos porque básicamente en si somos así visualmente, él tiene el cabello y ojos rojos cuando yo los tengo azul celestes, es más alto que yo y sobre todo yo soy moreno a comparación de el que tiene una tez blanca que muchas veces lo confunden con un extranjero.

     La chica de cabello negro corto, ojos azules y una piel que parece porcelana a su derecha que poco a poco intenta escalarlo usando una camiseta sin mangas de color blanco mostrando su escote y con unos jeans negros detallando definidamente la silueta de sus piernas. Es nuestra amiga Camila Jiménez de 15 años. La conocimos cuando estábamos en cuarto año y hasta ahora los tres llevamos dos años de amistad.

    —¡Ya devuélveme mi teléfono Marcus! —Exigió Camila intentando recuperar su Smartphone.

     —¡Espera que voy a jugar "PvsZ"! —Declaró Marcus alejando a Camila con un brazo y el teléfono con el otro.

     —¡Nooo! —Protestó Camila.

Si para ustedes esto puede ser raro pero ya me acostumbre a este tipo de ambiente, apare si espero esto cada semana es por algo ¿no? Mirando la pelea sin sentido me pongo en movimiento.

Los Relatos Poco Normales de Yeiver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora