Parte 1

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La existencia del tiempo siempre ha sido algo inexplicable para nosotros, como humanos no podemos hacer nada al respecto, el tiempo nos controla y perderlo no es una buena opción, estamos atados a el y ni siquiera es algo de lo cual podamos tener el mínimo control. Sin embargo este no es el caso de nuestros protagonistas, un par de chicos pertenecientes a una vieja raza la cual a pesar de ser antiguos carecen de un nombre que los identifique. Nosotros los llamaremos Chronomantes, los únicos seres capaces de controlar el tiempo.

Cuando estos entes nacen son elegidos por un maestro, el cual les concederá el poder de controlar el presente, pasado o el futuro, son quienes se encargan de que la línea del tiempo no se vea dañada por algún error, los encargados de mantener la paz en los diferentes mundos que hay en el universo. Estos Chronomantes se rigen por las órdenes de tres maestros los cuales cada cierto tiempo entrenan a los gobernantes de esa tribu. Los futuros gobernantes y nuestros protagonistas, Balt y Daria, los únicos capases de controlar los tres estados del tiempo, un par de jóvenes de apenas 20 años, un chico que goza pasar tiempo a solas, escuchar música y sobre todo no meterse en problemas gratis; Daria, por el contrario, es una chica impulsiva, la cual odia por completo sentirse sola y prefiere pasar el día en la tierra humana pese a los constantes regaños de sus maestros. Ambos chicos, bastante diferentes pero destinados a estar juntos, con un corazón unido sin importar la línea del tiempo que este dominando, grandes amigos con múltiples cosas en común.

Los Chronomantes tienen tres prohibiciones:

· Interferir en asuntos humanos. A menos que sea estrictamente necesario no pisaran la tierra.

· Jugar con el tiempo o modificar la línea dominante.

· Tomar decisiones a base de los juicios propios ignorando la razón.

Estas eran las únicas tres prohibiciones que tenían y en estos momentos Daria estaba rompiendo todas y cada una de ellas. Había bajado a la tierra para jugar con Melany, una joven de 14 años de la cual se había encariñado desde años atrás, una pequeña princesa la cual en estos momentos se encontraba envuelta en un mar de lágrimas.

— ¡No quiero casarme! No es justo, ni siquiera lo conozco —sollozo la pequeña en los brazos de Daria. — Tú tienes poderes, ayúdame Daria, por favor...

— No sé si pueda, lo siento Melany, pero es muy arriesgado

— ¡Por favor! —su llanto era incontrolable y eso lastimaba a Daria de sobremanera, sin estar segura de lo que debía de hacer decidió ayudarla a escapar, cuando ambas iban adentrándose en el bosque el tiempo se detuvo y Melany quedo congelada, por el contrario, Daria maldijo para si misma

— Rayos...lo que me faltaba, por favor que no sea ninguno de mis maestros —menciono en voz baja y después de unos segundos escucho a Balt gritar.

— Daria, ¿Qué se supone que estás haciendo con la princesa?

— Yo... —el silencio gobernó el ambiente por unos minutos, pues Daria no sabía que era lo que debía de contestar. — La iban a forzar a casarse, yo solo la estoy ayudando, no le digas a los maestros Balt, esto es importante para mi

— ¡No puedes interferir en cosas humanas y lo sabes! —la preocupación de Balt era notoria, esto les causaría demasiados problemas

— La forzaran a casarse, no es lo correcto, ella merece estar con alguien que la ame

— Daria, nosotros estamos obligados a lo mismo y no me ves quejándome ¿O sí? —exclamo el chico sin pensar en el peso que tenían sus palabras, "obligados", susurro Daria mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, él al notarlo intento abrazarla pero esta no lo permitió

— ¡No me toques! —grito entre lágrimas mientras corría y desaparecía en el aire, había cambiado de línea del tiempo y estaba segura de que impediría esa boda.

Balt al darse cuenta intento seguirla pero no estaba seguro de a donde se había ido. Las horas pasaron y ella había logrado romper el compromiso pero ahora ambos se encontraban frente a sus maestros los cuales estaban notablemente enojados. El ambiente era bastante tenso, ninguno de los chicos se atrevía a soltar palabra alguna, sabían que lo habían arruinado todo y solo estaban esperando su reprimenda.

Ninguno de los dos se había animado a dar un vistazo en la tierra pues tuvieron que salir prácticamente corriendo cuando la guerra se desato en ambos reinos. Ese compromiso era la base para tener una tregua, sin embargo cuando Daria lo rompió esto había pasado a segundo plano y el reino del príncipe había tomado el rechazo como alta traición causando que una inminente guerra comenzara. Su maestro, Futuro, al darse cuenta de los problemas que iban a causar decidió llevarlos al ala de entrenamientos y llamar o sus otros dos maestros. Los cinco se encontraban en el centro de la habitación, Futuro fue el primero en hablar.

— ¿Están conscientes de todos los problemas que han causado en la tierra? —la furia era notable en su rostro, su voz había salido bastante dura, al parecer ambos se habían equivocado de una manera enorme

— Puedo explicarlo, no pensé que fuera a desatar una guerra —intento explicar Dalia, pero la mirada de molestia en sus maestros no desaparecía, así que decidió callar y esperar su castigo.

— Esto no podemos dejar que siga sucediendo, tú no deberías de siquiera bajar a la tierra —intervino pasado, su voz era comprensiva, pues entendía que eran jóvenes y que no lo habían hecho con ninguna mala intención.

— A partir de ahora tendrán que estar separados, podrán estar juntos ya que termine su entrenamiento finalice por completo y sean capaces de poner la razón sobre sus deseos —sentencio Presente, era una decisión que los tres maestros habían tomado.

El rostro de ambos chicos era inexplicable, no eran capaces de creer lo que les habían dicho, ¿Mantenerlos separados? ¿Es en serio?, múltiples pensamientos invadían sus mentes, pues nunca en su vida habían sido separados el uno del otro. Balt fue el primero en reclamar, "No pueden hacernos eso" fueron sus únicas palabras, pero simplemente el ver el rostro de Futuro lo hizo callar, tal vez lo mejor sería en centrarse en sus entrenamientos a partir de ahora.

Ambos se fueron a sus respectivas habitaciones con la cabeza baja, pues pelear con sus maestros no serviría de nada esta vez estaban perdidos y no sabían que podían hacer para zafarse de dicho castigo. Balt al llegar se recostó y puso algo de música para relajarse, Daria, por el contrario, rompió a llorar mientras caminaba de un lado a otro dentro de su habitación. Después de un rato ambos se acostaron pues era bastante tarde y tendrían que comenzar sus entrenamientos temprano si querían finalizarlo cuanto antes.

Para fortuna de ambos el haber usado tanto sus poderes los había dejado agotados así que fue cuestión de minutos para que ambos cayeran en un profundo sueño. Las horas pasaron bastante despacio pues sus maestros alentaron el tiempo para que pudieran recuperarse de aquel desgaste físico que habían tenido.

Los meses pasaron y al fin era cumpleaños de Daria, despertó y se preparó para su entrenamiento, este iba a ser el primer cumpleaños que pasaría sin Balt o al menos eso era lo que ella pensaba pues no tenía ni idea de lo que Balt estaba a punto de hacer. De un momento a otro el tiempo fue detenido y frente a ella apareció el motivo de su tristeza.

— ¡Balt! —Daria lo miro sorprendida mientras él la abrazaba con fuerza, el corazón de ambos latía desbocado pues la emoción que sentían era enorme.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2021 ⏰

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