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Años atrás creía que me había enamorado pero nunca fue así, sólo me aferre a una persona porque estaba sólo.

Entonces sin darme cuenta sucedió, una vez tuve un amor y fue maravilloso, nos enamoramos y mi corazón quedó fechado completamente, es algo que no podré borrar de mi mente. El sentimiento de éxtasis, conectar mentalmente y físicamente con alguien fue como tropezar con la felicidad, me llevaba a ese estado de paz y tranquilidad el sólo estar a su lado.

Estábamos locamente enamorados, que cuando me abrazaba sentía que mi corazón iba a explotar en cualquier momento, cuando se acercó a mi y fui el motivo de su sonrisa yo ya estaba totalmente pérdido que no sabía como procesarlo, su rostro tan perfecto, cada parte de ella, esa sonrisa preciosa, la manera en que me miraba, me besaba, toda esa maldita energía que tenía era completamente hermosa, quería protegerla y amarla el resto de mis días, a su lado todo era calma, paz, estaba bien y me sentia seguro.

Pero pese a eso no lograba entender que era el amor ni que conllevaba eso, nunca supe el que era amar a alguien que no fuera una pareja, ni la responsabilidad que tenía el amar.

El amor no era sólo sentir bonito, sentirse bien, también era desilusionarse. ¿Qué pasaría si hago que se enamoré y luego la rompo? El amor te hace pecar, sientes el cielo y el infierno al unísono, no siempre es lindo pero a veces puede llegar a ser más dulce que la miel, es todo y nada, es aquel sentimiento que te hace sentir que tienes todo de la otra persona pero al final verás que no tienes nada. Aún así nos arriesgamos amar.

El comienzo supongo que fue divertido, me hizo sentir mariposas, parecía algo real pero pronto descubrí que estaba perdiendome a mi mismo, mucha desconfianza y el amor quedó atrás, los altibajos comenzaron como un juego sutil pero sin darnos cuenta nos cansamos del uno al otro, posiblemente no era amor pero para ese punto ya éramos miserables. Alguien tenía que pararlo pero ninguno se quería ir, incluso si sabíamos que nos heríamos.

Estábamos en una relación extraña, nos destruíamos y amábamos diciendo "eres el amor de mi vida". No sé si fue acaso mi mente la que me engaño todo este tiempo, creyendo que ambos estamos enamorados, me siento bien, me siento mal, el amor es tan confuso que nubla mi cabeza.

"Tengo miedo de perderla" llegó a mi mente de nuevo, creó que en el primer instante que esa frase llegó a mi por primera vez debí darme cuenta que algo ya no estaba bien, en el primer momento que ella se convirtió en mi razón de ser es donde debí alejarme por completo antes de perder la cabeza totalmente, hace tiempo que nuestro amor comenzó a marchitarse quedando seco como las hojas cayendo de los árboles de otoño y sin darme cuenta el brillo de sus ojos comenzó apagarse lentamente.

Nuestra relación estaba sobre un hilo fino, cuarquier cosa podía romperlo pero aún nos sosteniamos de este pensando que existía posibilidad de que llegaríamos al otro extremo donde todo estaría seguro, aunque ambos sabíamos que eso no pasaría, solo éramos dos personas engañandonos a nosotros mismos, ocultando sentimientos, mentiras sobre mentiras.

Las nubes grises cubrieron el oscuro cielo mientras que una ligera brisa entraba por la ventana donde ambos jovenes estrelazaban sus manos al dormir y la calidez de sus cuerpos hacían que la noche fría se sintiera menos. La dulce compañía de aquella joven calmaba el corazón de Darían y le transmitía aquella paz que siempre buscó, era un sentimiento desconocido para él que no quería dejar ir nunca, un sentimiento que pronto desapareció.

A su lado sentía el sentimiento más hermoso que había podido experimentar en mi corta vida, su rostro dormido a lado mío era la cosa más maravillosa que había visto, la calidez de su cuerpo junto al mío. Mis sentimientos hacia ella eran los más puros, el amor que le tenía era algo que no iba a desaparecer de la nada, era tan feliz a su lado, había encontrado la felicidad.

La noche llegó a su fin y con esta la luz del sol entraba por la ventana alumbrando dicha habitación haciendo que ambos enamorados despertarán de sus dulces sueños. Pronto se escucho la voz de madre de Cass, ella se levantó de la cama saliendo de la habitación para dirigirse a la cocina por el llamado de su madre.

Mire a Cass alejarse lentamente de mi lado, no podía describir el sentimiento que me causaba pero se sentía tan bien el estar a su lado, era la chica más pura y dulce que había conocido, me entendía perfectamente y nuestros sentimientos eran mutuos, ella hacía que mi corazón fuera feliz porque todo era honesto, estaba locamente enamorado de ella. La niña más buena que pude conocer, era la mejor persona y yo era inmensamente feliz, se había convertido en mi razón de ser.

Cass entró a la habitación con dos platos de comida sacando a Darían de sus pensamientos, ambos comían y jugaban, riendo felizmente mientras se abrazaban y daban besos sutilmente. El flujo de la energía de ambos se transmitia en la misma dirección, cualquiera que viese aquellos dos sabría lo enamorados que estaban y lo felices que ambos eran pero nadie podía imaginar lo que suderia noches después de tal encuentro perfecto entre ambos jovenes.

¿Cómo hago que mi corazón deje de doler?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora