𝒫𝓇𝑒𝒻𝒶𝒸𝒾𝑜

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Hwang Hyunjin siempre pensó que su vida era aburrida, se sentía un extra más que el protagonista de su propia historia... solía comparar su existencia con la de un viejo cárdigan debajo de la cama de alguien, es decir como alguien a quien puedes llegar a querer mucho durante periodos cortos, pero después encuentras algo mejor que usar y lo olvidas hasta el punto de no recordar su existencia.  Tal vez era exagerado, pero así se sentía, así se había sentido durante toda su vida.

Hyunjin era el menor de la familia Hwang, compuesta por la asombrosa cantidad de tres miembros, Jinri, su madre, Yeji, su hermana melliza y mayor por un par de minutos, y por obviedad él. A pesar de que consideraba su vida como aburrida, también la consideraba una vida llena de clichés, pues había crecido como el hijo de una madre soltera adicta al trabajo y la sombra de una bella e inteligente hermana que sobresalía en todo lo que hacía y quien se llevaba todos los halagos y la mayoría de los cariños por parte de su madre

A pesar de todo para el estaba bien, estaba acostumbrado a ser el extra de bajo perfil, el chico promedio y aburrido, repito Hwang Hyunjin se sentía un viejo cárdigan bajo la cama de alguien, triste y olvidado... hasta que el destino lo unió con Yang Jeongin.

Fue una calurosa noche de verano, a mediados de julio, Hyunjin se dirigía a su casa después de pasar la tarde y parte de la noche en casa de Seo Changbin, su mejor amigo, cuando se cruzó directamente con Yang Jeongin por primera vez.

Jeongin era increíble, o eso pensaba Hwang incluso antes de siquiera cruzar palabra con él, compartían la clase de historia y para Hyunjin el chico de cabellos negros tenía la risa y la sonrisa más bonita que había visto jamás, también consideraba que Yang tenía una personalidad magnética, pues era encantador y eso influyó en que no lo mandará lejos aquella noche.

Faltaban 5 minutos para llegar a su casa, cuando de repente, cómo si de una película de romance adolescente se tratará, bajo la farola del alumbrado público bailando, o más bien meciéndose, se encontraba Yang Jeongin mientras gritaba "Lee Minho sal de tu casa ahora mismo pedazo de idiota", en otras circunstancias Hwang habría sentido miedo o incomodidad, pero siguió con paso firme hasta toparse con el chico de la sonrisa bonita con él que solía intercambiar miradas en clase.

"Yo te conozco" dijo con torpeza Jeongin una vez que Hyunjin paso por su lado "eres el chico lindo de historia, ¿Qué haces aquí tan tarde?, deberías estar en casa"

"Voy para mi casa justamente" le respondió sonrojado "tu deberías estar en casa también, no ebrio en la vía pública"

"No estaría en la vía pública si Lee Minho me abriera la maldita puerta" grito "por cierto que lindo te ves hoy, ¿quieres salir conmigo a tomar algo?" preguntó con total tranquilidad.

Hyunjin le atribuía los hechos al alcohol en la sangre de Yang, pero la verdad era que este también pensaba que la sonrisa más bonita que alguna vez había visto era la de Hyunjin, y jamás había encontrado el momento adecuado para acercarse.

"¿Qué?" preguntó con asombro "¿Es enserio la invitación o estas jugando conmigo?"

"¿Por qué habría de jugar contigo?" pregunto mientras hipaba "Es más dame tu número, porque una parte de mi cree que no me crees que sea real por que estoy ebrio, pero lo es, sal conmigo el sábado" repitió.

La sonrisa en la cara de Hyunjin era la más auténtica que alguna vez había esbozado.

"Esta bien, dame tu celular para agendarme" acepto extendiendo la mano "Me gusta ir a tomar malteadas"

Yang le extendió torpemente su celular y Hyunjin tecleó rápidamente su número para posteriormente despedirse de manera torpe, dejando a Jeongin maldiciendo a Lee Minho.

Durante dos días Hyunjin se había sentido engañado, pues Yang no le escribió cómo pensó que lo haría, volviendo a sentirse como el viejo y olvidado cárdigan que siempre había jurado ser.

Pero Hwang se había equivocado, pues Yang le escribió la noche del viernes, pidiéndole su dirección para pasar por él y llevarlo a tomar algo como se lo había pedido, haciendo latir como loco el corazón de Hyunjin.

La tarde del día siguiente lo tenía ahí, frente su pórtico parado junto a su auto, esperándolo con la sonrisa más dulce que alguna vez le habían ofrecido.

Yang Jeongin era todo lo que Hyunjin había imaginado e incluso mejor, su compañía se sentía como un montón de burbujas jugueteando en su interior, llenándolo de calidez, era como si estuvieran destinados a estar juntos.

Esa tarde se convirtió en días, esa bebida se convirtió en besos en el auto, esa cita de dos desconocidos se convirtió en una relación... Hyunjin dejo de ser el extra de su propia vida y se convirtió en el protagonista de un romance adolescente en compañía de Yang Jeongin.

Ya no era un viejo cárdigan bajo la cama de alguien, ahora era el cárdigan favorito de Yang Jeongin, su tesoro más preciado.

𝔽𝕠𝕝𝕜𝕝𝕠𝕣𝕖 - ( ℍ𝕪𝕦𝕟𝕀𝕟 / 𝕊𝕖𝕦𝕟𝕘𝕀𝕟 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora