Hotel

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El cielo nocturno se hizo presente junto con incontables estrellas brillantes, una hermosa luna menguante alumbraba la ciudad y le daba una preciosa vista de la noche a los presentes.

Como el auto era de la Mafia, los primeros en llegar eran Akutagawa, Chuuya y Mori, quienes esperaban a los agentes.

- Creo que no hace falta decirlo, pero te ves muy bien Akutagawa-kun-

- Se lo agradezco Jefe, casi no visto de traje así que me siento raro...-

- Aún así el señorito insistió en empacar su preciado abrigo- Recriminó Chuuya

- Chuuya-san sabe que mi habilidad necesita...-

Sintió sus mejillas arder repentinamente, su corazón errático y pensamientos impuros pasando por su mente.

Era nada más y nada menos que Atsushi con un traje de gala puesto, sabía que ambos irían vestidos de esa manera, pero Dios... le quedaba de maravilla.

- Perdón por la tardanza, alguien perdió la corbata y terminó usando la de siempre-

- Pero si usted era el encargado del traje- Dijo subiendo una maleta a la cajuela del coche

Chuuya le dio un ligero codazo a Akutagawa al ver que no le quitaba la mirada de encima al chico tigre.

- Al menos disimula, pendejo...-

Regreso poniendo los pies en la tierra y cubriendo parte de su rostro con una mano y desviando la mirada.

- Cuidense mucho chicos, cualquier inconveniente pueden llamarnos y de ser posible, envíen un informe diario...-

- Eviten peleas y ser descubiertos, mucha suerte- Terminó Fukuzawa

- Nos vemos luego par de tontos-

- No destruyan el lugar-

El auto se movió y manejo con rumbo a la carretera, el lugar destinado quedaba a unas dos horas del centro de Yokohama, tenían un rato para convivir y no matarse en el intento...

- Cuatro paquetes de vendas a que regresan como pareja- Apostó Chuuya

- ¡Siempre apuestas primero, no es justo!-

Las miles de luces y farolas iluminaban el camino, Atsushi no podía evitar mirar por la ventana como niño en dulceria.

- Deja de ver todo con cara de idiota-

- Nunca había salido por estos rumbos y menos a estas horas- Sonrió

- Actuas como un niño de cinco años...-

- Lo sé, pero déjame disfrutar de la vista por lo menos-

Akutagawa rió disimuladamente y espero unos minutos a que el agente dijera algo

- ¡Akutagawa, mira, mira!- Dijo emocionado - Se ve increíble...-

- Tienes razón Jinko, tienes razón...-

Aunque ya había visto el resto de la ciudad desde lo alto del puente por el que pasaban, las expresiones de emoción del albino fue lo único a lo que le prestó atención.

Otra vez ese sentimiento y calor en su pecho, no era tonto, sabía lo que era, y a pesar de que hace unas semanas se negó a creerlo, ahora lo aceptaba.

Se había enamorado de Atsushi Nakajima.

En el resto del recorrido era imposible dejar de mirar al albino, hasta que en cierto momento cruzaron miradas y se vio obligado a fingir inocencia.

Por Una Misión // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora