Orgulloso, Apuesto y Poderoso||•NAMJIN (3° Trilogia de los Herederos Kim)

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La recuperación del Presidente Kim fue imposible. Durante años el alfa estuvo tratando de sobrevivir al lazo roto que le dejó la pérdida de su compañera, el infarto que sufrió luego del escándalo de su hijo mayor y de casi perder el Grupo, terminó por mermar todas sus fuerzas. A los ojos de todos fue evidente que Kim Dongi había perdido su vitalidad.

Ante eso, el sentimiento de culpa que Namjoon sentía no podía ser descrito con palabras. El gran error que cometió llevo a su padre a luchar con sus últimas fuerzas no solo contra sus salud, sino, contra la amenaza de perder años de trabajo familiar. En el mundo de los negocios no hay tiempo muerto, o defiendes con firmeza tus intereses o alguien más dispone de ellos, así de cruel eran las cosas. El Presidente Kim tuvo que enfrentar a la junta directiva desde su camilla de hospital, soportó las miradas burlonas de sus socios y los murmullos de lastima que generó su aspecto demacrado. Todo por defender la precaria situación en la que quedó Namjoon.

—¡Las pérdidas son millonarias, Kim!—Uno de los alfas que era de sus socios más antiguos no le tuvo compasión.—¡Ni con la poca fortuna que te queda podrías pagar las indemnizaciones pendientes!

—Aquí solo una cosa es evidente, caballeros.—Otro alfa habló.—Es necesario que se destituya del cargo de Presidente a Kim Dongi.

—¡Es la empresa de mi familia de la que hablas, no te apoderarás de ella tan fácilmente!—Gruñó Dongi.

—Tu renuncia es lo mínimo que puedes hacer luego de que tu hijo casi dejara en quiebra al Grupo. ¡Que descaro aferrarte al puesto de esa forma! ¿No tienes vergüenza? Pero no importa, si no quieres renunciar a tu cargo someteremos el caso a una votación de la junta directiva. Y desafortunadamente para ti, no te quedan muchos socios que estén de tu lado.

Namjoon, quien permaneció callado en una esquina, quiso golpear a todos esos alfas arrogantes que solo intentaban apoderarse del Grupo. Todos eran escoria, esperando el momento para atacar.

—El Grupo Kim nos pertenece.—Gruñó el joven alfa.

Los socios se rieron de él.

—¿Es asi? Cuéntame, entonces, ¿cuantas acciones te quedan para decir algo semejante?

Defender la Presidencia del grupo fue una batalla campal que no habrían ganado de no ser porque Los Min y los Jung aún eran socios mayoritarios y lograron desequilibrar la votación. Era un secreto a voces que, entre esos tres grandes imperios, se cuidaban las espaldas. Acabar en malos términos con uno de ellos podría llevar a tu pequeña e insignificante empresa a la bancarrota. La desgracia por la que estaba pasando el Grupo Kim era de primera plana, una oportunidad única en la vida para sacar ventaja, pero si no eran cuidadoso en este juego de ajedrez podrías terminar sin absolutamente nada. Así que lo más inteligente que pudieron hacer fue votar en contra de la destitución de Kim Dongi.

Sin embargo, recuperar el Grupo luego de semejante tragedia fue una labor casi imposible. Hye se llevó consigo, aproximadamente, el 20% del 30% de acciones de la familia Kim que le correspondían a Namjoon. La familia Kim poseía el 60% del Grupo, pero ese porcentaje estaba repartido entre las acciones que le corresponden a Jimin, Taehyung y el Presidente Kim, además de la herencia de Yannie. Tras escuchar que de la noche a la mañana las acciones del Grupo cayeron drásticamente, muchos socios retiraron su inversión también. Fue esto lo que verdaderamente les afectó.

Lograron conservar la presidencia del Grupo por muy poco. El problema que se creó gracias a Hye fue inmenso. Es algo que el alfa jamás le iba a perdonar. Podría entender que lo traicionara con otro alfa, que el lazo era tan poderoso y más fuerte que el supuesto amor que le tenía a tal grado en que se vio orillada a seguir su camino, incluso deseaba de todo corazón que su cachorro naciera sano y tuviera una vida feliz. ¿No es eso lo qué haces con los que amas? Los dejas ir cuando tú ya no eres su felicidad. Pero esta traición, hacer algo que no solo lo dañó a él, sino, también a su familia, es algo que Kim Namjoon no perdonaría jamás. Hye Jin sabía lo valiosa que era su familia para él y que les hiciera a ellos semejante daño tenía que ser cobrado.