Cumpleaños Bajo en Calorías

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Reki fue consciente del asunto, tras que Koyomi le preguntase, mientras ambos compartían una terrina de helado gigante de chocolate con sal cristalizada por encima:

—¿ Estás más gordo ?

No tuvo un tono burlón ni malicioso, solo su hermana sentía curiosidad, aunque lo inesperado de aquella duda hizo que Reki parase en seco de comer y con la cuchara entre el recipiente y su boca, soltase:

—¿ Qué ?

— Es que se te ve la cara más hinchada, tienes hasta un poco de papada.

Los grandes ojos de Koyomi lo observaban con atención, tanto que era intimidante y muy molesto.

—¿ Papada? —repitió con lentitud Reki mientras que de forma casi inconsciente se tocaba la barbilla.

Le pareció encontrar un pliegue que antes no había.

¡ ¿ Aquello era una papada ? !

¡ No podía ser !

¿ Cómo iba a tener él papada ?

Le entró una urgencia imparable de mirarse en el espejo y, sin mediar palabra, fue al baño.

Allí abrió la luz central y se plantó delante del lavabo observándose con detenimiento.

Tenía restos de chocolate sobre la boca pegados a la pelusilla del incipiente vello facial, vio algún granito nuevo y algunas pecas que no recordaba sobre la nariz. Eso no le interesaba en ese momento.

Levantó la cabeza estirando el cuello y se examinó la piel con detalle.

¡ Empezó a notar un sudor frío por la nuca !

Esa turgencia manejable era el pliegue de una papada.

¡ No podía ser real!

¿ Igual era un efecto causado por la luz ?

Encendió las bombillas al lado del espejo.

¡ Aquello hizo que aún se viese con más claridad que su cuello tenía un neumático desinflado cayendo desde la barbilla !

Cerró los ojos y se apretó los párpados con las manos.

Todo debía ser una alucinación.

Apartó las manos y abrió los ojos.

¡ Seguía allí esa cosa horripilante !

Con el rabillo del ojo descubrió la báscula al lado del taburete.

Los números nunca fallaban.

Con decisión, fue con paso firme hacia ella y se subió.

Su madre y sus tres hermanas le preguntaron a los treinta segundos al otro lado de la puerta del baño si es que había descubierto una serpiente  por el chillido de terror que habían oído.

...

Si había algo que le daba energías a Langa para empezar el día era la sonrisa luminosa con que Reki acompañaba a su saludo cuando se encontraban en el poste por las mañanas.

Todo rodaba sobre ruedas a partir de ese momento.

Langa soltó una risita para sí porque se dio cuenta que no podía estar mejor expresado pues iban casi siempre montados en monopatín.

Se lo contaría a Reki, seguro que se reía. Además, siempre valoraba muchísimo las raras veces que a Langa se le ocurría algo gracioso. Debía de esforzarse más por trabajar su ingenio.

Cumpleaños Bajo en Calorías. ( Sk8) Renga. OneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora