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Baje del auto, llevaba muchas horas conduciendo, ni siquiera iba a un lugar específico tal vez buscando a mi hogar... El hogar que estaba derrumbándose delante de mis ojos, cansado, harto, estresado y abrumado, mis ojos se llenan de lágrimas incontrolables... Quiero que se detengan, duele mucho, duele tanto...

Caminé lento hacía la mesa, tomé una pastilla para el dolor, el dolor de cabeza, el dolor del cuerpo el dolor que dejaba fallar una vez más.

En mi mano una pequeña pastilla blanca resaltaba, la tomé sintiendo el trago de agua insuficiente para pasarme la pastilla escupí sobre la mesa viendo esta llena de pastillas algo mojadas, eran más de diez, miraba estático la escena, en mi boca aún había pastillas y en mi garganta sentía el pasar de algunas, miré el vaso lleno de agua y pastillas, intenté escupirlas provocándome náuseas, pero entre más trataba más pastillas salían y se sentía la asfixia de éstas, ¿sus daños colaterales en exceso? Mi muerte.

Aquello que sonaba ajeno a mi algo que nunca creí capaz... Lo logré jamás volví a despertar de aquella acción y no se sentía distinto solo no sentía el descanso no sentía haber logrado algo, no me sentía bien pero tampoco mal, tal vez no sentía más que mi respiración irse.

"Notas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora