"Lo siento... Hermanos".
El rey del Inframundo vio su última luz de vida en el rostro impactado y triste de sus dos hermanos, recordando a su hermano caído con anterioridad.
Tristemente sintiendo como su alma era desvanecida con rapidez. Ahora solo podía disculparse, demonios lo admitía, el rey de los hombre lo superó, incluso si su pecho dolía como nunca, incluso si su arma fue reducida a nada, incluso si el humano se poso por encima del dios.
Nada se comparaba con el dolor de fallarle a sus hermanos.
Si el fuera humano... Su mente proceso un pensamiento curioso. Si el fuera humano probablemente estaría rogando por otra oportunidad, carajo definitivamente lo haría, incluso ahora desearía poder tener otra oportunidad para ganar, otra oportunidad para arrancar de lleno la cabeza del rey humano de su cuello, otra oportunidad para...
No fallar.
Tristemente, el sabía que nada podía hacerse en este punto y firmemente dejo que su alma se apagará.
Lo primero que noto fue la inminente sensación del tacto. Curiosamente el último sentido que perdió.
Sentía todo. La sensación de su espalda sobre algo, la saliva de su boca, sus respiración suave sobre sus labios, incluso su mano sosteniendo su bidente.
Lentamente tocó su cara con su mano libre, escucho el sonido de su mano tocando su rostro. Agudizó todo lo que pudo sus sentidos y logro sentir el suave pero firme olor de su cuerpo.
No perdía nada abriendo los ojos. Sorprendentemente lo logro. Su mano fue lo primero en ver, para de inmediato incorporarse.
Sin dudar se examinó, y ahí se dió cuenta. Nada no había nada. Ni siquiera su reino en años pasado había sido tan triste y silencio, aunque definitivamente no sabe como carajo podía sostenerse.
Estuvo un rato parado tratando de observar algo, y no había nada, en este punto de verdad extrañaba a sus hermanos, talvez un revoltijo común ocasionado por el energético rey del Olimpo le sentaría genial a este lugar.
O talvez una charla silenciosa de su hermano marítimo sería grandioso ahora, escuchar a su hermano Adamas y sus historias del Helheim seria fantástico, dios incluso le encantaría oir los delirios suicidas de Beelzebub.
Se rió ante sus pensamientos. De verdad este era el destino que tuvo, bueno, dentro de lo que cabe no podía arrepentirse. El sabía el riesgo de pelear, los humanos eran criaturas fuertes. Incluso no guardaba rencor con el rey de los hombres, el mismo lo dijo, solo quería vengarse por su hermano.
Reflexionó en silencio, talvez,¿merecía el martirio de no ver a sus hermanos por fallar su promesa?
Suspiro suavemente, deseaba que estuvieran bien. Después de todo, nada podía desde este lugar.
El petulante silbido de una voz llegó como una penetrante lanza a sus oídos. La voz era suave casi como una súplica, la reconocía era igual al rezo silencio de los humanos.
Pertenecía a una mujer, sus hermanos y propiamente el no eran ajenos al concepto de matrimonio. Por lo que reconoció la voz de una mujer, por lo que podía decir joven, rezando o pidiendo algo de el.
Curioso, más no imposible. Aunque era aún más curioso que en "Niflheim", logrará escuchar una súplica.
De nuevo la voz canto un poco más fuerte, y ahí fue realmente complejo, logro sobre entender los sonidos como algo similares a palabras en idiomas humanos, por lo que obviamente era humana. Pero lo preocupante fue que no logro entender ni una sola palabra.