Nota: Esto va dedicado a Fili. Sí, estoy dedicándole algo a un gato. De paso, lo siento si es terrible.
***
Louis no estaba exagerando.
En sus siete años de vida, Louis nunca había sentido algo tan horrible como en esos momentos. Ni siquiera cuando tenía cinco años y se había caído de la bicicleta o la vez que Tom, un estúpido compañero suyo del jardín de niños, lo empujó del columpio y Louis se pegó en la cabeza.
—Tu mamá dice que Potter no sufrió. —La vocecita de Harry, que regularmente conseguía que Louis se tranquilizara, no tuvo el efecto normal. Hasta él se escuchaba triste mientras miraban a la improvisada tumba donde Potter, la mascota de Louis, ahora descansaba—. Dice que fue como si sólo se quedara dormido.
—Pero no está dormido, Haz. Está muerto. —Decirlo en voz alta hacía que Louis quisiera llorar de nuevo. Habían pasado un par de horas para entonces y su madre le había dado montones de dulces para tranquilizarlo, pero Louis no podía dejar de pensar en Potter y en el hecho de que no iba a poder jugar con él nunca jamás.
No iba a poder acariciarle detrás de las orejas para hacerle ronronear y tampoco lo iba a ver jugueteando por todos lados con las pelotas de estambre que su mamá ocupaba para tejer la ropa de su nueva hermanita. Potter nunca jamás volvería a maullar cuando alguien intentara ser brusco con Louis y tampoco se iba a acurrucar con él en las noches lluviosas. Potter se había ido.
—No sé qué decirte, Lou. —Harry musitó, sentándose más cerca de Louis en el césped y estirando su mano para tomar la de Louis y entrelazar sus deditos—. Nunca se ha muerto alguien a quien yo quiera mucho, lo siento.
Louis se encogió de hombros y volvió a llorar. Él no sabía exactamente qué pasaba cuando alguien moría, mucho menos cuando se trataba de un gato, pero esperaba que fuera algo como lo que su madre le había dicho. Esperaba que Potter se hubiera ido al cielo de los gatos y que ahí estuviera sano, que no maullara de dolor como lo había hecho un par de veces los últimos días y que pudiera jugar y corretear por todos lados como hacía antes.
Lloró durante largo rato y Harry se apretujó contra él mientras tanto, sosteniéndolo bien fuerte. —Mi mamá dice que está bien llorar, Lou, porque eso quiere decir que tenemos sentimientos y los sentimientos nos hacen humanos.
Así que Louis lloró, porque era humano y porque sentía un hueco en su estómago cada vez que pensaba en Potter y en lo pequeño que era todavía en comparación con Dusty, la mascota de Harry. Lloró porque Potter era un gato increíble y Louis lo quería muchísimo y, aunque no había pasado mucho tiempo aún, Louis ya lo extrañaba.
—Es que, ¿por qué él, Haz? —Preguntó, sorbiendo la nariz y sollozando—. Sólo estuvo conmigo por unos meses, y no se supone que las mascotas estén nada más unos meses. Yo lo cuidé, y tú lo sabes. Siempre recordé darle de comer y jugar con él para que no extrañara a su mamá, ¿por qué de todos modos se murió?
—Tu mamá dijo que tenía una enfermedad. —Harry respondió, repitiendo lo que había escuchado decir a la madre de Louis—. El veterinario dijo que tenía algo que no se podía curar, pero que ahora ya no va a sufrir. Está en el cielo de los gatos, ¿recuerdas? No fue tu culpa. —No pronunció bien la palabra veterinario, pero Louis estaba demasiado triste como para corregirlo, así que simplemente asintió y recargó su cabeza sobre el hombro de Harry sin dejar de llorar.
Harry era más pequeño tanto en edad, él tenía cinco años, como en estatura, pero de todos modos era cómodo cuando ellos se acomodaban de esa manera. Harry sostenía a Louis sin muchas complicaciones y Louis se sentía bien allí, así que funcionaba.
—Lo voy a extrañar mucho. —Hipó luego de un rato, cuando parecía que se había quedado seco y no había más lágrimas en su cuerpo.
—Lo sé, Lou, pero por favor ya no estés triste.
—Es que no puedo evitarlo, ¿sabes? No entiendo por qué él si era tan pequeñito y buen gato. ¿Qué haces tú cuando ya no quieres estar triste?
Harry suspiró y frunció el ceño, considerándolo por un momento mientras Louis se incorporaba para mirarlo. Sus curiosos ojos verdes estaban mirando en dirección al cielo y sus mejillas estaban rojas; tenía una brillante hoja verde en el cabello castaño y estaba mordiéndose el labio mientras pensaba en su respuesta.
—A veces veo caricaturas, —finalmente dijo—, pero algunas veces sólo quiero que mi mamá me abrace.
—Mamá ya me abrazó y no funcionó. —Louis interrumpió—. También papá me abrazó y me dijo que estaría bien, pero sigo estando triste.
—Bueno, entonces no se me ocurre ninguna otra cosa. Cuando Gemma está triste ella sólo lloriquea y grita, pero eso no parece ayudarle demasiado y a papá nunca lo he visto triste.
—¿Qué hay de tu mamá?
—Cuando ella se siente mal le gusta que le abracemos y papá siempre le da flores y chocolates, —Harry hizo una mueca de asco y se rascó la parte trasera de la cabeza—, y también a veces le da muchos besos en la boca.
—¡Iugh!
—¡Ya lo sé! Les he dicho que es asqueroso, pero mamá siempre dice que los besos de papá le hacen sentir bien porque ella lo ama.
—Bueno, la única persona a la que yo amo además de mis papás eres tú, Harry. Así que supongo que estaré triste para… —Louis quería ser un poquito dramático diciendo que estaría triste para siempre, pero la boca de Harry sobre la suya se lo impidió.
Él había besado a una niña antes en los labios, cuando acababa de entrar en la primaria, pero no había sido, para nada, como besar a Harry.
Los labios de Harry sabían a caramelos de cereza y eran suavecitos contra los suyos, apenas tocándose y sin moverse en absoluto. Sus narices no habían chocado como había sucedido la primera vez que Louis había besado a alguien y, esta vez, sí estaba sintiendo las mariposas en su estómago de las que su madre le había hablado en alguna ocasión.
Louis cerró los ojos como había visto que los adultos hacían y tomó las manos de Harry entre las suyas porque todo a su alrededor estaba dando vueltas de una manera extraña pero que le daba ganas de sonreír.
— ¿Está funcionando? —Harry preguntó, apenas separando sus labios de los de Louis y sin abrir los ojos—. ¿Te sientes menos triste?
—Quizá necesite uno más. —Respondió. Acercó a Harry de nuevo y, de acuerdo, Louis todavía echaba de menos a Potter, porque había sido el mejor (y único) gato que había tenido en su vida, pero teniendo los labios de Harry sobre los suyos y las mariposas revoloteando en su estómago, Louis sentía como que todo podría estar bien más adelante.

ESTÁS LEYENDO
This Innocence Is Brilliant.
FanfictionSumario: Aquel en donde el gato de Louis muere y Harry no quiere verlo triste. || One Shot.