Precio a pagar

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N/A: ¡Hola! Vengo un poco recio y les dejo un one-shot (ando pensando si hacer otra parte o dejarlo a su imaginación pero a ver xD) algo triste... podría decirse que sería una especie de Au de un posible imaginativo final donde cambio algunas cosillas, le agrego y de más, como algo hipotético que ha salido de mi loca cabeza que le gusta el sufrimiento. Sin más, espero no dejarlos mal, bai~

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"Dulces sueños, querida"

Un escalofrío recorrió su cuerpo, el miedo se extendía por cada centímetro de su piel mientras observaba el cuerpo inmóvil en el suelo. Ella no era la única, el resto de personas a su espalda parecían estar en total shock, mientras la joven figura parecía no dar indicios de despertar de la inconsciencia.

Comenzó a caminar, un paso, dos pasos y pronto se movió de inmediato hacía la joven, tirándose al suelo de rodillas, tomándola de los hombros con cuidado y girándola para observar su rostro, un rostro tan pálido que podría ser comparado con un fantasma.

—Ruby... Ruby —le llamó la de cabellos rubios mientras sus ojos lilaceos se tornaban llorosos y un nudo en su garganta se hacia presente, algo no estaba bien, lo sintió desde hace bastante cuando la actitud de su hermana había cambiado a ser una reservada, haciendo cosas a sus espaldas y todo por su cuenta.

—Yang... ¿Ruby esta...? —las palabras se quedaron atascadas en la garganta de la joven fauno, quien miraba con total shock a su joven líder, sus ojos amarillos brillaban debido a su acuosidad, el miedo había golpeado rápidamente a la pelinegra. La de cabellos rubios no respondió, estaba paralizada observando a su pequeña hermana, el cetro, la corona, la espada y la lámpara estaban en el suelo muy cerca de ella, ni idea de como la reliquia del otoño estaba ahí, pero ahora mismo, les importaban un carajo las reliquias.

—Ren... —la joven pelirroja de ojos azules volteó su mirada al chico pelinegro a su lado, la intranquilidad comenzaba a golpearla, estaba muy asustada y sabía que Yang estaría peor, por tanto, necesitaba alguien mas revisar la condición de su amiga. El chico como si hubiera entendido lo que su compañera quería decirle se acercó de inmediato a las hermanas, arrodillándose junto a la de cabellos rubios y tomando la muñeca de la chica de capa roja, en esos momentos, agradecía tener su semblanza para mantener su calma... pero a la vez era un poco difícil debido a todas las emociones que había en el aire.

—Su pulso... es débil, pero no parece que sea algo preocupante, mas bien... es como si estuviera dormida —informó el pelinegro elevando la mirada hacia Yang, ella se mantuvo observando el rostro de su hermana, había algo más que un "solo duerme", lo sabía... Los años de crecer junto a Ruby, verla madurar en el transcurso del tiempo, de verla reír, llorar, le habían enseñado a tener instinto con respecto a su hermana y a saber... cuando las cosas no estaban bien para la menor.

—¿Puedo hacer algo? —preguntó Jaune nervioso, jugando con los dedos de sus manos ante el notorio estrés que sentía por la condición de su amiga.

—Aun si ayudas con tu semblanza, no sabemos exactamente que pasa con Ruby, ¿crees que sea pertinente que intervengas, Jaune? —le preguntó Weiss seriamente, intentando mantenerse serena y lógica ante la situación, aun cuando por dentro, algo no la dejaba estar ni un poco tranquila por lo que sea que paso con la cazadora de la guadaña.

—Las reliquias... están aquí, pero... ¿por qué Ruby las trajo al escondite de Salem? —preguntó Penny con un tono bajo de voz, la sensación en su pecho era extraña, quizás si le ponía nombre... sería lo que llaman nervios y preocupación mezclados, Ruby, su mejor amiga había entrado a la boca del lobo, las reliquias estaban con ella y ella... estaba inconsciente.

El precio de la victoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora