Black Swan's angels

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- Ni sueñes con recorrer el Free Shop, Park Jimin.

- Ayyy~ - se queja - Eres demasiado aburrida, Yubin.

La muchacha de cabello azul ajusta su gorra y se acerca al rubio para tomarlo por un brazo. Acerca su rostro al oído ajeno y contesta con frustración:

- ¿Acaso olvidas que vamos cargados o la tintura aún no llegó a tu cerebro?

Tanto la peliazul como el muchacho de las mil vidas estaban en el aeropuerto, sólo diez minutos y un avión los separaban de su próximo destino: Estados Unidos. Alli - en Las Vegas, Nevada - vive una mujer llamada Mina, alias 'Black Swan'.

Pocos minutos después de robar el diamante, ella los había llamado. No tenía sentido dado que nadie más que ellos y Yoongi sabían con tanta inmediatez sobre lo sucedido. Pero esos detalles no importan, no cuando la mujer de melodiosa voz les prometía cinco millones de dólares en el acto si recibía en diamante en menos de veinticuatro horas.

¿Quienes eran ellos para discutir con cinco millones de dólares?

Así que inmediatamente luego de tener el diamante en sus manos, Yubin y Jimin tomaron un par de prendas y corrieron al aeropuerto. El vuelo saldría muy poco tiempo después, con un par de pasajeros faltantes.

- Perdiste el diamante a manos de un niño lindo y ahora perdimos el avión... Ya no nos puede pasar nada - resopla Kyungsoo.

- Aunque te quejes hasta volverte polvo las cosas no van a cambiar, así que callate de una jodida vez. Ya tuve suficiente hoy.

El tono de Suga era serio, digno de un hombre frustrado y enojado.

- ¿Sabes que en Las Vegas nos espera Mina, no? Ve pensando cómo decirle que perdiste el diamante, ¿eh? Eran para hacer anillos matrimoniales para ella y su prometida, te aseguro que cuando nos vea nos va a volver comida para sus gatos.

Pero Suga rodó los ojos restándole importancia, claramente no imaginaba que aquello a lo que no temía lo estaba esperando cuando por fin tomara un dichoso avión.

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Yubin y Jimin llegaron a una gran y elegante mansión, custodiada por una gran cantidad de guardias - todas mujeres.

- Interesante... - murmura Jimin.

Sólo bastó que ambos dijeran sus nombres para que ellas los dejaran pasar al interior del lugar - muy elegante, por cierto - en el que Black Swan los atendería.

- ¡Oh, aquí están! - dice sonriente la pelinegra. Llevaba puesto un vestido color azul algo ajustado y un par de tacones negros - Por favor, siéntense si gustan... Están en su casa.

Mina les señala los sillones de la sala donde los tres se sientan, luego de ello sigue hablando:

- ¡Soojin, Minnie! ¡Traigan algo para nuestros invitados! - grita. Inmediatamente voltea a vernos otra vez con una expresión más suave - Me llamo Mina pero me conocen como Black Swan, ¿ustedes?

- Dami - responde la peliazul. Jimin no le dió importancia al hecho de haber usado su alias.

- J... - pero Yubin lo miró re reojo, queriendo que responda como ella implitamente - Baby J.

Jimin no tenía un alias, en Corea del Sur sólo unos pocos pudieron averiguar su identidad, razón por la que lo vió innecesario. Entonces, al no tener un alias, debió usar el único que conocía: el que Sugar le dió.

Oh, Sugar... En el fondo de su ser anhelaba volverlo a ver para compensarle aquella traición.

- Esos son alias interesantes, ¿eh? - ríe - Bueno, muchachos... - suspira al ver cómo una jovencita de cabello de un intenso rojo dejaba una bandeja con aperitivos en una pequeña mesita - Gracias, Soojin... Bueno, realmente no pretendo quitarles mucho tiempo. Sólo preciso comprobar que el diamante que han traído es en realidad el auténtico diamante de la Dinastía Yang, luego de ello serán libres de irse a donde quieran con el dinero.

Ambos asienten con seguridad, no tenían dudas de la veracidad del diamante dado que uno de ellos lo robó con sus propias manos.

Mina extiende una mano y la sacude frente a los rostros ajenos, recibiendo al instante una bolsita con algo adentro.

- Muy bien, entonces mientras mis chicas lo examinan podemos charlar y disfrutar de las exquisiteces que mi cheff Yujin preparó para nosotros. - Yubin toma una galleta y se sobresalta con el próximo grito de Black Swan - ¡Roseanne, te necesito aquí preciosa!

La cara de Yubin se congela al percatarse que aquella muchacha que Mina llamaba era nada más y nadie menos que la bella rubia que los ayudó a ambos a entrar a la Mansión Yang sólo unas horas antes. Roseanne le sonríe y le guiña un ojo, alejándose con el diamante sin mediar palabra alguna.

- ¿Ella...? - por más que intentó no pudo terminar la oración.

Dami no solía ser tan despistada, detalles como este no se le escapaban jamás. Quedaban dos opciones: Roseanne es muy buena en su trabajo o ella la subestimó demasiado.

- Si, mi preciosa Dami... - ríe Mina - Ella estaba en la fiesta, mi contacto todo este tiempo.

Jimin alza ambas cejas impresionado - bueno, asustado - por la controladora personalidad de la mujer frente a él.

Aunque el susto se convirtió en sorpresa cuando por la puerta principal un par de muchachas arrastraran a un joven pelinegro que sin duda conocía.

- Falta el otro objetivo, Soyeon. ¿No pudo Bora encargarse de uno y tú de otro? Los pedí a ambos y fui muy clara - dice Mina con seriedad.

- Lo siento, señora... Atrapar solamente a Suga nos costó una copiosa cantidad de tiempo y recursos, el otro escapó.

Yubin voltea a mirar disimuladamente a Jimin, negando con la cabeza lo que imaginaba estaba procesando él en suya. Tenía un justificado miedo de que hiciera una estupidez sin antes medir la gravedad de contradecir a Mina.

Y tenía razón en temer, porque desde que una de esas chicas confirmó su identidad lo supo: sacaría a Suga de ahí, tenían demasiada historia como para terminarla de esa forma.

Big diamond, big rings #3 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora