Cap.1

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Sabía que debía darse prisa, últimamente sus padres la tenían prácticamente encerrada en su habitación, lo que más le interesaban a ellos eran sus calificaciones y este año había logrado dar buenos resultados, no lograban comprenderla, se sentía atada a un mundo al que no pertenecía, no podía convivir con personas que simplemente albergaban esperanzas en el dinero, ella quería una vida. Su música. Podía pasar días cantando las canciones que componía con sus amigos, aunque fueran “vagos” como normalmente sus padres les llamaban, en el fondo ellos los apreciaban, gracias a ellos, su querida hija había podido salir adelante, ellos hicieron que saliera del mundo negro en el que vivía, pero ahora estaba en otro mundo muy ajeno a su realidad.

-¿Debía de sacar el cabello de mi madre?- suspiró. – ¿Porque razón no nací calva?

A menudo deseaba eso, haber salido calva, su cabello era demasiado rebelde y a veces se molestaba por los comentarios de sus amigos, en especial de los de Alis y Evan, sus mejores amigas, lograban hacerla enfadar con cosas como: “pelirroja, ¿Cuánto cobras la hora? “ Ya las escuchaba al verla llegar, pero no podía hacer nada, su cabello era así y así se quedaría.

“Demonios” pensó. “Hace tanto calor que quisiera andar desnuda” Maldiciendo por lo bajo, logro llegar al piso de abajo donde la esperaban sus hermanos, viéndolos de reojo salió volando  antes de que la reprendieran por su vestimenta, había aprendido que con 5 hermanos varones, no debía andar con ropa que ellos llamaban “provocativa”.

-¡Eh! ¡Ven acá!- Francis, era mayor que ella por 4 años, y era la seriedad personificada, a veces se preguntaba si él sonreía mientras dormía.

-¿Qué es eso que llevas puesto? Pareces pordiosera- Haciendo un mohín gracioso, logró zafarse de su agarre y salir por la puerta.

-Es un pantalón y una blusa corta, me pondré un sweater cuando tú sonrías por mérito propio y no tengas cara de tener un palo atorado en el culo - Un estallido de risas sonó en la sala de estar, por suerte su hermano lograría olvidarse del asunto de la ropa y ocuparse de las burlas de los demás.

Olvidándose de la pequeña discusión, corrió calles arriba, en el pequeño parque al que frecuentaban asistir, lo habían construido años atrás y no era muy concurrido, lo cual les alegraba, iba retrasada por 20 minutos, ya escuchaba las quejas de todos, era algo de nacimiento, siempre llegaba  tarde a citas e incluso a la escuela, era por eso que acostumbraba ponerse al día horas antes del toque de queda.

“San Patrick” Era el nombre que se le había dado al parque en honor al fundador, creía que las familias necesitaban un parque más cercano para poder asistir, pero ninguna familia asistía, jóvenes de su edad eran los que más lo visitaban. Se encontraba construido sobre una loma, y para llegar a él había que subir 100 escalones. Por esa razón era que lo evitaban, y no entendía el porqué, era una zona bastante hermosa, rodeada de frondosos robles y con bancas en color negro y mesas que lograrían  un picnick estupendo

-Llegas tarde, princesa-

Una mirada de desaprobación salió de los ojos azules de Lucas, ella amaba esos ojos, pero no amaba al portador, esos ojos que a cualquier chica la hacían temblar, tenía una sonrisa tan perfecta y ella se preguntaba si detrás de esa blancura dental, se encontraba algún científico malvado que experimentó con su elocuente chico, durante meses él la había invitado a un sinfín de citas y ella accedía poniendo la regla de solo amigos.  No quería tener que sufrir, quería vivir y probar diferentes sensaciones. Quería experimentar pero no de esa experiencia del amor, de la cual ya había tenido suficiente.

-Lo sé, lo siento. Me quedé dormida y el despertador no sonó. ¿Ya están todos?-

Una sonrisa torcida apareció en aquellos labios rojos y carnosos.

-Supongo que sí, Gil me dijo que solo faltábamos tú y yo.

Tú y yo. Usaba esa palabra con frecuencia, ella lo sabía, pero aunque él la usara de un modo que sonara propio de una relación. “Relación, inexistente, amigo.” Pensó. No estaba entusiasmada por querer darle un uso pronto.

Subieron los escalones faltantes, las respiraciones de ambos se veía afectada por el ejercicio requerido. Una gota de sudor resbaló por el cuello de ella, cosa que pasó inadvertida ante los ojos de Lucas.

-¡AL FIN LLEGAN!.

La estruendosa voz de Alis hizo que Anna girara su rostro, con metro 74, Alis era toda una modelo, largas piernas, melena negra que dejaba caer unos rizos bastante definidos sobre su espalda, ojos color verde que revelaban cualquier emoción contenida en ellos, una sonrisa coqueta adornaba sus labios. ¡Pero claro que ella sabía que significaba esa sonrisa! Era una de esas que decían “Olvídalo todo y mete mano en ese pantalón bien lleno”. No tenía pudor al hablar y era algo que Anna amaba por completo.

Unas risas provenientes del otro extremo del parque obtuvieron la atención de todos, en una de las mesas más grandes, se encontraba un grupo de universitarios, o lo más parecido, varios chicos reían acompañados de chicas con exceso de maquillaje.

-Tenemos compañía.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2013 ⏰

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