Prólogo

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Hace 150 años, Mary Geoise.


El señor Donquixote Homing enfermó de una enfermedad desconocida, ningún médico de Mary Geoise supo curar su enfermedad al estar demasiado herido y afectado.
Después de días, semanas y hasta meses sin poder dar con su enfermedad pagaron para que un médico del mundo de abajo suba a Mary Goeise y pudiera curarlo. La familia Trafalgar era conocida por tener los mejores avances en medicina por lo que Homing pidió al mejor médico de la familia Trafalgar, si no podía curarlo un Trafalgar nadie podría hacerlo.

Una joven Trafalgar aceptó curar al dragón celestial que estaba enfermo, lo curaría como doctora que era pero aprovecharía el viaje a Mary Geoise para investigar acerca sobre el tesoro que guardaba el gobierno mundial, tenía mucho interés sobre ese tesoro y más aún después de haber hablado con el señor de la familia Donquixote, un señor muy humilde que le dejó helada, nunca pensó que un dragón celestial pueda ser tan humilde.


—¿como se encuentra hoy señor Donquixote?— preguntó la chica con una sonrisa en su rostro.

—estoy muy bien, ya me siento mejor.— respondió abriendo sus ojos para ver a la médica. —pero llámeme Homing.

—me alegro que estes mejor, aún debes guardar reposo.— le recordó mirando al señor con amabilidad.

—sabes, Trafalgar— habló mirando a la médica —cuando mi enfermedad se cure dejaré Mary Geoise y me iré con mi esposa y mis hijos a vuestro mundo— comenzó hablar con una sonrisa en su rostro —he aprendido mucho de los humanos, ahí a bajo sois seres muy humildes y me gustaría convivir con vosotros, estoy seguro que mis hijos me lo agradecerán cuando crezcan.— sonrió muy feliz de las palabras que decía.

—señor Donquixote, es usted una persona con un corazón muy amable.— le dedicó una última sonrisa para despedirse del señor.

—Trafalgar— la llamó por última vez. —Hazme un favor, roba el one piece, ese tesoro tiene un poder increíble que Mary Geoice no necesita.— le pidió

¿el one piece?— preguntó con curiosidad abriendo sus ojos.

—solo róbalo, cuando mi hijo Rosinante crezca le hablaré de ese tesoro y le pediré que si algún día se encuentra un Trafalgar por favor le trate con la misma amabilidad que usted me trató a mi.— le dedicó una sonrisa.


*

Pasaron los días y a las dos semanas Homing ya estaba completamente estable y recuerdo de aquella enfermedad, si no llega ser por Trafalgar posiblemente hubiese muerto pero por suerte consiguió curarle. Ya era hora de que Trafalgar regresará a su casa, a la mansión Trafalgar en Dressrosa pero antes de irse se despidió de la familia Donquixote.



—gracias por todo lo que hiciste por nosotros, Trafalgar.— le agradeció el señor con una sonrisa amable

—no tienen que agradecer— les dedicó una sonrisa —son una familia muy humilde.


La chica se fue saliendo del hogar de la familia con su mochila en sus hombros. Pero antes de baja de nuevo a su mundo fue a la entrada principal, claramente estaba disfrazada con la ropa típica que solían llevar los dragones celestiales. Entró sin ningún problema ya que todos los guardias de seguridad asumieron que era de allí y solo estaba dando un paseo.
Tenía perfectamente estudiado aquel edificio tanto que sabía perfectamente como llegar a la sala del tesoro aunque también sabía perfectamente que se encontraría con ciertos problemas.

Para su sorpresa llegó a la sala del tesoro con facilidad y no había ningún tipo de seguridad, rápidamente pensó que sería una trampa y que debía de ser una especie de cámara oculta pero no se lo pensó dos veces, iría a por ese tesoro, aquel cofre en el ponía escrito con oro "ONE PIECE" ¿cuánto dinero debe haber dentro de ese cofre para que el gobierno mundial desee tenerlo tan escondido y no quiera hablar sobre el?

Trafalgar corrió hacia el cofre y lo cogió pensando que pesaría bastante pero la realidad era que pesaba muy poco, como si estuviera vacío, quizás sería un diamante de mucho valor, fue lo que pensó la chica. Segundos después de coger el cofre en sus manos empezó a sonar las alarmas de seguridad y por instinto la chica comenzó a correr, le habían pillado.

Trafalgar corrió y corrió, cuando menos lo esperó tenía detrás de ella un montón de guardias de seguridad

"Hazme un favor, roba el one piece, ese tesoro tiene un poder increíble que Mary Geoice no necesita" las palabras de Homing se repetían en su cabeza una y otra vez.

—lo hice Homing ¿estás contento?— habló para si misma mientras corría tanto como sus piernas se lo permitían.


Una semana después

Después del robo del one piece el gobierno mundial estaba demasiado enfadado, no querían decir nada y solo se callaban guardando la información ya que no quería que saliera a la luz en el mundo de los humanos.

—exterminen a la familia Trafalgar D.— fueron las palabras de aquel oficial del gobierno mundial.

El secreto de Trafalgar | lawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora