Capítulo 2: ¡carne!

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La noche era fría, la nieve caía sobre sus hombros y la ventisca de hacia cada vez más fuerte mientras corría junto con su madre en la nieve. La mujer de cabello castaño llevaba a su hija en sus brazos con su pequeño cuerpo lleno de sangre, posiblemente no conseguiría salvarla antes de llegar a la clínica y menos si la policía seguía persiguiéndola.

—¡Alto ahí!— volvió a gritar el agente de policía una vez más apuntando con la escopeta aa mujer de cabello castaño y piel pálida.

Un disparo. El cuerpo de la señora Trafalgar cayó al suelo en un instante y su hija herida terminó sobre la nieva congelado por lo que gritó de dolo al sentir como sus manos y cara se congelaban.

—¡Lami!— gritó el niño que fue corriendo hacia el cuerpo inmóvil de su hermana para cogerla en sus brazos —Lami te salvaremos.

—Law...— la niña tosió —me estoy muriendo.

—¡mamá te salvará!— gritó cerrando sus puños con fuerzas.

De nuevo un disparo que atravesó el cráneo de la niña que estaba en los brazos de su hermano mayor. Law quedó completamente paralizado con sus manos llenas de sangre observando como su hermana moría en su brazos ante sus ojos.

—¡LAMI!— gritó su madre llorando cuando vio morir a su hija delante de tus ojos. —¡LAW VETE O TERMINARAS IGUAL!

—¡no te voy a dejar sola!— frunció el ceño con fuerzas para acercarse a su madre. —mamá tenemos que salvar a Lami.— le suplicó mirándola a los ojos.

—Law, cariño.— habló con dolor acariciando las mejores de su hijo. —tu hermana esta muerta

--¡no se mueva Trafalgar!— habló el agente de policía.

Law no entendía la situación ¿por qué su madre era buscada? ¿Por qué ese agente quería matarla? ¿Por qué mataron a su hermana delante de sus ojos?


—Law corre— sonrió su madre mirando a su hijo —corre y vive, Law vive, pero no le digas a nadie tu nombre completo...— le dedicó una última sonrisa —te quiero La..

De nuevo un disparo.

Sus ojos se abrieron se golpe. Otra vez ese sueño, ese sueño se repetía últimamente en su cabeza una y otra vez. Aquella mujer era su madre pero su cara no terminaba de verla completamente ¿cómo se llamaba? ¿Cómo era físicamente? ¿Por qué solo podía recordar aquello sobre sus padres? A su padre ni siquiera le podía poner recordar con exactitud, solo podía ver a su hermana y solo tenía algo claro, tenia que ver que su apellido y por eso su objetivo era buscar información sobre su apellido.

Llevó sus manos a su cara para sobarse las mejillas y suspirar dándose cuenta de que estaba en el hospital ya que le tocaba hacer la guardia por si entraba una urgencia, nunca entraban urgencias porque era un hospital dedicado a la extracción de sangre pero nunca se sabe, a veces una o dos veces cada cinco meses llegaba una urgencia.

Law volvió apoyar la cabeza en la almohada para poder seguir durmiendo pero parecía que la suerte no estaba de su parte.


—¿¡estás despierto!?— le sacó de sus pensamientos una voz que venía de la litera de arriba.

Law se alarmó con sorpresa y levantó su cabeza golpeándose con la cama de arriba en su cabeza y se quejó sonándose la cabeza en la zona afectada observando como aquel chico con tanta energía estaba colgado bocabajo de la cama de bajo sonriéndole con una sonrisa característica.

—ten cuidado que te haces daño.— habló en un tonor preocupado el chico de cabello negro.


Law se fijó en los rasgos del joven vampiro ya que antes no le había tenido de tan de cerca, ni siquiera sabía que el vampiro estaba en la cama de arriba ¿durmiendo? Se fijó en aquellos ojos negros grandes completamente iluminados con ilusión, aquella sonrisa radiante de oreja a oreja, nunca antes había visto a un vampiro sonreír de aquella forma tan pura y sincera, normalmente siempre sonreían con maldad. Aquel cabello azabache con sus mechones desordenados por toda la cara y una actitud de inocencia o eso aparentaba a simple vista. Tenía una cicatriz bajo el ojo izquierdo y llevaba ropa de la alta nobleza.

—¿sabes cocinar?— preguntó con curiosidad.

—¿cocinar?— preguntó confundido.

—si...— hizo una mueca cuando su estonio rugió —tengo hambre.

—hay sangre en la nevera, coge algo.— se volvió a echar en la cama dándole la espalda.

—no quiero sangre— se quejó bajándose de la litera para tumbarse en la cama del mayor con toda confianza y abrazar al humano. —quiero carne.— habló mientras fantaseaba con la carne y babeaba inconscientemente.

Law frunció el ceño y apartó al vampiro con sus manos. —quita bicho.— se levantó de la cama suspirando con cansancio —te cocinaré carne, que remedio.— rodó los ojos con pesadez.

—¡bien!— festejó con ilusión poniéndose en piel y siguiendo al humano —¿cómo te llamas?— preguntó con curiosidad.

—Tr... Law— respondió gruñendo a sus adentros.

—encantado, Torao, yo soy Luffy— le dedicó una tierna sonrisa.




Un vampiro le acababa de pedir que le cocine ¿carne? No es que sea raro es que ¿por que este chico quería carne? Si en la nevera había bolsas de sangre a montones y montones.
Por alguna extraña razón no se negó y ahora estaba en la cocina cocinando un chuletón de ternera a la brasa a las cuatro y media de la madrugada, era algo extraño e inusual, pero no estaba cansado por lo tanto no se quejó, también le sirvió para despejarse porque si volvía a dormir posiblemente ese sueño se volvería a repetir en su cabeza y no quería volver a ver ese horrible sueño de nuevo.

Law cocinaba muy bien y en cuanto terminó de cocinar el chuletón lo sirvió en un plato y lo llevó a la mesa donde estaba sentado el vampiro esperando. Dejó el plato delante del vampiro y se sentó frente a el para observarlo comer aquella carne recién cocinada.

—¡que bien huele!— se relamió los labios. —¡Gracias Torao!— sonrió muy emocionado cogiendo el cuchillo y em tenedor.

—¿por qué querías carne en lugar de sangre?— preguntó intentando verse indiferente.

—la sangre esta rica pero la carne es mejor— se relamió los labios —un filete de vaca bien jugoso es lo mejor que puedes comer— soltó el cuchillo y pinchó el chuletón para darle un bocado —¡DELICIOSO!

Law se quedó observando a Luffy atentamente, en su mente era un niño pijo y ya pensó que se comería el trozo de carne cortándola con cuchillo y tenedor en trocitos súper pequeños y que tardaría mil años en tragarse un trocito diminuto, lo típico de niño pijos y agregándole el comer con la servilleta en el cuello de la camisa para limpiarse los labios cada vez que comía un trozo pero para su sorpresa fue todo lo controlado. No usó cuchillo solo tenedor y llegó un momento en el que se quitó los guantes y los dejó a un lado para coger el chuletón con sus manos y comerlo con las manos a bocados como si fuera un sándwich asqueroso con pan que tanto odiaba Law. No le importaba mancharse las manos o la boca y era un poco (muy) guarro comiendo pero a Law no le importo, mejor así que un pijo insoportable.


—¡que rico!— se relamió los labios y se sobó el estómago —muchas gracias Torao.— le dedicó una sonrisa.

—no las des— suspiró mirando hacia otro lado.

—¿escuchaste hablar de Nico Robin?— preguntó el vampiro con curiosidad.

—¿Nico Robin?

El secreto de Trafalgar | lawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora