Claudia, 16 años.
Tímida para unos, caradura para otros.
Era el último año que aquel pequeño pueblo situado en la costa iba a ser mi hogar. A decir verdad, siempre había deseado salir de aquí; mudarme a la capital y pasear por la Gran Vía junto a un grupo de amigos se me pasaba por la cabeza muy de vez en cuando. Aunque ¿dónde iba a encontrar a unos amigos mejores que los que ya tenía?
Ese era uno de mis grandes temores. No estaba preparada para la vida universitaria.
Echaría de menos a mi mejor amiga Susana, ella era experta en sacarme sonrisas y en sacarme de mis casillas. La conocí en primaria, me llamó tanto la atención lo reservada y risueña que era que pensé que había encontrado a mi alma gemela.
Y en secundaria, cuando las cosas empezaban a marchar mal, fue un apoyo fundamental en mi vida.Ella estuvo ahí cuando me tuvieron que operar del corazón.
Estuvimos juntas cuando asistimos a nuestra primera fiesta.
No existían secretos.
No había vergüenza.Mi pandilla (si se puede llamar de este modo) se disolvió al terminar secundaria y de vez en cuando la nostalgia invadía mi cuerpo.
Tamara y Alicia fueron las primeras que perdieron el contacto conmigo. Cuando me di cuenta de lo que había ocurrido, de que ya nada volvería a ser como antes, empapé mi almohada de lágrimas.
Nota: Odio los cambios.
Nota 2: Soy muy dramática.A veces me encontraba con Tamara por los pasillos, de la mano de un chico cuyos ojos azules podían enamorar a cualquiera.
Tamara era preciosa y no me extrañaba verla así, pero no la envidiaba. A mí me pertenecía la mano de otra persona.
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~ Nuevo mensaje ~Raúl:
¿Vas a venir? Te estamos esperando.
Eooo.
Sé que estas leyéndome.
----Joder, también echaría de menos a ese idiota.